28
Jun
2018
La OMS deja de considerar la transexualidad una enfermedad Imprimir
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Foto cedida por Ayuntamiento de MadridLa Sociedad Española de Endocrinología cree que servirá para combatir la transfobia

En su última versión del CIE-11, La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha excluido la transexualidad del apartado de trastornos mentales y pasa a denominarla incongruencia de género, clasificada con código Z: “Factores que influyen en el estado de salud y el contacto con servicios sanitarios”. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) valora de forma positiva la descatalogación y subraya que “las identidades de género, así como su expresión, evidencian diversidad y no enfermedad”.

“La autodeterminación del género es un derecho fundamental de las personas y no debe ser entendido de otra forma. Todo esfuerzo que vaya encaminado hacia la despatologización debe ser bienvenido”, indica el Dr. Marcelino Gómez Balaguer, miembro del Grupo de Identidad y Diferenciación Sexual de la SEEN (GIDSEEN),  coordinador del equipo multidisciplinar de Identidad de Género del Hospital Universitario Dr. Peset, de Valencia y responsable de la organización del I Foro Clínico de Identidad de Género, celebrado en esta ciudad el 14 y 15 de junio.

La SEEN recuerda que, aunque en muchas ocasiones sigue etiquetándose la transexualidad como una alteración biológica, no existe ninguna anomalía hormonal ni genética en estas personas. Por este motivo, la decisión tomada por la OMS tiene una profunda carga simbólica. El hecho de que la transexualidad deje de considerarse  como un desorden ayudará a combatir la transfobia social que todavía existe. Socialmente, las identidades trans siguen siendo patologizadas, aunque, afortunadamente, la tendencia en Europa es hacia la integración social de estas personas. “En España somos cada vez más los profesionales de la salud, en general, y endocrinólogos, en particular, que creemos en la conveniencia y necesidad de una atención integral a las personas trans, siempre desde el respeto a la diversidad de las identidades y expresiones de género. El posicionamiento actual de la OMS refuerza nuestras estrategias en pro de una atención  transpositiva”, comenta el especialista.

La SEEN enfatiza que sería deseable que el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de los psiquiatras americanos (DSM V) se adaptara a los cambios de la OMS, puesto que utilizar el concepto de disforia para denominar la transexualidad es, a juicio de la Sociedad, inadecuado, ya que la disforia un síntoma y  no toda persona trans lo presenta.

“Es importante entender que los endocrinólogos no cambiamos sexos ni diagnosticamos identidades”, explica el Dr. Gómez Balaguer. “La identidad se autodetermina y los endocrinólogos ayudamos a realizar las adecuaciones somáticas que la persona trans pueda demandar en aras de conseguir un alivio del malestar, o disforia, que pueda estar sufriendo”, añade.

El acompañamiento endocrinológico de las personas trans durante su transición es fundamental. No todas las personas trans tienen las mismas necesidades. La actuación del endocrinólogo debe estar guiada por el respeto a la identidad de género de cada persona. En muchas ocasiones, no requerirán ningún tipo de medicalización, solamente combatir la falta de autoestima, facilitar acomodación administrativa y subsanar posibles conflictos generados (familia, trabajo, colegio). Este trabajo debe realizarse en colaboración con psicólogos-sexólogos. Si la persona trans demanda, como forma de aliviar síntomas, una adecuación corporal, ésta no será la misma en todas las personas, por lo que las intervenciones han de ser individualizadas y respetuosas con cada necesidad y, en estos casos, los tratamientos hormonales son de mucha ayuda.

Entre los retos de la atención a la transexualidad desde la perspectiva de la endocrinología, destaca la necesidad de un impulso formativo en identidad y en manejo clínico de estas personas a residentes, médicos y pediatras de atención primaria, enfermeros, ginécologos, urólogos y cirujanos; así como la revisión de los protocolos de intervención hormonal. “Estamos actuando sin ningún tipo de evidencia ni estudio comparativo de calidad, por lo que trabajamos en base a la experiencia personal de cada grupo; la carencia de cohortes suficientes hace que no podamos dar la mejor asistencia posible; seguimos empleando fármacos y pautas que no han sido críticamente valorados y manejando los mismos preparados desde hace más de 30 años; sufrimos con mucha frecuencia problemas de suministros y desabastecimientos que serían impensables en otras disciplinas y se retira la financiación de algunos de ellos”, señala el doctor.

