Antena 3 ya tiene listo el recambio de Splash

Por fin el lunes Telecinco decidió dar la cara ante alguna de las cosas que se han dicho sobre la continuidad del programa, y lo hizo contando exactamente como se produjo la negociación para la emisión de la edición 14 de Gran Hermano, una negociación que permite entender muchas de las cosas que están sucediendo entorno al programa. Giuseppe Tringali, el Presidente de Publiespaña y Consejero Delegado de Mediaset España, reconocía en una entrevista que la cadena no tenía la menor intención de emitir Gran Hermano 14 hasta la mejora del sector publicitario, y que sólo reconsideraron la situación cuando la productora les llevó una propuesta económicamente muy rentable para la cadena. Precisamente en esa rentabilidad para la cadena se pueden encontrar las razones del fracaso (si no en audiencia, sí en calidad) de la edición.

Así, esta Choni elucubradora puede llegar a la conclusión de que Zeppelin habría intentado recortar el coste de producción a Telecinco, asumiendo ellos la diferencia de otros años. De ahí que el casting fuera mucho menos elaborado, la casa no incorporase grandes novedades, y el equipo de las galas no tenga la menor idea de lo que sucede en la casa. El negocio para la productora, de esta forma, tendría que llegar a través de métodos alternativos: los rascas de la suerte, y, sobre todo, las llamadas para formar parte del casting (por eso nunca se cerró), y para expulsar.

Para maximizar beneficios, el programa podría haberse centrado en el perfil de público que, estadísticamente, más vota en el juego, olvidando por el camino a la audiencia tradicional del programa (ya en entredicho, porque la productora puede salir muy escaldada de esta aventura en la que asumen casi la totalidad de los costes de puesta en marcha, y probablemente, Telecinco no vuelva a comprar el formato hasta que mejore la situación económica, y mucho menos, cuando lo hace una productora externa, en lugar de las muchas internas que tiene el grupo).

Así el formato se convertiría en un nido de carpeteras desde el minuto uno, al meter en la casa a todo aquel que prometiese lío de faldas, y con los resultados que ya conocemos. Eso sí, como la condición humana es muy voluble, era necesario que entrase un perfil que asegurase carpeta, si los demás no pasaban a la acción, un perfil que sería protegido desde el principio por una organización que no dudaría en vender su historia de amor como la trama central de la edición. Además, ese perfil, que sería vendido como ganador desde el principio, permitiría, si no conseguir beneficios, sí minimizar costes al no entregarle la totalidad del premio.

Este nuevo Gran Hermano, exclusivamente para carpeteras, buscaría la protección de las tramas amorosas sobre cualquier otra, por lo que, puestos a elegir entre Lorena e Igor tendrían muy clara su decisión. El problema podría llegar si alguno de esos perfiles carpeteros provocase serios problemas en la casa. Entonces el programa no tendría más remedio que quitarse la careta, y proteger a capa y espada su fuente de ingresos, aunque con ello se llevase por delante la credibilidad conseguida a lo largo de trece años.

La crisis está obligando a las empresas a mostrar su capacidad de liderazgo, y las españolas, por regla general, están fracasando estrepitosamente. La potenciación del beneficio a corto plazo, en lugar de la creación de un producto de calidad que incremente el valor en intangibles es una de las causas (solo una, podríamos hablar largo y tendido), de que España esté muy lejos de ver la luz al final del túnel.

Pero volviendo a Gran Hermano, lo cierto es que la audiencia parece haberse estabilizado por fin, después de un comienzo de edición titubeante (la explicación de Tringali también explica por qué el programa seguía metiendo concursantes a pesar de tener un ultimátum sobre la mesa), y lo hacía por encima del 20% de share. La gala, centrada una vez más en Miriam, mantenía el interés del público en una noche en la que Splash volvió a marcar mínimo de temporada, y las ofertas de las pequeñas se multiplicó por los atentados de Boston. La Casa en Directo, por su parte, se dejaba cinco puntos de share con respecto a la semana pasada, repitiendo la marca de la Gala. Así el programa sólo pierde cien mil espectadores tras la expulsión de Miriam, y no tiene que sacar el lunes a Igor de la casa para asegurarse una audiencia decente (en la productora había mucho miedo a las audiencias del pasado lunes, pues era la prueba de fuego del nuevo modelo).

