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15
Abr
2013
Reig Pla, premiado con el Cardenal Von Galen internacional PDF Imprimir E-mail
Zona Este - Ajalvir
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Foto cedida por Obispado de AlcaláSe trata del Premio de Vida Humana Internacional a la defensa del matrimonio, la familia y la vida

El obispo de Alcala, monseñor Juan Antonio Reig Pla recibía el pasado sábado el Premio de Vida Humana Internacional por su "ejemplar defensa, desde la verdad y la caridad, del derecho a la libertad religiosa y de conciencia, del matrimonio, de la familia y de toda vida humana desde su concepción hasta su fin natural".

En la ponencia de Mons. Reig Pla titulada «Pastoral de la Familia y de la Vida: Situación en España» –previa a la entrega del Premio que ha tenido lugar en el Salón de Actos del Colegio San Pablo de la Universidad CEU-San Pablo, en Madrid, en el marco del Encuentro Internacional por la Vida «La Iglesia Católica por la Vida: ofreciendo respuestas concretas»– el obispo de Alcalá de Henares, citando palabras del Beato Juan Pablo II, ha denunciado la «seria crisis espiritual», a nivel mundial y la más profunda que está sufriendo occidente. Se trata de «una decadencia tal de la conciencia, que se ha velado la inteligencia y se ha oscurecido la libertad del corazón» de tal forma que «al mal lo llamamos bien». Tanto es así que el «paradigma cultural» actual defiende «la muerte de los inocentes como un derecho»: el aborto y el suicidio asistido. En la primera parte de la ponencia Mons. Reig fue comentando algunos números de la encíclica Evangelium vitae del Beato Juan Pablo II.

Mons. Reig Pla señaló que existen «concentraciones del mal» y a nivel mundial se está promoviendo la esterilización, la práctica del aborto, etcétera. Y «no podemos vivir en la ingenuidad», hay «un plan establecido», un «Estado mayor» y «muchos dólares» de por medio para promover la conjura contra la vida: anticoncepción, esterilización, aborto, suicidio; y buena parte de los medios de comunicación son cómplices de esta conjura.

Ante la «crisis de la verdad», Mons. Reig Pla declaró que hay que evangelizar asistidos por el Espíritu Santo, «Jesucristo es la Vida y la Verdad» y proclamar la verdad de la «unidad del cuerpo y del espíritu», «la diferencia del varón y de la mujer» -patrimonio de la humanidad que a través de la armonía y complementación hace posible la procreación- y «el corazón redimido por la Gracia». Además «la castidad» es la virtud «custodia del corazón», «la virtud por excelencia», subrayó el obispo.

En el momento del agradecimiento por el galardón recibido, Mons. Reig Pla expresó: «Como lema de este trabajo en defensa del matrimonio, la familia y la vida, siempre me ha acompañado el testimonio de los Apóstoles: ‘Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres’. Y si en algún momento he recibido los zarpazos de quienes promueven la cultura de la muerte, como los Apóstoles, con la ayuda de la gracia, me siento ‘contento por haber merecido algún ultraje por el nombre de Jesús’».

Y concluyó: «Dios quiera que llegue pronto el día en que todos, después de una gran batalla cultural entre la vida y la muerte, que en realidad es una gran batalla espiritual, triunfe en España el respeto incondicional a la vida naciente y el aprecio, cuidado y cariño por los ancianos, los enfermos terminales, los empobrecidos y todos los que sufren».

Tras la ponencia «Panorama internacional de la lucha pro-vida católica» dictada por Mons. Ignacio Barreiro Carámbula, Director de la Oficina en Roma de Human Life International, el mismo Mons. Barreiro procedió a dar lectura a unas palabras de homenaje a Mons. Reig; a continuación le  hizo entrega de la medalla y la placa conmemorativas de dicho Premio. Monseñor Reig recibió el galardón entre sentidos y largos aplausos y con los presentes puestos en pie.

En el escudo del Beato Cardenal Clemens August Graf von Galen, presente en la medalla conmemorativa, reza su lema episcopal, de gran actualidad y aplicación al caso: «Nec laudibus, nec timore», Ni por alabanzas ni por amenazas me desviaré de los caminos de Dios.

Tras la entrega del galardón, Mons. Juan Antonio Reig leyó unas emotivas palabras de agradecimiento, que reproducimos más adelante.

Al finalizar las sesiones de la mañana, los participantes se trasladaron a la cercana parroquia de San Juan Crisóstomo donde celebraron la Santa Misa presidida por Mons. Juan Antonio Reig.

 

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