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26 Jun 2019 |
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El Fiscal dio un vuelco al caso tras aceptar que no había pruebas de que se hubiesen utilizado jeringuillasSorprendente final del juicio contra Bea, la auxiliar de enfermería de Alcalá, que quedaba ayer visto para sentencia. Y es que, tras la celebración de varias jornadas de vista oral, el Fiscal y las acusaciones decidían cambiar su versión de los hechos al no poder probar que las muertes se produjesen inyectando aire con una jeringuilla, lo que ampliaría el círculo de sospechosos. Este giro de los acontecimientos, que incluye hechos que no se investigaron en la fase de instrucción, no impedía que el Jurado Popular considerase culpable de una de las muertes a la auxiliar, en concreto la que se producía en agosto de 2017. Tras una semana de juicio, en que Bea insistió una y otra vez en su inocencia, el jurado la condenaba por uno de los casos que se le adjudicaban y la absolvía del otro, sucedido en 2015. Volviendo al giro de los acontecimientos que se producía en la última sesión del juicio, tanto el fiscal como las acusaciones reconocían que podría haberse utilizado una máquina de oxígeno en lugar de las jeringuillas para producir las muertes, lo que, según la defensa, amplía el círculo de sospechosos, y abre la puerta a “mala praxis” como causa de lo ocurrido. A pesar de ello, el Jurado consideraba a la auxiliar culpable de un delito de asesinato por el que podría enfrentarse hasta a 22 años de cárcel.
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