Jesús Hernández Gallardo

Los presagios del fin de semana mediado septiembre no han sido buenos en España, la verdad es que nos hemos quedado convulsionados con la pérdida de vidas en el Levante mediterráneo. No obstante la sombra de Dana se ha extendido por el centro de la península y hoy en Madrid y alrededores estábamos marcados por el estigma climatológico, la lluvia dejaría su sello prácticamente todo el día.

La Misa ha sido muy solemne, como requería la motivación de la exaltación de la Santa Cruz, por ello el sacerdote D. José Baena la ha cantado de principio a fin, creando la atmósfera de grandes ocasiones para nuestra Hermandad del Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad. Quizá por ello, siguiendo el ritual impuesto por el sacerdote, también estaba cantado que no podríamos salir por las calles de Torrejón de Ardoz y nos hemos limitado a realizar un Encuentro “exprés” dentro de la Iglesia de San Juan Bautista. Las ganas de todos por cumplir los propósitos de la festividad estaban intactos, en primer lugar D. José Baena llevaba colocada encima de sus ropas de celebración la medalla de nuestra Hermandad, también suya y así todo ha comenzado con una homilía llena de enseñanzas y explicaciones sobre el significado de la Santa Cruz; la que ha tenido siempre y, en especial, la que tiene hoy en día. Yo me he quedado, como idea principal, que significa esperanza ante todo, sumando otras muchas ideas y simbolismos que todo cristiano lleva ya inmersas en su mente.

El Encuentro entre el Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad se ha producido muy pausadamente, siguiendo los acordes de la Banda de Música Municipal, interpretando Caridad del Guadalquivir. Anderos y anderas hemos ido sintiendo la música, deslizando el cuerpo paso a paso, queriendo homenajear al Cristo y a la Virgen con mimo, con la excelencia que cada uno de nosotros mejor podíamos poner en práctica. Ya en el centro de la Iglesia hemos hecho un saludo entre ambos titulares y el colofón del acto han sido las canciones que han dedicado los hermanos de la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío. He de poner de manifiesto que han cantado con el alma, han destilado pura belleza en cada vocablo, han conseguido una emoción en todos los allí presentes, haciendo que muchos de nosotros, ante tal efusividad, mostráramos lágrimas correteando por las mejillas.

Muchos de nosotros, al finalizar el acto, les hemos agradecido todo el cariño desplegado al Cristo y a la Virgen y, desde estas líneas, públicamente quiero agradecer de nuevo la maravilla expresada con sus voces y bonitas melodías.

Hemos alzado de manera enérgica al Cristo y a la Virgen al cielo, poniendo todo el cariño que se lleva dentro y, así, de esta manera tan emotiva y a la vez sencilla, hemos finalizado la celebración de la Santa Cruz.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz