30
Dic
2017
Catalán Virtual Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Jesús Hernández Gallardo

Yo soy catalán, pero no de nacimiento, tampoco he pasado gran parte de mi vida por esa región, ni siquiera periodos muy extensos de mi vida, pero tengo un apego, sin duda. Mis bisabuelos paternos pasaron gran parte de su vida en Cataluña, luego se fueron a Cuba, dando a luz en el barco a mi abuelo, a quien se le considera catalán por ser alumbrado en aguas todavía españolas y catalanas. Desde luego esa no es la principal razón, sin duda, pero es la mayor cercanía que físicamente yo puedo aportar a esta descripción que he comenzado. No obstante me unen más otros conceptos que tengo claros en mis principios, que atesoro con mimo, por ejemplo mi admiración por todos los amigos que a lo largo de mi vida proceden de allí, son personas inteligentes, admiradas y excelentes, para no olvidar. También me han demostrado lealtad a mi amistad, personas que se han desenvuelto con mucho desparpajo, quizá reflejo de quienes proceden de una sociedad catalana, amplia de miras y cosmopolita, por haber alojado en su territorio a gentes de aquí y allá, del norte y del sur.

Por todo ello me sorprende en la actualidad ese radicalismo, la exclusividad con la que demuestran su poca hospitalidad y disposición a la convivencia, a ofrecer su región, como el resto de regiones o autonomías españolas se abren a la generalidad del país. Para mí ha sido un viraje insospechado, insolente, anclado en mentes anticuadas, egoístas, antipáticas y fuera de la realidad del mundo.

Esa actitud de gentes, ese cambio se debe al impulso que desde instituciones políticas se ha inspirado en ámbitos educativos, culturales y económicos. Políticos que desde la cabecera de la Generalitat catalana han ido introduciendo la intolerancia, el egoísmo, la cerrazón y otras maldades como caminos únicos y exclusivos de expresividad. Todo ello se ha ido fraguando en largos periodos de tiempo, quizá decenas de años, donde en las escuelas se han ido sembrando, de manera errónea, de criterios históricos falsos, carentes de realidad, expresados así para individualizar la autonomía catalana solamente para los autóctonos de esa zona y de los inmigrantes que apoyan estos repelentes valores que ellos mismos han instaurado.

Desde fuera huele a imposición de una impensable falta de valores, lo que no ha caracterizado nunca a la autonomía catalana. La mano negra de Pujol, Artur Mas, Puigdemont, Forcadell, Junqueras y otros segundones ha calado en la gente, han realizado un trabajo de intoxicación en las mentes de los catalanes y se han olvidado de una categoría como pueblo que han tenido siempre.

Ahora, tras la infiltración de valores cargados de egoístas maneras, tienen la capacidad de llegar más allá en sus interpretaciones, de profundizar en la realidad que les confunde y regresar a las conductas generosas que siempre han prevalecido.

En estos días, los independentistas más acérrimos, han encontrado la alternativa humorística de Tabarna, ese ejemplo de su misma reivindicativa posición que les hará pensar, que les mostrará el mismo tejemaneje que ellos han adoptado como propio pero invertido, toda una sátira a la crueldad manifestada por los representantes políticos, por los líderes actuales de la Generalidad, que les han llevado a la división de un pueblo bueno, inmerso en la confusión y maldad propugnada por unos políticos de pacotilla.

 

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz