Además, se abrirá una segunda puerta de acceso al Recinto de Conciertos y se recuperará la pantalla del Lago

Han tardado casi tres meses, pero finalmente el Gobierno de Torrejón reaccionaba a lo ocurrido en las Fiestas Populares con el concierto de Estopa, y lo hacía, como es habitual, a través de la revista municipal. Así, el Plaza Mayor desvela que el año que viene volverá la pantalla del Lago durante los conciertos, además de abrirse una segunda puerta al Recinto de Conciertos. Sin embargo, la medida más polémica aparece de “tapadillo” en la información, pues los grandes conciertos no se celebrarán los fines de semana, sino el lunes y el martes.

“Por otra parte, para mejorar la asistencia de los torrejoneros a los conciertos, las próximas fies­tas se llevarán a cabo las siguientes medidas:

• Habilitar una segunda entrada al Recinto de Conciertos por el puente del lago para dar mayor fluidez a la entrada.

• Volver a instalar una gran pantalla en el lago para los grandes conciertos o conciertos fuer­tes celebrando estos el lunes y el martes.

• Mejorar aún más el sonido de los concier­tos”, resume la revista municipal.

Las medidas se toman después de lo ocurrido el domingo de las Populares durante el concierto de Estopa, cuando la afluencia de público obligaba a cortar la Avenida de la Luna para evitar situaciones peligrosas en el interior del Recinto de Conciertos.

De tal forma, y desde antes de comenzar el concierto, la larga cola que esperaba entrar auguraba que no iba a ser una noche normal, y así fue. Minutos después de comenzar a cantar los hermanos Muñoz la Policía cortaba los accesos para evitar el exceso de aforo, lo que provocaba la indignación de los que llevaban varias horas haciendo cola. Y eso los precavidos, pues el resto se encontró con espectaculares atascos en todos los accesos a la localidad cercanos al Recinto.

Viendo que no iban a poder ver a Estopa desde dentro del Recinto, muchos saltaron al otro lado para ver el concierto desde la mismísima Avda de la Luna, lo que provocaba que la Policía tuviese que cortarla convirtiéndose en improvisada ampliación del Recinto de Conciertos. Pero los que peor lo pasaron fueron los vecinos de Fresnos, el Barrio del Rosario y Parque de Cataluña, que comprobaron como los coches, llegados de todo Madrid, aparcaban, incluso, en las aceras.

Y, si la situación era dificil a las diez de la noche, a las doce se hizo imposible, pues el tren, que había trasladado a buena parte de los visitantes, cerraba sus puertas como cualquier día de diario, lo que dejaba atrapados a muchos de los que acudieron al concierto, que debían esperar a los buhos para regresar a Madrid. Y si polémico fue el concierto, aún más lo fue el coste, pues, según desvelaba El Plural, el recital costó 120.395 euros, algo más de veinte millones de pesetas.