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19
Ene
2020
Lula Da Silva, premio Abogados de Atocha 2020 PDF Imprimir E-mail
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El 24 de enero se cumplen 43 años del asesinato

La Fundación Abogados de Atocha de CCOO otorga sus premios y reconocimientos anuales, coincidiendo con el 43º Aniversario del asesinato de los Abogados de Atocha, a Lula, ex presidente de Brasil, por su trayectoria sindical y política en defensa de las personas más desfavorecidas y a la Abogacía democrática, en el 50º aniversario del histórico congreso de León, por su apuesta por la democracia, la justicia y las libertades.

El viernes, 24 de enero, coincidiendo con la conmemoración del 43º aniversario del atentado contra los abogados laboralistas de la calle Atocha, el Auditorio Marcelino Camacho (Lope de Vega, 40) acogerá a partir de las 11 horas el homenaje anual y la entrega de premios que concede cada año la Fundación Abogados de Atocha de CCOO de Madrid.

En esta edición se ha premiado a Luiz Inácio Lula da Silva, ex-presidente de Brasil, reconociendo así no sólo por su trayectoria sindical y política en defensa de los trabajadores y trabajadoras y en su lucha contra la pobreza y la desigualdad, que tanto hizo sufrir a los desheredados de Brasil y del mundo en general, sino también su voluntad de establecer puentes de cooperación entre los países de América y Europa, proponiendo un Foro Internacional de lucha contra el hambre.

La lucha de Lula por los derechos humanos, la justicia social y la protección del medio ambiente son valores que la Fundación Abogados de Atocha comparte y defiende, y por ello Lula es merecedor del premio anual de la Fundación Abogados de Atocha.

También se ha decidido reconocer a la Abogacía democrática del histórico congreso de León en su 50º aniversario. Desde los años 60 fue surgiendo un incipiente movimiento dentro de la abogacía española. Abogados y Abogadas que no compartían las Leyes del Estado opresor.

La expresión más contundente y pública de su rechazo se gestó en el IV Congreso General de la Abogacía Española, celebrado entre el 21 y 24 de junio de 1970, realizado en la ciudad de León. De aquel congreso salieron resoluciones contra la pena de muerte, en defensa de los derechos humanos, una declaración en favor de los presos políticos del franquismo, etc.

Se trata por tanto de que cincuenta años después de aquel histórico congreso se les ponga en valor, el mismo valor que ellos y ellas tuvieron para hacer frente a las injusticias del régimen dictatorial. Abogados y abogadas que fueron y deben de servir de ejemplo y referencia en estos tiempos actuales, pues a pesar de sus distintos credos políticos, religiosos fueron capaces de formar un frente común contra el régimen franquista y sus leyes.

Es por ello que la Fundación Abogados de Atocha otorga este merecido premio que lleva su nombre, para trabajar para que las generaciones jóvenes de la abogacía, instituciones y ciudadanía conozcan esta parte de nuestra más reciente historia, que supuso la conquista de la democracia en nuestro país.

El Premio Abogados de Atocha, que cada año reconoce a aquellas personas e instituciones que de una u otra manera lucharon por la democracia, la libertad y los derechos de todos y todas, consiste en una reproducción en bronce del conocido cuadro El Abrazo del artista valenciano, Juan Genovés. Un cuadro del que también se hizo la reproducción en escultura que se levanta en la Plaza de Antón Martín, al lado de Atocha 55, lugar en el que fueron asesinados los abogados laboralistas.

Como es conocido históricamente, pero no está de más recordar, el 24 de enero de 1977 un grupo de pistoleros de extrema derecha irrumpieron en el despacho de abogados laboralistas vinculados al PCE y CCOO situado en el número 55 de la calle Atocha ametrallando a las nueve personas allí presentes. Fallecieron cuatro abogados y un sindicalista. Resultaron gravemente heridos otros cuatro abogados.

A lo largo de estos años CCOO y la Fundación Abogados de Atocha vienen impulsando una serie de actividades, actos y propuestas para poner en valor lo que supuso el trabajo desarrollado por estas personas y por los despachos laboralistas en la recuperación de las libertades y la democracia en nuestro país.

Antes del acto central, como cada año, se realizará la visita a los cementerios de Carabanchel (8,30 horas), donde reposan los restos de Javier Sauquillo y Enrique Valdelvira, y San Isidro (9,15 horas), en el que descansan los de Luis Javier Benavides.

A las 10 horas se celebrará la tradicional ofrenda floral junto al monumento 'El Abrazo', de Juan Genovés, en la plaza de Antón Martín, a unos metros de Atocha 55, lugar donde se cometieron los asesinatos.

Procediendo a la entrega de los Premios Abogados de Atocha se hará entrega de los premios del certamen Internacional de Narrativa Joven Abogados de Atocha 2020.

El lunes 24 de enero de 1977, sobre las 22,30 horas, un comando de ultraderecha decide llevar a cabo “una acción patriótica al servicio de España”. El lugar elegido fue el número 55 de la madrileña calle de Atocha, donde se ubicaba un despacho de abogados laboralistas. Esa noche los ‘patrióticos’ pistoleros asesinan a Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz, Francisco Javier Sauquillo, Serafín Holgado y Ángel Rodríguez Leal, y causan graves heridas a Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huerta, Luis Ramos Pardo y Lola González Ruiz. Las víctimas pertenecen a CCOO y son militantes del Partido Comunista de España (PCE). Sorprende que ninguna de las publicaciones hasta la fecha sobre un atentado que hizo tambalearse la Transición y estremeció a la sociedad española haya profundizado en el sumario de un juicio plagado de irregularidades que se celebró en la Audiencia Nacional en 1980. Así ha sido hasta ahora, pero una nueva investigación llena el vacío que ha rodeado una violencia política que parecía condenada al olvido histórico.

