Jesús Hernández Gallardo

A todos nos gustaría ser justos en los comentarios, ser asépticos y equilibrados en las deducciones, lanzar opiniones con el colorido justo, ni más ni menos. Pero, a unos más que a otros, siempre se nos escapan pinceladas, bocanadas de opinión que delatan la manera de pensar, dejan posar en la mesa la concepción que cada uno va encuadrando sobre cada tema, cada acontecimiento de trascendencia.

A mí se me nota mucho, soy consciente, pero no me llega a importar demasiado, ya que la lealtad a las ideas debe imperar ante cualquier otro sentimiento. En base a ello, opino que en la actualidad Pedro Sánchez se sentirá mermado en sus ilusas maneras de llegar al poder, en su meditada y sistemática teoría que ha hecho aguas, quizás por un lado sus errores y por otro la dificultad del momento, por ese estado inerte de la política, vago y perezoso del electorado.

Yo no culpo a la ciudadanía, más bien al revés, somos los que reciben la maldad de la política y sus representantes en España. Los gestores de la política son los responsables de esta encrucijada, del atasco, la madeja de hilos ensortijados de manera aleatoria, que ha producido un embrollo de difícil solución. Aquí cada cual lucha por estar posicionado, por quedarse enrocado y con las orejas tiesas, como los canes al acecho de cualquier movimiento de la presa, para salir a degüello, para tratar de asestar la estocada final. Se juega con ventaja, se busca el descuido, es política de contragolpe, es realmente el juego destructivo para culpar al contrario del pecado, del mal paso, del resbalón en el camino.

No se busca la imaginativa, la valentía de la solución al problema, de la positividad en el pensamiento, no se crea la bondad de la iniciativa a pesar de que se pueda entrar en el error. Estamos en una política chapucera, sin ganas de acometer el futuro, sin interés en resolver el embrollo que ellos mismos han provocado y en el que nos vemos envueltos todos los ciudadanos de nuestro país.

Las alternativas no son claras, no hay ganas de mostrar las interioridades, la sinceridad de la gestión, la transparencia en los pasos a seguir. Así nada avanza, nada fluye, el barco sigue anclado aunque corran vientos favorables.

La solución está en los ciudadanos, tendremos que saber votar en las próximas elecciones, evitar polarizar el voto, tratar de encontrar sendas de actividad fiable y no de volver a sestear en el Congreso de los Diputados. El dinamismo triunfará, la decisión, la creatividad, la valentía y la acción.

El PP nos alejó del precipicio económico tras la franja errática del PSOE, la anterior legislatura nos ha enseñado que se puede ir avanzando poco a poco, paso a paso por la estela del progreso. Yo pido soluciones a aquellos que están en política, los que sean incapaces que tiren la toalla y se dediquen a otros menesteres, en la actualidad sobran parásitos en los escaños del Congreso de los Diputados, hace falta una buena purga en la Carrera de San Jerónimo.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz