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17
Jun
2017
Ismael López y Javier de Miguel abrieron la Puerta Grande de Torrejón PDF Imprimir E-mail
TorreNews - Sociedad Torrejón
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Amor Rodríguez fue revolcado dos veces y se marchó de vacío

Era uno de los experimentos más arriesgados de esta edición de las Fiestas, y parece que aprobó con nota, pues, a pesar del sofocante calor y de celebrarse en una tarde de viernes que no era festiva en la localidad, los vecinos acudieron a la Plaza de Toros para ver a sus estrellas locales. Así, apiñados en el tendido de sombra para escapar, tanto del sol como de unas pocas gotas de lluvia que cayeron al comienzo de la tarde, peñas, familiares, amigos y vecinos de Ismael López, Javier de Miguel y Amor Rodríguez se dieron cita en el evento que abría la Feria taurina de Torrejón.

Y lo que vieron en el ruedo también mereció la pena, pues Ismael López regresaba a "casa" después de seis años sin torear en Torrejón; Amor Rodríguez daba un auténtico recital de pundonor y fuerza torera para acabar con un novillo que le revolcó dos veces; y Javier de Miguel, en su quinta participación en la Feria Taurina conseguía por fin abrir la Puerta Grande.

Así, el único de los tres que ha tomado la alternativa, por cierto, en la Plaza de Torrejón allá por 2009, era el encargado de abrir el festejo a eso de las siete y media de la tarde. López, que toreó también en 2010, no había regresado a la Plaza desde entonces, y sus vecinos le recibieron con cariño- El torero comenzaba su participación con la lluvia como protagonista, y con una montera boca arriba que no auguraba nada bueno. Pero como las tradiciones están para romperlas, Ismael realizó una larga y buena faena que terminó matando a la primera y le sirvió para llevarse una oreja.

Su segundo, con el público mucho más despierto, fue otra cosa. El toro salió con tal fuerza que arrastró al caballo del picador antes de enfrentarse con el torero. Ismael comenzaba tirando la montera al público, ganándose su favor; y terminaba su actuación matando a la segunda, pues el toro se arranco el primer estoque. Como premio, López conseguía dos orejas y abría la Puerta Grande.

Y otro que también salía por la puerta principal de la Plaza de Toros de Torrejón era Javier de Miguel, que hizo realidad el dicho de que "no hay quinto malo". En su caso era la quinta participación en la Feria Taurina de Torrejón, y esta vez la suerte, y los vecinos estuvieron de su lado. Javier, que se bajó del escenario donde triunfa como actor para volver a los ruedos, comenzaba la tarde mucho más tranquilo que en anteriores ocasiones, algo que se notaba desde el mismo primer capotazo. Tras brindar el toro a su abuela, el novillero comenzó un tercio en que el novillo le arrancó dos veces la muleta, pero de Miguel no se vino abajo. Sabiendo que, por fin, podía ser su tarde, arriesgó metiéndose al público en el bolsillo, pero una suerte de muerte en la que necesitaba tres estocadas y un aviso para matar le dejaban sin premio, salvo, por supuesto, una enorme ovación del público.

A pesar de haberlo tenido tan cerca, de Miguel salía a por su segundo con muchas ganas, y esta vez sí, la suerte estuvo de su lado, y eso que recibió la visita de un "espontáneo" que podía haberle hecho perder la concentración (un conejo se coló en el ruedo obligando a parar el evento durante unos minutos). Tras hilvanar varias suertes distintas en los primeros compases, incluyendo una media verónica, Javier comenzó a gustarse, y a gustar al  público demostrando dotes toreras. Pero todavía quedaba la muerte, y esta vez sí la moneda cayó de cara: Javier mataba a la segunda y conseguía dos orejas que le permitían, además de abrir la Puerta Grande, dar una vuelta al ruedo que terminaba llorando tras besar la arena de la Plaza.

Y de las luces a las sombras. Amor Rodríguez, el otro novillero torrejonero, no tuvo su tarde por culpa de un enorme novillo con el que se enfrentó en su primera actuación. Y eso que la cosa pintaba bien desde el principio. El novillero salía al ruedo con una verónica y poco tardaba en meterse al público en el bolsillo. Coreándole, Rodríguez hilvanó una muy buena actuación que le hubiese dado, probablemente, dos orejas, pero la suerte no estuvo de su lado. Al llegar al tercio de muerte, el toro le embistió al clavarle el estoque, si bien el novillero no sufrió ningún daño. La segunda estocada fue más tranquila, pero en la tercera el novillo le revolcó por el suelo haciendo que Amor se diese un fuerte golpe en la cabeza. Con esa fuerza que sólo los toreros tienen, Rodríguez se levantaba dispuesto a irse a por el toro y matarlo definitivamente, pero el golpe, que le dejó mareado y sin fuerza, hacía que fallase en el descabello, marchándose del ruedo con un gran aplauso del público.

Lo ocurrido en su primer toro provocaba que Amor saliese en el segundo totalmente descentrado, y eso que la cosa empezó bien, al unir dos verónicas que levantaron aplausos del público. Hasta en dos ocasiones el animal arrancaba la muleta al torero, que no podía hacer otra cosa que matar a la sexta y marcharse por la puerta de cuadrillas entre los aplausos del público.

 

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