05
Oct
2011
Parque de Cataluña, de padres a hijos y después a nietos Imprimir
Lente de Aumento - Torrejón Secreto
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La sección de Baloncesto del Club Deportivo nació hace casi 35 años

El club surgió en 1975, en un barrio de Torrejón de Ardoz en obras y dos años después se incorporó la sección de baloncesto. El CD Parque de Cataluña es un club privado, propiedad de los vecinos, pero abierto a todos. Un club pequeño y de formación en el que los mejores emigran en busca del éxito (como hicieron Jorge Garbajosa, José Antonio Paraíso y Alicia Sánchez) y donde, más de cuatro décadas después, los primeros socios comparten las pistas con sus hijos.

Una formación del Lliria valenciano de 1959. El primero por la derecha, agachado, es Miguel Gil, fundador de la sección de baloncesto del Parque de Cataluña

El Club Deportivo Parque de Cataluña forma parte de la historia de Torrejón de Ardoz desde hace más de 30 años. Comenzó su andadura con la construcción del barrio del mismo nombre, entonces alejado del casco urbano, y en esas tres décadas estas instalaciones en medio de un parque han sido el escenario de las inquietudes deportivas de los vecinos.

Uno de los primeros fue Miguel Gil, que, en 1977, fundó la sección de baloncesto. Ya había jugado a finales de los años 50 y principios de los 60 en la Comunidad Valenciana; en concreto, en uno de los municipios españoles con más tradición baloncestística, Lliria, cuando se mudó al recién construido Parque de Cataluña: “El gancho para vender los pisos era el club deportivo, que tenía una piscina, una pista de baloncesto y un pequeño campo de fútbol. Los sábados nos juntábamos en la pista gente de todo tipo. Entre ellos estaba José Luis, a quien llamábamos el abuelo. Él sabía que yo había jugado y un día me propuso montar el equipo de baloncesto. A la gente la idea le pareció bien y así empezó todo”.

Uno de los primeros equipos del club con sus americanos. Ralph Martin es el primero por la izquierda de pie.

Pese a su condición de club de barrio, el Parque Cataluña contaba con sus americanos. En este caso, trabajadores de la base área de EE.UU. Como Ralph Martin, “que era jefe de mantenimiento, otro chico que se llamaba Larry, y algunos amigos que se traían de vez en cuando porque aquí vivían muchos suboficiales de la base”. Ese primer equipo formado por vecinos y a la vez socios –la quiebra de la constructora revertió la propiedad de los terrenos en los dueños de los pisos– fue el germen de una sección muy alejada de su estructura actual: “Ahora está todo más organizado y te pierdes con tantos equipos. Entonces jugaba gente a quien le gustaba el baloncesto pero que también venía a jugar al tenis o a bañarse en la piscina”, explica Miguel Gil.

Hasta 2007, el club solo podía jugar al aire libre.

“Los americanos influyeron mucho en que el baloncesto tenga aquí tanta importancia”, reconoce Antonio Rosado, actual tesorero del club deportivo. Por esa causa y por la afición al deporte de los vecinos la sección creció enseguida: un equipo de veteranos, otro femenino, el minibasket… Tocaba mejorar las instalaciones. “Lo que había era malísimo. Nos entregaron la piscina rajada, los tableros eran de madera… En la primera junta plantee ponerlos de metacrilato. Costaban 100.000 pesetas y la primera reacción fue que no, pero dije que si no se ponían renunciaba a ser delegado. Entonces salió que sí”, recuerda Miguel Gil. Más tarde se cambió la superficie. “El primer suelo eran de placas de cemento con chapas alrededor. Eran canchas asesinas. Después se cambió toda la superficie y se rodeó de vallas. En 1982 se estrenó la pista, nueva y buena”, apunta Antonio Rosado.

Desde el comienzo llegó la rivalidad con el club vecino, el Basket Torrejón, aunque siempre marcada por las buenas relaciones entre ambos. Por ejemplo, del otro lado de la vía llegó Rafael Blanco, que fue director deportivo del Parque de Cataluña durante veinte años. Bajo su coordinación, el club alcanzó su cénit con más de 300 jugadores.“Conocía  a Fernando Rojas, una persona muy importante en la historia del club [sustituyó a Miguel Gil como delegado], y me propuso venir.

Los chicos y chicas de mini posan juntos en 1980.

Querían que el equipo senior compitiera más, pero sobre todo aumentar la base y que los niños se engancharan al baloncesto. Para nosotros no había ni mejores ni peores. Todo el mundo valía, y no importaba si se ganaba o se perdía”. “La primera pista era de cemento con chapas alrededor. Eran canchas asesinas”Y recuerda una anécdota:“Un equipo de pequeños fue a jugar a Madrid, perdieron ciento y pico a dos y venían cantado mientras que el otro equipo estaba enfadado porque les habían metido una canasta. Esa era la mentalidad”.

Javier Conde, miembro de la comisión de baloncesto; Rafael Blanco, exdirector técnico; Antonio Rosado, tesorero; Anunciación Fernández, presidenta; Miguel Gil, fundador de la sección de básquet, y Fran Gálvez, actual director técnico.