Cuando Manuel Gallego López (Madrid, 36 años) presentaba en 2012 su tesina en la Facultad de Historia de la UNED sobre el atentado fascista contra los abogados laboralistas el tribunal que le examinaba le aconsejó que optara por otro tema para sus tesis doctoral. Le espetaron que poco había ya que aportar. Sin embargo, fue tal el interés que el trabajo sobre la masacre despertó entre los miembros de ese mismo tribunal que la defensa de la tesina, prevista para 20 minutos, se alargó durante hora y media.

El pasado viernes, 10 de enero, aquel universitario, hoy doctor en Historia Contemporánea, presentó, en la sede de CCOO de Madrid, el resultado de una década de investigación, la más completa que se haya realizado nunca y que se acaba de publicar en un libro que lleva por título “Los abogados de Atocha. La masacre que marcó la Transición”, editado por Los Libros de La Catarata. La expectación fue tal que el aforo de la sala Trece Rosas se desbordó. El reconocimiento al papel relevante que en la lucha por la libertad jugaron la clase trabajadora, y dentro de ésta CCOO, y los comunistas españoles fue unánime. Hubo mucha emoción, especialmente cuando intervino Virgilio Heras, entonces secretario general de Comunicación y Transporte de CCOO de Madrid, sindicato que había convocado las huelgas que finiquitaron la mafia franquista del sector. Heras acababa de abandonar el despacho minutos antes de que llegaran los pistoleros fascistas.

En la presentación, presidida por Francisco Naranjo, director de la Fundación Abogados de Atocha, intervinieron, además de Virgilio Heras, Jaime Cedrún, secretario general de CCOO de Madrid; Raúl Cordero, vicepresidente de la Fundación Abogados de Atocha; David Jabato, secretario general de Servicios a la Ciudadanía de CCOO de Madrid; Florencio Domínguez, director del Centro Memorial para las Víctimas del Terrorismo; el jurista Antonio Garrigues Walker, y el autor, Manuel Gallego.

En un primer momento de su investigación Gallego se preguntó el porqué de este atentado, pero después optó por hacer de la masacre el centro de sus pesquisas y se sumergió en el sumario del juicio, que hasta ese momento había pasado despercibido para la historiografía del caso. “El atentado se produce durante la Transición, pero en un momento muy concreto en el que el PCE está ejerciendo su enorme influencia y los pilares del franquismo se están desmoronando”, explica el autor.

El periodo entre diciembre de 1976 y enero de 1977 es clave en la desaparición de los cimientos que habían sostenido la dictadura, dos meses en los que la extrema violencia colocó al gobierno de Adolfo Suárez al borde del colapso con diez asesinatos en apenas cinco días. “La respuesta democrática y sin revanchas del PCE logró que aquel camino que se desviaba de la Transición hacia la democracia se enderezara de nuevo”, subrayó Manuel Gallego. “Tras la masacre”, añadió, “se inicia una instrucción sumarial que para la historiografía ha pasado desapercibida cuando tiene un valor incalculable para entender el sentimiento de impunidad de los grupos de ultraderecha durante la Transición”.

“La Transición fue dura, durísima”, recordó Jaime Cedrún durante su intervención. “Casi 700 aseinatos y con el Tribunal de Orden Público (TOP) golpeando con fuerza: entre 1974 y 1976 abrió 23.000 procedimientos y dictó 4.000 sentencias. Había intentos de desestabilizaciónn por todas partes para provocar un golpe militar que finalmente se produjo en 1981”.

Cedrún criticó a quienes ahora se escandalizan porque vaya a haber ministros comunistas en el gobierno. “Es un acto de justicia histórica en este país, porque si la democracia se la debemos a alguien es fundamentalmente al Partido Comunista, a la clase trabajadora. ¿Quiénes ponían los muertos? ¿Quiénes ponían los torturados? ¿Quiénes ponían los despedidos en el trabajo? Eran en su mayoría sindicalistas de CCOO, muchos de ellos también militantes del PCE”.

Jaime Cedrún afirmó que lo que hoy pone en riesgo la convivencia “es el modelo de capitalismo ultraliberal que genera desigualdad, pobreza, incertidumbre y corrupción”, el caldo de cultivo que alimenta a la ultraderecha. “La violencia y el terrorismo de la ultraderecha hace 40 años se justificaba precisamente en el discurso de la patria se rompe, el mismo al que recurren ahora y con el que han conseguido entrar en las instituciones y trasladar la crispación política a la ciudadanía”.

El veterano jurista Antonio Garrigues Walker quiso intervenir en la presentación del libro para reconocer también el papel decisivo del PCE y de CCOO en la Transición española. “La organización maravillosa que el PCE aportó al entierro de los asesinados fue el principio realmente de la democracia. En esa multitudinaria manifestación se puso de manifiesto que este país había cambiado. Al menos nos queda la satisfacción de que aquellas muertes no fueron en vano”

 

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