27
Feb
2018
Sendero Cuaresmal Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Jesús Hernández Gallardo

La Cuaresma es la antesala de la Semana Santa, el preludio para las hermandades, el momento en que se va afinando los instrumentos y medios adecuados para realizar la simulación virtual de los últimos días de Jesucristo. Es la puesta en práctica de todas las mejoras que se han ido adecuando año tras año a la escenografía de las procesiones.

Las personas que componemos las hermandades lo vamos sintiendo desde que finaliza la Navidad, ya vamos reactivando y revolucionando nuestro mundo de penitencia. Los ensayos comienzan y parece que se descorre la cortina del horizonte, es la carrera por el sendero cuaresmal que nos desembocará el Domingo de Ramos en la puesta en acción. Pero las personas que conformamos la hermandad somos sensibles a todo ello, lo sentimos como propio, nos cala muy hondo. Cuando un revés físico, alguna inestabilidad orgánica, nos impide la participación, es como una herida interna que nos hace encerrarnos en un bucle de tristeza. Eso mismo le pasó este año a una andera, quizá de las más participativas en toda la atmósfera profunda de la Semana Santa, que sabiéndose alejada de su presencia y colaboración lloraba amargamente, emanando de sí misma lágrimas que denotan la profundidad de su sentimiento y la tristeza causada por su imposibilidad. Ha sido un ejemplo para todos nosotros, nos da una lección de todo lo que se deposita en el saco del esfuerzo, de la dignidad personal y entrega que tiene con el Cristo de la Vera Cruz y de la Virgen de la Soledad.

En estos momentos te das cuenta de la devoción que rezuma este mundo, la entrega desinteresada, la pureza de los hermanos que va saliendo a borbotones. Es posible que exista alguna razón que desde arriba se maneja y la persona pueda expresar su sentimiento, que el enfoque sea distinto y, de igual manera, se atienda a ese impulso interior que nos cautiva.

La Cuaresma lo invade todo, son momento de ajustes, pensamiento, reflexión y de encarar los acontecimientos de trascendental importancia en la religión católica.

Es un propósito que cada año va planeando en el devenir de una hermandad, que va marcando un sendero distinto cada vez, haciendo que se evolucione, se esté alerta y se cumplan los plazos marcados por el reloj penitencial.

La fuerza interior nos impulsa, nos hace avanzar en el peregrinar de la Cuaresma, se saltan los obstáculos que van surgiendo y, sumando fuerzas, entramos esperanzados con nuestros propósitos.

La ilusión cada año se va renovando, se piensa en mejorar todo: lo mental, lo físico y fundamentalmente lo espiritual. Esperamos no reiterar lo vivido el año anterior, para ello van saliendo nuevas áreas que explotar, que van rellenando estancias vacías. La creatividad va en un bloque que la vamos fomentando todos en la Cuaresma, vamos buscando los lugares del camino más favorables para nuestro caminar, para plantar nuestras huellas, tratadas con mimo desde arriba.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz