04
Dic
2017
Chapoteando la Navidad Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Jesús Hernández Gallardo

Estando ya en el puente de primeros de diciembre, tanto han introducido en nosotros el ambiente navideño que, si no fuera por fijar la vista en el calendario, cualquiera diría que estamos en plena Navidad. Las calles ya cargadas de bombillas, iluminadas en las ciudades y preparadas las tiendas para el abordaje ciudadano. Parece que cada tienda es una trampa, una batería de adornos en los escaparates que nos retienen en ellos encadenándonos presas de los expositores. Cuesta trabajo retirar la vista del brindis que nos proponen, sacan sus mejores artículos, pensando en que si no se venden ya, se venderán en los vecinos que reclaman también la atención del comprador.

Todo parece un mercado a la vieja usanza, antes el reclamo era a viva voz, anunciando las bondades que se ofertaban, ahora el anzuelo es silencioso para nuestros oídos, pero muy activo para la vista y el bolsillo.

Todos caemos, unos más y otros menos, pero somos carne de cañón, objeto de consumo. El que más o el que menos siempre tiene una demanda para que los Reyes Magos gratifiquen las Navidades, pongan el colofón a estas fiestas de paz y amor. El montaje es insuperable, la preparación viene hecha desde el verano. Tenemos Lotería de Navidad ya en venta mientras chapoteamos en la playa. Esos momentos son un tanto paranoicos pensando en la distancia que nos separa de tales eventos, pero para la dinámica preparatoria es como la lanzadera que nos introduce en la cultura festiva.

El marketing nos oprime, las técnicas publicitarias embriagan nuestros sentidos y nos encaminan, sin pensarlo, a comprar y cumplir con el entramado comercial. La paga extra de los sufridos trabajadores está colocada de manera estratégica y todo acompaña para entrar en la parafernalia navideña. Papá Noel brinda con cava aragonés, muy bueno por cierto, los Reyes Magos prefieren el fino gaditano, pero en definitiva siempre encontraremos razones para ir dando salida a todo lo que se tercie en estas fechas.

Las promesas de paz y amor nos acompañan día tras día, nos imbuyen en este mundo de generosidad e inteligente recorrido comercial. Los hijos son conocedores de la bondad de los Reyes Magos, son ídolos navideños, los que tras regalar al Niño Dios oro, incienso y mirra, están descargando a domicilio presentes puntualmente solicitados. ¿Quién puede pensar que los Reyes Magos darán la espalda a los niños? Nadie en su sano juicio puede pensar que estas Navidades no se cumplirán los designios de la infancia.

Cada año nuestra mente entra en esa sistemática idea, en el laberinto comercial, en los anzuelos que se preparan con mucha antelación para asegurar que no faltaran las dádivas familiares, la fantasía de la niñez, el impuesto social de los tiempos.

La Navidad propiamente dicha comienza para nosotros en España el día 22, cuando los bombos ponen a prueba las ilusiones de todos los españoles que soñamos con alcanzar ese premio que nos alejará de los males y las miserias, de las estrecheces y de las servidumbres. Transcurre con la fiesta de la Natalidad del Niño Jesús, agrupándonos de manera tradicional en domicilios de familiares que acogen a sus gentes, los que llevan el sello fraternal de su estirpe; la Nochevieja reúne en la cena a todos y, tras las uvas, se abren senderos juveniles de fiesta, que aseguran la noche entera festejando el Año Nuevo, abriendo horizontes para promesas y buena voluntad en ese año que se avecina cargado de sueños e ilusiones. Reyes pone el broche final a todo un alarde de buenaventuras, deseos y regalos, todo un esfuerzo que, sin pretenderlo, año tras año nos va exigiendo repeticiones de idéntico tamaño, si no son mayores las pretensiones que se abordan nuevamente.

Al día siguiente, cuando ya no alumbran las bombillas navideñas, entramos en una rutina que nos regresa a la realidad de nuestro día a día, mirando al futuro y deseando que regrese pronto esta nube efímera que nos embadurna de momentos únicos, casi irreales, la Navidad mágica.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz