29
Mar
2018
Miercoles Santo Torrejón 2018: Una roca del Calvario acompaña al Cristo de la Vera Cruz Imprimir
TorreNews - Sociedad Torrejón
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La Hermandad repitió el modelo del año pasado en su procesión más espectacular

Cuando algo funciona es mejor no tocarlo. Y eso es, probablemente, lo que han pensado los Hermanos de la Vera Cruz tras el estreno, hace un año, de un nuevo modelo de Procesión del Silencio. Así, de nuevo un desfile corto pero muy solemne rematado por un espectacular traslado del titular de la Hermandad hasta el Altar para el besapiés, y acompañado por la música de una Banda de enorme prestigio fueron los protagonistas de la noche más especial para la Hermandad.

Eso sí, la noche comenzaba algo antes de lo habitual, ya que a las diez y media hacían acto de presencia en la Plaza, acompañados por los sones de la Banda de Cornetas y Tambores “El Buen Camino” de Humanes. Pero esta vez no esperaron, en formación, a las puertas de la iglesia hasta la salida de los dos titulares, si no que entraban dentro de la parroquia para asistir al primer acto de la noche.

Y es que los Hermanos estaban de estreno, pues su Cristo de la Vera Cruz iba a lucir un relicario que contiene un trozo de roca traída expresamente del monte Calvario de Jerusalén. Así, tras tomar posiciones, el sacerdote se encargaba de explicar en qué consistía la reliquia antes de subir al paso donde se encontraba el Cristo para colocarla justo junto a sus pies.

Terminado este primer acto, los torrejoneros congregados en la iglesia pudieron contemplar un momento muy especial que, normalmente, se produce en un templo completamente vacío: la primera “levantá” del Cristo de la Vera Cruz que da comienzo a la Estación de Penitencia de la Hermandad. Una primera “levantá”, por cierto, dedicada a una Hermana que no pudo desfilar con ellos, y que se encontraba justo delante del paso.

Tras este primer momento emotivo, comenzaba la Procesión del Silencio, y lo hacía, como manda la tradición, con la salida de los pasos del Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad portados por los anderos y flanqueados por antorchas encendidas. La comitiva la completaban, además de la Banda de Música, los penitentes, otros Hermanos con faroles y codales y las autoridades.

Juntos comenzaban un largo camino de más de una hora por las calles de Torrejón en el que estuvieron acompañados por un numerosísimo público que no quiso perderse la procesión más espectacular de la Semana Santa torrejonera. Y es que la noche invitaba a pasear, pues parece que las borrascas han dado un respiro para hacer recordar que acaba de comenzar la primavera.

A eso de las doce y cuarto Madre e Hijo llegaban a las puertas de la iglesia, y lo hacían para preparar el cierre de la procesión: tras ponerse en paralelo, el Cristo de la Vera Cruz comenzó a moverse para entrar en la iglesia, algo que ocurría después de que los anderos, tras voltearse para que el Cristo no dejase de mirar a la Virgen en la entrada, hiciesen entrar el paso levantándolo a pulso entre los aplausos de los fieles. La Virgen, portada por 16 anderas, seguía el mismo recorrido, a la vez que los treinta anderos del Cristo lo situaban en el mismo lugar donde comenzó la procesión dos horas antes.

Pero la noche estaba lejos de acabar, ya que aún faltaba el acto más espectacular de los que componen la procesión, y que recuerda a aquella primera Procesión del Silencio celebrada por la Vera Cruz hace ya 19 años: tras descolgar al Crucificado, los Hermanos cogieron la Cruz para transportarla, de forma solemne, y acompañados por la música, hasta el mismo Altar mayor donde comenzaría, minutos después el Besapiés con que concluye la Estación de Penitencia de la Hermandad.