25
Jun
2020
Nueva anormalidad Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por CAMJesús Hernández Gallardo

A lo mejor cualquier día nos dejan en las altas instancias gubernamentales decir lo que pensamos, descargar toda la hiel acumulada en cada uno de nosotros y soltarnos la coleta. Hoy en día la moda y dependencia del progresismo está centrada en la melena coletera de Pablo Iglesias, es la referencia de la pasarela política, el no va más, el sumum del disparatado modernismo que nos cala hasta las cachas de la sociedad. No es mi modelo, en el cual descargue mis anhelos, tan solo quiero huir despavorido de tan chirriante maquinaria pensante. No es que me moleste que su padre fuera del FRAP, ni que su dislocada pareja remate su cargo de ministra con insospechadas teorías sobre el feminismo de probeta, o que nos tache a los hombres de hechiceros de las tinieblas, pero me asusta su poder de convicción en masas ociosas y estériles. Ha conseguido, prometiendo oros y moros, una buena bolsa de votantes, de gentes que se sienten merecedoras de asignaciones económicas, subsidios y ayudas solo por contribuir con su selecto voto en la urna a tan noble conexión de desahogo. Si lo analizamos en profundidad se trata de un acomodado desenlace, en el que tan solo con un poquito de bulla en los escraches y cuatro gritos bien entonados en presencia de opositores de derechas, ya tienen ganada la nómina bolivariana. El resto del tiempo estará dedicado a la bartola y a afinar la voz del próximo griterío, porque no todo va a ser esfuerzo y padecimiento laboral.

Pero su compañero de fatigas en el Gobierno también ha evolucionado, se ha transformado del PSOE constitucionalista de antes, al nuevo PSOE de Pedro Sánchez, el que él mismo le ha dado un rumbo de bandera con dos tibias cruzadas y una calavera. Se ha introducido en una competitiva carrera para alcanzar y arrebatar a Pablo Iglesias sus votantes. Están ambos, de manera soterrada, en esa lucha encarnizada por un puñado de votos. Hilando con la frase anterior, más bien parece un arrebato por un puñado de dólares, en versión "Western americano".  ¡Que se va a hacer, Dios los cría y ellos se juntan!

A los que no se nos ha perdido nada en esa refriega, puede que nos dejen decir algo ya, que se levante la censura de la pandemia y que mostremos nuestro desacuerdo en tantas acciones erróneas y locuaces. A lo mejor dejan ya esa bochornosa competición por el amasijo de votantes y se ponen de una vez a preocuparse de todos los españoles, que ya va siendo hora.

Pero claro, entre brote y rebrote, todo parece que va para atrás, aplican la filosofía del cangrejo caribeño. A lo mejor cualquier día se percatan que la economía va de capa caída y deciden que se debe trabajar en algún momento; pero claro con los descartes de todos esos paniaguados que revolotean por la nube gratuita.
Hasta hace poco yo mismo tenía cierto reparo en mis reflexiones, pero escuchando la sarta de sandeces que escucho en el Congreso de Diputados, me he dicho a mí mismo que ancha es Castilla y me he tirado al monte sin recelo alguno. Claro que aplicarían la táctica del bulo, porque aunque se haya abierto la veda para la "Nueva Normalidad", seguimos censurando opiniones que rechinen en los cándidos tímpanos socialistas, los de Sanchez y el Podemismo coletero.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz