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06
Feb
2017
Torrejón celebró la Candelaria con palomas y una levantá dentro de la iglesia PDF Imprimir E-mail
TorreNews - Sociedad Torrejón
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La vela se apagó en el patio de la parroquia

Al igual que ha ocurrido con el resto de procesiones organizadas por la Hermandad del Rosario en el último año, la Procesión de las Candelas se reinventaba, ganando espectacularidad y ampliando su duración con una doble levantá dentro de la iglesia. Sin embargo, la que no aguantó el fortísimo viento que azotaba Torrejón durante la mañana del domingo fue la vela encendida en las manos de la Patrona, que se apagó en medio del patio interior de la Parroquia de San Juan Evangelista.

Así, la primera procesión del año en Torrejón comenzaba a las doce de la mañana, cuando la Virgen del Rosario abandonaba el templo con la intención de no volver hasta una hora después. Eso sí, antes de salir se encontró con la primera sorpresa de la nueva comitiva: el lanzamiento de dos palomas en el momento en que sonaba el himno de España y la Patrona cruzaba el dintel de la Parroquia de la Plaza.

Este primer gran momento de la Procesión era seguido por el apagado de la vela, que apenas aguantaba encendida unos cincuenta metros. Eso si, el augurio es algo mejor que el de 2016, año en que la vela se apagaba nada más cruzar la puerta de salida del templo.

Por aquello de ser la primera procesión del año, la Candelaria también fue la encargada de “inaugurar” la nueva plaza, todavía sin nombre, en que se ha convertido la antigua rotonda de entrada a la calle Cardoso, antes de encaminarse hasta Virgen de Loreto para regresar por la calle Soledad hasta la plaza.

A eso de la una de la tarde, la Patrona volvía a las puertas de la parroquia, y lo hacía para que, después de una breve formación, las anderas hiciesen entrar a la Virgen de espaldas a la puerta mientras sonaban los acordes del himno nacional.

Y el motivo se iba a descubrir tan solo unos minutos después, pues, tras entrar en el templo, la imagen de la Vírgen no descansó en el suelo, sino que comenzó un baile acompañada por la Banda Municipal de Música, que terminaba con una gran levantá y los aplausos del público mientras la expresidenta de la Hermandad, muy emocionada, gritaba “Viva la Hermandad de la Virgen del Rosario”.

Pero la cosa no terminaba aquí, ya que tras la levantá en el crucero de la iglesia, la talla continuó su viaje hasta el mismísimo altar, donde, de nuevo, fue elevada a los cielos por los brazos de las 28 anderas.

 

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