15 Feb 2013 |
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La entidad recibe, según CSIF, 40.000 nuevos beneficiarios en 2012Las cuentas de Muface se han visto reducidas en más de mil millones de euros a lo largo de los últimos cinco años, entre 2009 y 2013, como consecuencia de la reducción de las aportaciones del Ministerio de Hacienda, la utilización del remanente de tesorería y la congelación de las ofertas de empleo público, lo que ha impedido la entrada de nuevos titulares y beneficiarios en el sistema. Ante esta situación, que puede comprometer a medio plazo el futuro de la mutualidad, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F), sindicato más representativo en las Administraciones Públicas, ha organizado laJornada Mutualismo Administrativo: Eficiencia de un Modelo”, en colaboración conel Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS). Los datos de los últimos años muestran como la incorporación de nuevos mutualistas titulares se va reduciendo como consecuencia de las escasísimas ofertas de empleo público, que actualmente es la única manera de incorporarse a las mutualidades. A lo largo de los últimos años se ha reducido de manera paulatina la entrada de nuevos beneficiarios (familiares de mutualistas) consecuencia de la reducción de la natalidad y de la práctica paralización de las ofertas de empleo público que aportan titulares jóvenes con hijos de corta edad. Sin embargo, los resultados provisionales de 2012 reflejan un aumento de beneficiarios, probablemente como consecuencia de la crisis económica y el regreso de muchos jóvenes al hogar de sus progenitores y por tanto, a la protección de la mutualidad. La distribución porcentual entre titulares y jubilados obligatorios se va decantando de forma imparable hacia los jubilados (seis puntos porcentuales en los últimos seis años). El envejecimiento de la población tiene como consecuencia una mayor necesidad de asistencia sanitaria y farmacológica y de protección social. Las aportaciones obligatorias de Hacienda se han ido reduciendo de manera paulatina, destacando la reducción del 16,9 por ciento en el último año. La retracción de Hacienda en la aportación ha hecho necesaria la utilización creciente del remanente de tesorería, única manera de equilibrar el presupuesto para hacer frente a las necesidades del concierto y las prestaciones sociales. En los últimos cinco años se han utilizado casi mil millones de euros del remanente. Esta evolución explica los recortes en las prestaciones sociales, que por primera vez desde la fundación de las Mutualidades en 1975 se han introducido en el presupuesto de las mutualidades para 2013. Programas que se suprimen para 2013: 1. Nuevas ayudas adicionales a los servicios y prestaciones económicas del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD). Programas que se recortan para 2013: 1. El subsidio de jubilación se reduce a la cuarta parte al modificar el coeficiente multiplicador que ha de aplicarse a las retribuciones básicas y establecerse en el 0,5 (antes era 2). El recorte económico supone pasar de más de 15 millones de € en 2011 a una cifra ligeramente inferior a 4 millones € Frente a estos datos, destaca la gestión impecable de las mutualidades y la excesiva diferencia en relación a la sanidad pública, como muestran los últimos datos contrastados, correspondientes a 2009 y 2010. Otro de los problemas estructurales detectados reside en los diferentes y disparatados precios de las comunidades autónomas a las aseguradoras cuando recurren a los servicios públicos. Estos son algunos ejemplos, comparando las diferencias de coste entre la Comunidad de Madrid y Andalucía (comunidad autónoma más cara). A esta situación económica se suma la diferencia entre los índices de siniestralidad entre la media del conjunto de las empresas aseguradoras, respecto al de las compañías que pertenecen al mutualismo administrativo. Ante esta situación, CSI-F propone: - Realizar un estudio de viabilidad, con el consenso de todas las partes implicadas. Por ello, todas las partes implicadas tienen la obligación de aunar esfuerzo para que el modelo perdure de manera estable a lo largo del tiempo. De lo contrario, el agotamiento del modelo tendría funestas consecuencias para el Sistema Nacional de Salud, que vería incrementado en dos millones sus nuevas afiliaciones de manera brusca y repentina. Esta situación sería altamente perjudicial para las arcas públicas, por los mayores costes que tendría que soportar, además de suponer un completo desastre para la planificación sanitaria del país. |