Los coches pernoctaron en el Recinto Ferial y atravesaron en comitiva la Avenida de la Constitución

La ya tradicional concentración de coches es el gran acto de la mañana sabatina de las Fiestas. Después de los Porsches, Harley Davidson y Ferraris, les tocaba el turno a algo mucho más nuestro: el 600. El utilitario de los 60 tomó las calles de la localidad para viajar desde el Recinto Centro, donde pasaron la noche, hasta el Recinto Centro.

En total, 40 coches desfilaron ante los torrejoneros y posaron para ser vistos. Y entre ellos algunas joyas: un auténtico descapotable, y un 600 con 55 años de vida en perfecto estado de conservación.

Pero no fue lo único que se encontraron los que pasaron por la Zona Centro ayer. A mediodía las campanas de la iglesia comenzaban a repicar con fuerza, mientras desde el balcón del Ayuntamiento caían caramelos para los niños que llenaban la Plaza. Justo después una charanga acompañada de Gigantes y Cabezudos llevó la música por las calles de la localidad.

A la una, y de nuevo en el Recinto Centro, comenzaba el Baile del Vermouth, con degustación incluída, y a las dos una gran paella ofrecida por las Peñas.