Estos datos, además, auguran que Igor no saldrá el lunes, habrá repesca, volverá a entrar Miriam, y queda Gran Hermano para rato, al menos hasta que entre en juego el nuevo rival a batir. TVE recuperará Águila Roja en la primera semana de mayo, justo cuando termine Splash, y lo hará en competencia directa con Gran Hermano, y la sorpresa del día por parte de Antena 3: la cadena está preparando, casi seguro como recambio del programa de saltos, una nueva edición de El Número 1, con nueva mecánica y muchas similitudes con La Voz. El programa, que ya está en fase de casting, pretende reciclar algunos de los cantantes que no consiguieron entrar en la primera edición (aviso para Gestmusic: no se si lo saben, pero muchos de sus descartes se presentaron al casting del otro programa, en el cual, simplemente para participar en las audiciones a ciegas, tuvieron que firmar exclusividad durante un año, por lo que el programa no va a tener fácil encontrar cantantes).

Al margen de guerras de audiencias, mensajes secretos y futuribles, la vida en la casa continúa, y lo hacía anoche con una fiesta Disney. Mañana os contaré pormenorizadamente lo que dio de sí la fiesta (ya os adelanto que poco, porque volvieron a racionarles el alcohol y Raki no pudo beber, porque está tomando pastillas). Mucho más interesante estuvo el día anterior, en el que las nominaciones de la última gala enfrentaron (por supuesto, siempre a la espalda) a Adrián con Igor, y a Gonzalo con Argi. Pero antes vamos al último día en la casa de Anabel.

La cantante catalana se iba a dormir la última el domingo por la noche (realmente, lunes por la mañana, sobre las nueve y media de la mañana), y lo hacía jugueteando con la cámara y poniendo caras (probablemente, el programa buscaba imágenes para hacerle un video de esos con música que utilizan para las despedidas, pero la concursante no les dejó durante un buen rato). La chica salió por la puerta grande dejando una nueva versión de uno de los grandes éxitos de Alaska: “ a quién le importa si no me lavo, a quién le importa si no me ducho, yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré”, cantaba en el jardín.

El lunes, aunque lo celebrasen anoche, fue el cumpleaños de Saray, la concursante madrileña que entraba la semana pasada, y a la que todo el mundo le encuentra un cierto parecido con Indhira, y sus compañeros la felicitaron con efusión, aunque no todos se acordaron: su ex, Iván, no recordaba la fecha del cumple de la que fue su novia, y tardó varias horas en felicitarla.

Los que no se van a felicitar por su cumpleaños, al menos de momento, son Yessi y Adrián. La chica confesaba a Desi que su compañero de apartamento hace ya un mes le parecía muy guapo, y que fuera, sin duda, tendrían algo, pero no dentro de la casa. Adrián, por su parte, continúa con su película, y no hace más que mencionar a su chica de fuera. Ayer, por ejemplo, se sentía muy mal porque no quería hacerla daño con su relación con Yessi (no se porqué me da que esta película ya la hemos visto. Espero que la chica de Adrián no termine en Interviú dentro de un par de semanas, para después entrar en la casa).

Al margen de las carpetas, Adrián está nominado esta semana, gracias al tiro fatídico de Sonia. Sin embargo el sevillano piensa que quien le nominó fue Igor (el chico está en lo cierto, aunque su tiro no encestase en la canasta), al igual que él hizo con el vasco (en este caso sí su tiro fue determinante para sacar a la palestra al concursante). Igor, estratega como él solo, intentó descubrir sus nominaciones, y lo hizo a través de persona interpuesta. Os cuento: nada más terminar la Gala, Adrián se confesó con Argi contándole que él era el responsable de que Igor saliese a la palestra. La chica, una vez más se vio en una encrucijada cuando Igor le preguntó si sabía quién le había nominado (Noe lo hubiera tenido mucho más fácil). Argi no traicionó a su compañero de confidencias y aseguró al vasco que no lo sabía.

