23
Sep
2019
Matrícula al deshonor Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por CCOO MadridJesús Hernández Gallardo

El PSOE camina solo, es como esos niños de la clase que no encuentran amistad en ningún compañero, de los que necesitan su espacio, su lugar para ubicar sus inquietudes más íntimas. No se relaciona con los de derechas, para no estar contaminado por sus doctrinas más chocantes a través de la Historia. Las derechas son gentes de clásica interpretación de la realidad, muy distante a la que promulga en PSOE a día de hoy, diferente al de antaño. Sus camaradas del pasado, los que conformaron las páginas del cuadro de honores, se han disuelto por falta de sintonía con la actual directiva. Felipe González, Alfonso Guerra, Bono, Leguina y otros muchos se quedan desfondados por el neo-socialismo impuesto por esta Ejecutiva. Por un lado han querido distanciarse con la derecha de manera clara, dando zancadas que marquen una línea más nítida y separadora. En el pasado la Constitución era la materia que les unía con un vínculo robusto y común a todos, pero ahora los propios líderes se han ido desmarcando de sus preceptos, adulterando esta materia en gran medida. Se han querido acercar a la izquierda radical de Podemos, pero tan solo para robar votos en la rapiña electoral, aunque lo cierto es que, al final, no quieren absolutamente nada con ellos, son los malos de la clase, los que no son de fiar, los que hacen pellas durante la legislatura.

Si hubiera que destacar cercanía a media distancia, esta sería con los compañeros del País Vasco y Cataluña, casualmente los más descastados de la clase. Existe entre ellos un vínculo, se podría definir como el comercio de votos, ese egoísmo por ambas partes que buscan de manera dispersa el beneficio, poniendo en práctica ese trueque vomitivo y letal, con la independencia al final del patio del colegio.

Pedro Sánchez, el delegado de curso, ha elegido, ha marcado su línea de socialización, no ha querido que nadie manche sus siglas, ha humillado a Podemos, haciéndoles ver que no son recibidos en el seno del PSOE, no les quieren ni por asomo en sus inmediaciones.

El alumnado de este curso son por entero repetidores, alumnos resabiados que ya han intentado en varias ocasiones superar las materias, regresan de repetitivos fracasos, son de carácter abúlico y nula resistencia a los envites de la exigencia de las distintas materias.

Se trata de un curso académico tedioso, el horizonte es de lo más monótono porque el alumnado es tremendamente triste y cansino en sus mecánicas y costumbres, no existe el factor creativo y está abocado al fracaso.

Así está el panorama, ese que arrastramos en un colegio llamado España, donde sus alumnos autistas del PSOE van por libre, no quieren materias de estudio, porque ellos van sobrados de doctrinas políticas, están enrocados en sí mismos, son únicos y despreciativos con el resto de la clase. Por esta razón y no por otras, solicitan de nuevo exámenes finales, a ver si finalmente consiguen auparse en solitario a la élite política del futuro académico en España.

 

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz