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28
Mar
2018
Martes Santo Torrejón 2018: El Crucificado de la parroquia de la Plaza, protagonista de un Via Crucis totalmente reinventado PDF Imprimir E-mail
TorreNews - Sociedad Torrejón
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El estreno en las calles de una de las tallas más queridas de Torrejón abrió los días de Pasión

Es una de las imágenes más queridas por los torrejoneros, y eso que, hasta anoche, nunca había participado en una procesión. Pero hasta ayer, porque el Crucifijo que preside la entrada de la parroquia de San Juan Evangelista se convertía en el gran protagonista de un Via Crucis completamente reinventado. Así, y tras el ínterin del año pasado, el primer gran acto de los días de Pasión recuperaba la solemnidad, gracias a la labor de una Hermandad de la Vera Cruz que supo tratar la talla del Cristo como si de su propio titular se tratase.

De tal forma, a las nueve en punto de la noche los Hermanos de la Vera Cruz descolgaban, por primera vez en mucho tiempo, el Cristo que se sitúa en la primera columna de la entrada de la iglesia, y lo hacían para trasladarlo, con total solemnidad, hasta el mismo pie del altar. A continuación, el resto de los Hermanos, portando codales, faroles y las 14 estaciones con sus respectivos estandartes fueron tomando posiciones en el crucero de la iglesia en lo que solía ser el comienzo de este Via Crucis.

Pero las novedades no terminaron ahí, ya que cuatro Hermanos fueron los encargados de pasear al Cristo, de forma solemne, por las calles de la zona centro en una larga procesión de hora y media en la que estuvieron acompañados por multitud de vecinos y por una noche típicamente primaveral. Lo que no cambió con respecto al año pasado fue la ausencia de música (tan sólo algún tímido rezo entre estaciones), y la ambientación de la Estación número 13, en que la Cruz portada por los Hermanos se situó junto a la enorme Cruz de piedra que preside la fachada de la parroquia.

Tras esta estación, y en perfecta formación, la comitiva entraba en la iglesia para rezar la 14º Estación justo a los pies del altar, donde terminaba la primera Procesión de los días de Pasión. O al menos eso era lo previsto, ya que no fueron pocos los torrejoneros que aprovecharon la cercanía con una imagen tan venerada para realizar un improvisado “besapiés” justo antes de devolverlo a la columna desde la que preside la iglesia de la Plaza.

 

 

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