La vasca, sin embargo, sí tiene muy claro por qué votos está en la lista de nominados. Los Gemelos Montoya no dudaron en clavarle dos puntos que subieron al marcador en cuanto Nacho metió la canasta, y, como ellos son “mu sinseros, illo”, ante las preguntas de Argi no tuvieron el menor problema en mentirle descaradamente. Al día siguiente fue Susana la que inquirió a Carlos, y éste volvió a negar la nominación de Argi (creo que ya va siendo hora de que pongan las nominaciones dentro de la casa, aunque, al poder dejar en mal lugar a los Gemelos, no lo harán).

Mas cosas: la tarde del lunes Sonia demostró lo gran estratega que es, poniéndose en contra, en media hora, a las Directioner, las Susargistas y las fans de Laura en GH 12. La canaria no dudó en decir que las fans del Susargismo “Son pibas de 13 o 14 años que no tienen medida con el móvil, son obsesivas..no dejan de enviar mensajes”. Esta apreciación, con la que se puede estar más o menos de acuerdo, venía acompañada de un: “no como las mías”. (Me temo que Sonia no tiene ni idea de la imagen que está transmitiendo, y, si me apuráis, tampoco del programa en el que está).

La chica hacía las paces con su Pelocho justo antes de la Gala, con una frase que deja muy claro lo que ocurrió el martes pasado y no han querido contarnos: “Me gusta que te comportes como en la última fiesta”, le soltó Sonia a Kristian (recuerdo que en la fiesta del sábado, y tras los incidentes de las dos últimas, el programa decidió racionar el alcohol). Sin embargo, la reconciliación duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rock (Sabina dixit), y ayer volvían a estar a la greña, aunque no sabemos el por qué.

El nuevo, Nacho, explicaba anoche que la razón por la que no metía canastas eran los nervios, una explicación que dentro de la casa no se acaban de creer (y fuera mucho menos), y comienza a acercarse a Saray, que le recordaba ayer que no tenía pareja (cuidado, porque Nacho puede convertirse en el apoyo que Raki necesita al verse apartada del Clan Igor, y con Saray, podrían formar una alianza decisiva de cara a las nominaciones).

Ayer, además, vivíamos un nuevo capítulo de una de las tramas en continuidad de la casa. Os resumo: desde el lunes de la semana pasada, Argi viene notando que le faltan pinturas de su maquillaje, algo de lo que ha acusado varias veces a los Gemelos. La vasca, harta, terminaba el lunes diciendo que si no aparecían las pinturas se iba a mosquear de verdad, pero la cosa no pasó a mayores.

Sin embargo, ayer el ladrón dio la cara. Desi reconocía a Yessica que es ella la que ha robado el maquillaje, y que no piensa devolvérselo a la vasca. Es más, afirmaba que en la Gala se había maquillado con las pinturas de Argi. La confesión de la sevillana generaba mucha polémica en las redes sociales, ya que, al no tratarse, técnicamente de una broma, puede considerarse un hurto menor la sustracción de las pinturas, por lo que, pedían las Susargistas, el programa debería tomar medidas disciplinarias contra la sevillana. En honor a la verdad hay que decir que no es la primera vez que algo así ocurre en la casa, ya que, por ejemplo Gerardo, en GH 11 tuvo que aguantar hurtos similares. La diferencia entre aquel caso y éste es que los robos a Gerardo eran bromas que terminaban con la devolución de lo sustraído, algo que no se produce en el caso de Desi, que tiene intención de quedarse con el maquillaje cuando salga de la casa.

Y para terminar, que el post ya está quedando muy largo, la casa se viste esta semana de Feria de Abril. Los concursantes tendrán que hacer claveles, bailar sevillanas, vestirse de faralaes y jugar al juego de la silla, un juego con castigos que amenazan con dar tramas: el que pierda la silla no podrá sentarse, tumbarse o meterse al jacuzzi hasta que vuelvan a jugar.