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02 Abr 2024 |
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Tan solo el Viernes de Dolores y el Domingo de Ramos se celebraron con absoluta normalidadAl igual que en el resto de España, la lluvia fue la gran protagonista de la Semana Santa de Alcalá, y es que el cielo solo permitió procesionar a cinco cofradías, la mitad de las que debían hacerlo. Eso sí, aunque las otras no completasen su Estación de Penitencia sí tuvieron actos durante la semana que transformaron las distintas iglesias de Alcalá durante unas horas. Así por ejemplo la calle Imagen se quedó sin ver la espectacular salida del Cristo de la Columna, produciéndose en su lugar un emotivo encuentro con la Virgen de las Lágrimas amenizado por la voz de Sonia Andrade. Y es que la cantante puso la voz a esta Semana Santa complutense, cantando sus saetas a buena parte de los pasos, incluyendo a la Virgen de la Salud y al Cristo Resucitado que no pudieron encontrarse en la Plaza de Los Santos Niños, y lo hicieron dentro de la misma catedral. Pero el programa comenzaba mucho antes, con el pregón protagonizado por José Luis Valverde. Una semana después comenzaba la programación, y lo hacía con un Viernes de Dolores que poco podía anticipar lo que iba a ocurrir en los días siguientes. Y es que tanto las Negaciones de Pedro como el Cautivo de la Agonía procesionaron sin problemas en una tarde típicamente primaveral, y eso a pesar de que las previsiones meteorológicas anunciaban otra cosa. También el Domingo de Ramos el cielo respetó las procesiones, dejando un paseo en carroza de la Borriquita por unas calles abarrotadas; y una espectacular procesión del Despojado en la tarde. Con semejante comienzo nadie podía esperar que al día siguiente la cosa comenzase a torcerse, pues la Hermandad de las Angustias, que había sacado las Negaciones de Pedro sin problemas el Viernes, no tuvo las mismas facilidades en la noche del Lunes Santo. Así a las ocho de la tarde, hora prevista de la salida, un fortísimo chaparrón obligó a posponer los planes, haciendo que la Virgen de las Angustias saliese algo más tarde de la Catedral. Eso sí, la Virgen salió, y lo hizo para cambiar una de las imágenes más icónicas de la Semana Santa de Alcalá: sus anderos se transformaban en costaleros, que mantuvieron el completo silencio durante toda la noche. Y hablando de procesiones que se celebran en silencio. La que sí sigue saliendo en andas es la del Santo Entierro, al que la lluvia permitió completar su recorrido del Viernes Santo en calles a oscuras. El Martes Santo dejó una jornada diferente, y es que, a la ausencia de procesiones propiamente dichas, se sumó la lluvia, que obligó a transformar un programa muy especial. Así la intención era que el desfile de marchas procesionales acompañase la salida del Traslado Solemne de la Virgen de la Salud, además de ser protagonista de un gran concierto, de nuevo con Sonia Andrade, en plena Capilla del Oidor. El traslado de la Virgen protagonista del Domingo de Resurrección se produjo, pero mucho más rápido de lo inicialmente previsto, mientras que el concierto que cancelarse, al igual que el Vía Crucis procesional con el que termina el Martes Santo de Alcalá, que en lugar de celebrarse en la calle tuvo que hacerse dentro de la Catedral. Como también dentro de la Catedral procesionó la Cofradía de los Trabajos en una tarde en que, ni ellos, ni el Cristo de la Columna pudieron salir. Y eso que Los Trabajos intentó escapar de la tormenta, adelantando su salida y cambiando el punto de partida. Pero como no hay mal que por bien no venga, la suspensión de la procesión dejaba una imagen única, al completar su recorrido por el interior de la Catedral. El Jueves, más lluvia y una hermandad que la desafió. Y es que los Doctrinos sí intentaron procesionar, poniendo en la calle la talla más antigua de la Semana Santa complutense. Pero a la media hora, el mal tiempo les obligaba a regresar, tras poner un plástico sobre la imagen del Crucificado. Unos Doctrinos, por cierto que tenían una hermana muy especial, pues la mismísima alcaldesa se puso la beca para acompañar la procesión. La lluvia también era protagonista en el Jesús de Medinaceli, que ni siquiera intentó salir quedándose a las puertas del colegio de Málaga; a la espera de que al día siguiente hiciese mejor tiempo. Y así fue, la tarde del Viernes Santo permitió salir al Jesús de Medinaceli, justo cuando estaba paseando por las calles de Madrid la imagen que da nombre a la cofradía. Una tarde de Viernes Santo, esta vez sí, con sabor cofrade, que también puso en la calle a la Virgen de la Soledad, que además llegaba con sorpresa, pues el paso del Descendimiento estrenaba imagen de la propia Virgen María. Y hablando de estrenos, el paso que conforman la Virgen de la Trinidad y San Juan Evangelista, y que acompaña al Medinaceli, se completaba con la presencia de María Magdalena. Las procesiones de la tarde del Viernes salieron, pero no ocurrió lo mismo con la protagonista de la madrugá alcalaína. La Agonía, que sí salió en Viernes de Dolores, y guio a la Borriquita por las calles en Domingo de Ramos, no pudo celebrar su Estación de Penitencia por las calles complutenses, celebrando en su lugar un acto de oración en el convento de las Franciscanas. El Domingo de Resurrección, más de lo mismo. A pesar de que la Cofradía del Resucitado tenía cuatro horas de margen, el tiempo no dio tregua impidiendo que se celebrase la Procesión del Encuentro, una procesión, por cierto, que estrenaba formato, ya que la intención era que las imágenes del Resucitado y la Virgen recorriesen caminos distintos para no encontrarse hasta su llegada a la Plaza de Los Santos Niños, al igual que ocurre en Torrejón. Pero nada de esto ocurrió, pues el Encuentro tuvo que producirse en el interior de la Catedral tras un breve y emocionante traslado de las dos cuadrillas de costaleros que dejaron las imágenes frente a frente. Y terminada la semana, el tiempo cambió. Al día siguiente, Lunes de Pascua, Alcalá terminaba su programa con una fiesta del hornazo alcalaíno en la que el sol radiante fue protagonista en plena Ermita del Val.
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