“Desaparecidas en Ciudad Juárez” se presenta el viernes en la localidad complutense

El 18 de Enero de 2008 la niña Adriana Sarmiento Enríquez desaparece en el centro de Ciudad Juárez, al igual que más de 200 niñas y mujeres durante los últimos 20 años. Este es el punto de partida de una investigación que ha llevado al periodista alcalaíno Javier Juárez a recorrer más de 10.000 kilómetros en busca de las niñas, y descubrir todo lo que se esconde detrás de uno de los mayores escándalos del México actual.

Toda la historia de cuatro años de investigación se cuenta en un libro que, sin duda, va a levantar mucha polvareda: “Desaparecidas en Ciudad Juárez”, que presenta su autor el próximo viernes en el Colegio de Abogados de Alcalá.

2Este trabajo me ha llevado a recorrer más de 10.000 kilómetros tratando de localizar el paradero de las niñas, a visitar antros indefinibles donde niñas de apenas 13 años eran prostituidas. He ido a pueblos dominados por el narcotráfico tratando de saber dónde se llevaban a las crías, a municipios fronterizos cuna de polleros, tratantes de personas que pasan de forma ilegal a mujeres inocentes víctimas de redes de explotación de personas. He ido al mismo infierno para tratar de sacar a esas pobres niñas de las garras de quienes se las están llevando de Juárez, la ciudad más violenta del mundo”, explica Javier.

Pero, no obstante, la investigación estuvo a punto de costarle muy cara: “Esta denuncia internacional hecha desde la propia Juárez hará que sufra un intento de secuestro en el centro de Juárez, y seré amenazado de muerte a través de la periodista Guadalupe Lizárraga, editora de Los Ángeles Press, medio referente en la investigación periodística y en el que colaboro para denunciar esta realidad oculta, este feminicidio silenciado. Tras estas “advertencias” la  Asociación Artículo 19, que da apoyo a periodistas en riesgo, y la Embajada de España me sacarán de México ante mi inminente asesinato”, relata el periodista.

Ahora presenta el libro fruto del trabajo de los últimos años, y lo va a hacer de forma muy especial: solicitando que todos los asistentes lleven zapatos o zapatillas rojas, o con algún elemento de ese color, como símbolo del rechazo por lo que está sucediendo en Ciudad Juárez desde hace muchos años.