Jesús Hernández Gallardo

Este Viernes Santo ha sido nuestro “plato fuerte” el menú procesional más intenso de la Semana Santa, que tenemos programado en la Hermandad de la Vera Cruz y Nuestra Señora de la Soledad.

Con ello damos por finalizado nuestra intervención procesional en esta edición 2022, pero no acabada de actos procesionales en Torrejón de Ardoz, puesto que la Hermandad de la Virgen del Rosario Coronada dará fin con el encuentro de Resurrección el Domingo día 17.

Bajo el capirote de un andero asoman a sus ojos, e interiormente, se acumulan datos y se destilan impresiones, derivadas de la reflexión de esta Semana Santa, del reencuentro con la normalidad en las costumbres sociales.

En primer lugar, mis ojos han visto a mucha gente con hambre de tradiciones, de regreso a lo clásico, perdido por determinadas influencias tóxicas que han tratado de anular ese patrimonio que muchos hemos buscado y algunos, remisos a reconocerlo, también se han dado cuenta que ese es nuestro tesoro, un gran activo que nos descubre un amplio legado tradicional.

Los anderos acumulábamos el esfuerzo de diferentes procesiones previas de mucha exigencia física y, en consecuencia, nuestro cuerpo se ha resentido. Son esfuerzos que se asumen por la razón que nos moviliza, la devoción que subyace y la ilusión que sigue intacta.

Por nuestra mente pasan diferentes motivos para rezar, unos de carácter individual y privado y otros que seguro son compartidos por todos los participantes. El más evidente para el colectivo es la recuperación física de Vicente, un factor común que está siempre en nuestras intenciones.

Los ciudadanos han aparecido en masa, abundantes en los momentos en que se sacaban las imágenes en procesión, es un regreso al patrimonio que se ha silenciado en gran medida, pero que las hermandades han seguido defendiendo como un activo con futuro.

La tradición católica sigue acumulando a muchas personas que han encontrado de nuevo los valores perdidos y se acoplan a esas inquietudes que nunca han dejado de existir. Nos retiramos contentos por la aportación a la vista de todos, en especial a quienes buscaban inquietudes perdidas y seguro que han encontrado el camino para seguirlas, acoplando su futuro con vistas a esos estímulos de buena voluntad.

Nos vamos cansados por el esfuerzo físico que nos ha supuesto nuestra Semana Santa, pero nos luce el trabajo bien hecho, la entrega y contribución a enriquecer la cultura de Torrejón de Ardoz y dejar un sello de belleza con las imágenes del Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad recorriendo las calles.

Asumiendo el sentimiento de la Semana Santa, deseamos seguir celebrando los diferentes momentos del simbolismo católico, llegando el Domingo de Resurrección al momento más álgido del catolicismo. Quienes han participado con nosotros, habrán cumplido con el paralelismo de la Pasión de Cristo a través de las procesiones, con el momento cumbre señalado por todos en la Resurrección de Cristo el próximo Domingo. Que Dios nos guarde.

Jesús Hernández Gallardo

Exfuncionario del Estado

Torrejón de Ardoz