Durante esas dos décadas, Rafael tuvo a su lado a José Luis Ramírez, otra pieza básica en el engranaje del club: “Nos complementábamos perfectamente. Yo estaba más enfocado a lo social y él a la competición; él se encargaba de las relaciones con el Estudiantes o con el Real Madrid, de ver jugadores, hacía los equipos más competitivos… Yo más de la base”.

El mayor número de jugadores y el trabajo de los técnicos tuvieron como consecuencia más calidad y que el club empezara a ser conocido en toda la Comunidad de Madrid. Pero el crecimiento estaba limitado por la economía y por las instalaciones, solo dos canchas al aire libre. En 2007, justo el año en que Fran Gálvez relevó a Rafael Blanco al frente de la dirección deportiva, llegó uno de los hitos en la historia del club. Una de las antiguas canchas se cubrió con una carpa y se renovó la superficie. Ya se podía jugar a cubierto. “Es una carpa porque no podía ser otra cosa. Para poner un ladrillo había que modificar el Plan General de Ordenación Urbana de Torrejón de Ardoz. El proyecto original que era más ambicioso pero fue imposible”. Quizá esa es una de las claves del club: el sentido común por encima de la ambición, la seguridad por encima de los riesgos. “No tenemos grandes problemas económicos porque no somos partidarios de grandes aventuras. Vamos despacio. Cuando tenemos dinero se hace una inversión y cuando no, no se hace”, afirma el tesorero.

El equipo cadete femenino de la temporada 2010-11, subcampeón de Federado. En la actualidad, en el CD Parque de Cataluña cuenta con 16 secciones. Entre ellas, además del básquet, atletismo, fútbol sala, tenis, pádel y gimnasia rítmica, disciplina en la que ha sido varias veces campeón de España. En los últimos años, quizá por los éxitos de la selección nacional, el baloncesto mantiene una clara línea ascendente. En la temporada 2008-09, 144 fichas; en la 2009-10, 153; en la 2010-11, 168; y en la 2011-12, cerca de 200 repartidos en 17 equipos. Aunque solo los vecinos son socios, el club está abierto a todos: “Los socios tienen una bonificación, pero puede haber jugadores de fuera del barrio e incluso de fuera del municipio. No cerramos la puerta a nadie”, comenta Antonio Rosado, quien asegura que “esto es deporte base puro y duro. En cuanto destaca alguien se lo llevan. Nosotros no tenemos capacidad de retener a nadie y tampoco queremos poner trabas a futuros deportistas”. Entre los que pasaron por el Parque de Cataluña en sus inicios hay ilustres como Alicia Sánchez, José Antonio Paraíso y Jorge Garbajosa “que empezó aquí hasta que lo vieron en cadete y se marchó a Alcalá”.

Igual que sus vecinos del Basket Torrejón, el Parque de Cataluña tiene acuerdos con colegios de la localidad. Como explica Javier Conde, miembro de la comisión de baloncesto del club, “No tenemos problemas económicos porque no nos metemos en grandes aventuras”“les proporcionamos monitores y todo el material deportivo. Juegan la liga local con el nombre del centro pero están asociados a nosotros. Es una forma de hacer cantera y ver más jugadores”. Sobre todo jugadoras porque, sin descuidar a los equipos masculinos, el club se decanta por el baloncesto femenino. De hecho, ya hay más chicas que chicos. La explicación es sencilla. “En Torrejón de Ardoz no hay equipos femeninos importantes. En masculino tenemos el Basket Torrejón [con un equipo en Liga EBA] pero en femenino todavía no sabemos dónde está el techo”, comenta Fran Gálvez.

La pista principal del club, cubierta con una carpa

El club no tiene grandes ambiciones deportivas pero sí sociales como reflejan las Jornadas Deportivas que organiza en junio, al final de la temporada. En 2011 se ha celebrado la XXXI edición.“Es una semana entera de competición; el viernes y el sábado hay un maratón y se juega al baloncesto durante todo el día y toda la noche. Participa gente de toda la Comunidad de Madrid y es la gran fiesta del deporte en Torrejón de Ardoz”.

De los americanos de la base al baloncesto de base. Sin despegar los pies del suelo, consciente de sus limitaciones, el CD Parque de Cataluña mira hacia el futuro con una decidida apuesta por el básquet de formación y, en especial, por el femenino. Desde los años 70 han cambiado muchas cosas. “Ahora hay jugadores con 36 ó 37 años que tienen a sus hijos en el grupo de los pitufos”, comenta Fran Gálvez. Pero otras siguen igual. Paquita, la secretaria, lleva 35 años en el mismo puesto, donde ha visto crecer a sus hijos, todos deportistas. A sus 69 años, más de medio siglo después de empezar en el Lliria, Miguel Gil sigue jugando al baloncesto, “y todavía aguanto partidos completos”. Y Rafael Blanco repasa su carrera: “Mi mayor éxito es haber cogido a chicos con 5 años, verlos crecer desde mini hasta senior, y después haber entrenado a sus hijos o hijas. Esa la grandeza de este club”.

 

Fuente: CD Parque Cataluña