24
Nov
2025
La Semana de la Discapacidad continúa con una exposición de bonsáis Imprimir
TorreNews - Sociedad Torrejón
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Grupo 5 abre las puertas de su Centro de Rehabilitación para mostrar el trabajo de sus usuarios

Tras un fin de semana cargado de actos, continúa la programación de la Semana de la Diversidad, y lo hace este martes con una cita especial, y es que Grupo 5 se suma a la programación ofreciendo una visita guiada a la exposición de bonsáis que han realizado sus usuarios en las últimas semanas.

De tal forma, los que se acerquen a la Avenida de Madrid podrán descubrir el arte de los árboles en miniatura, y cómo han sido podados por los usuarios del Centro de Rehabilitación para prepararlos de cara al otoño.

Con la llegada del otoño, los bonsáis inician una fase decisiva para su desarrollo anual. Aunque a simple vista parezca que el árbol entra en reposo, esta estación marca uno de los momentos más importantes para su salud. Temperaturas más suaves, días más cortos y un ritmo biológico que comienza a desacelerarse obligan a modificar los cuidados habituales. Entender estas necesidades es clave para garantizar un buen invierno y un arranque vigoroso en primavera.

Durante el otoño, ubicar el bonsái en el lugar adecuado puede marcar la diferencia. Los ejemplares de exterior —como pinos, arces o olmos— agradecen la exposición al sol suave y la bajada natural de temperaturas, indispensables para su ciclo de latencia. En cambio, las especies tropicales o subtropicales deben mantenerse alejadas del frío. Cuando el termómetro desciende por debajo de los 10 a 12 grados, un ficus o una carmona pueden resentirse.

El riego también cambia. El árbol reduce su consumo de agua, pero el riesgo de exceso aumenta debido a la menor evaporación. Por eso, los expertos recomiendan regar solo cuando la superficie del sustrato comienza a secarse. Mantener un equilibrio es fundamental: demasiada agua combinada con temperaturas bajas crea un ambiente ideal para hongos o pudrición radicular.

El abonado otoñal es el último gran impulso nutritivo del año. Es el momento de elegir fertilizantes bajos en nitrógeno, pero ricos en fósforo y potasio, que promueven un buen desarrollo radicular y aumentan la resistencia al frío. El proceso debe interrumpirse cuando la especie entra plenamente en latencia o cuando las temperaturas se aproximan a los 10 grados.

El otoño permite pequeñas intervenciones de poda para corregir la silueta del árbol o eliminar ramas secas. Las podas más severas, sin embargo, se reservan para estaciones más seguras. Del mismo modo, el trasplante no es recomendable durante esta época, salvo en situaciones de emergencia.

Las hojas caídas que se acumulan en la superficie del sustrato pueden retener humedad y favorecer la aparición de hongos, por lo que conviene retirarlas con frecuencia. Muchos aficionados comienzan también a instalar protecciones invernales, desde mallas hasta el clásico “doble tiesto” que aísla las raíces del frío más extremo.

A pesar del descenso de actividad biológica, el otoño no está exento de amenazas. La cochinilla, los pulgones tardíos o los ácaros pueden aparecer si el clima es benigno, mientras que la humedad constante favorece la proliferación de hongos. Revisar el árbol con regularidad sigue siendo imprescindible. Cuidar un bonsái en otoño es, en esencia, entender que esta estación prepara el futuro del árbol. Quien aprende a acompañar su transición hacia el reposo invernal disfruta cada primavera de un bonsái más fuerte, equilibrado y hermoso.

La jornada, explican desde Grupo 5, comenzará a las diez de la mañana y se prolongará hasta las cinco de la tarde.