19
Nov
2019
Reig Pla recordó el 83 aniversario de los fusilamientos de Paracuellos y Torrejón Imprimir
Zona Este - Paracuellos del Jarama
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Foto cedida por Obispado de AlcaláCelebró una misa en el Cementerio de los Mártires

El Obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Pla, ha presidido, en el Cementerio de los Mártires de Paracuellos, la Santa Misa con ocasión del LXXXIII Aniversario del Martirio de 143 Beatos y de la III Jornada Mundial de los Pobres instituida por el Santo Padre el Papa Francisco. La celebración ha tenido lugar el domingo 17 de noviembre a las 12 horas. Concelebraron superiores y representantes de las órdenes a las que pertenecen los religiosos y sacerdotes cuyos restos mortales descansan en este Camposanto. La iglesia del Cementerio, recientemente pintada, quedó totalmente desbordada, por lo que gran número de fieles debieron seguir la celebración desde el exterior. El Obispo diocesano también procedió a bendecir el nuevo sagrario de la Iglesia.

En la homilía Mons. Reig afirmó que el Cementerio de los Mártires de Paracuellos «es como un laboratorio de la fe en el que, más allá de las luchas ideológicas, queremos recibir, en la carrera de nuestra vida, la antorcha de aquellos campeones del espíritu que, sin temer la muerte, entregaron su vida por amor a Dios y por amor a España». Al mismo tiempo el obispo diocesano explicó que frente a la «ciudad terrena: Babel» el Cementerio de los Mártires de Paracuellos «es cómo edificar la ciudad de Dios aquí en la tierra, cómo hacer de España un espacio de comunión fraterna, de respeto a las familias y de auténtica justicia social», y recordó que los mártires «conducidos ante el pelotón de fusilamiento gritaron con convicción ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España! ¡Os perdonamos!».

Además Mons. Reig tomando ocasión de la celebración de la III Jornada Mundial de los Pobres recordó que «hoy debemos comprender la urgente necesidad de la presencia de los católicos en el ámbito público, proponiendo la Doctrina Social de la Iglesia y siendo conscientes de que no hay peor pobreza que no conocer a Cristo y estar privados de la esperanza del cielo».

El Sr. Obispo también recordó que el amor a España de los mártires no era una opción ideológica sino que seguían los mandamientos de Dios, y así explicó: «El amor y el servicio de la patria, dice el Catecismo, forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2239)».

Al final de la Eucaristía Mons. Reig anunció el deseo de fundar un monasterio de vida contemplativa en el recinto del Campo Santo. Tras la Santa Misa se procedió a la exposición mayor del Santísimo Sacramento y a continuación tuvo lugar una Procesión Eucarística recorriendo las siete grandes fosas donde yacen los beatos mártires y demás víctimas.