Es muy difícil hacer una estimación de la prevalencia real de personas trans. En primer lugar, muchas personas con identidad o expresión de género no binaria la ocultan por temor al rechazo y a la estigmatización. Por otra parte, a la hora de las estadísticas, hay que tener presente que la diversidad de género es tan amplia que el concepto epidemiológico no puede establecerse de forma precisa. Desde que comenzaron los registros hasta marzo de 2018, un total de 6.822 personas fueron atendidas, según datos aportados por diez Servicios de Endocrinología de nuestro país; el 13,6% de ellas eran menores de 18 años. “Sin embargo, este número no refleja en absoluto la realidad. En lo que a la asistencia sanitaria se refiere, deberíamos referirnos preferentemente a número de personas demandantes de atención médica transafirmativa”, manifiesta el especialista.

Recientemente se celebró en Valencia el I Foro clínico de identidad de género y últimos avances en cirugía trans, en el que psicólogos, médicos de primaria, pediatras, endocrinólogos, ginecólogos, cirujanos, urólogos, juristas y usuarios, compartieron experiencias, intercambiaron protocolos, debatieron estrategias y unificaron procedimientos.

“Esta reunión tuvo un enfoque bio-social desde el respeto a las distintas identidades de género. No toda persona trans va a solicitar readecuación corporal, pero aquella que lo demande debe ser atendida con criterios garantistas y de calidad, en igualdad de derechos que el resto de usuarios de la sanidad pública”, apunta el Dr. Gómez Balaguer. “Por este motivo, se debe proporcionar una atención personalizada e integral, que comprenda los aspectos físicos, emocionales y sociales que rodean a las personas trans, dirigida por equipos cualificados y multidisciplinares, en estrecha colaboración con atención primaria y con las asociaciones de usuarios”, añade.

Tras dos años de aprobación de la Ley 2/2016, de 29 de marzo, de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid, conocida comúnmente como Ley Trans, la norma se encuentra bloqueada en su desarrollo por una evidente falta de voluntad política por parte del Gobierno del Partido Popular.

De esta forma, el sindicato se suma a las críticas y denuncias que desde el activismo LGBTI, y especialmente el activismo Trans, se vienen realizando y que han provocado, incluso, su traslado a la propia institución de la Defensoría del Pueblo.

Una Ley, en opinión del sindicato, imprescindible si queremos avanzar en una sociedad realmente igualitaria. Sin embargo ya hemos comprobado que los avances legales deben ir siempre acompañados del compromiso político, si no quedan en mera “declaración de intenciones” y construyen un modelo intolerablemente “gestual”.

Para CCOO la transversalidad y complejidad de la Ley, en algunos ámbitos, no justifica el bloqueo al que se le está sometiendo ya que hay muchos aspectos de la misma solo requieren de la voluntad cierta de la Administración Autonómica para ponerlos en marcha. Ni tan siquiera, exigen de un presupuesto específico a designar, apostilla el sindicato. Así mismo considera que la normalización de la realidad trans, o mejor dicho la naturalización, pasa por la implicación de la sociedad en su conjunto pero la garantía del cumplimiento de la Ley, tal y como establece el artículo 2.2, es responsabilidad de la Administración autonómica, de las entidades locales y de la propia Asamblea de Madrid.

El sindicato considera que en un Orgullo LGBTI dedicado a la lucha Trans, no es de recibo que con el marco legal que avala los derechos de este colectivo estén abandonados a su suerte. En este sentido, la prórroga de la Estrategia Madrid por el Empleo que se firmó ayer entre los sindicatos, CCOO y UGT, la patronal CEIM y el Gobierno regional supone un ejemplo del camino a emprender puesto que incorpora medidas concretas destinadas a potenciar el acceso al empleo de trabajadoras y trabajadores trans. Una iniciativa en la que CCOO ha puesto todo su empeño e insistencia para conseguir transponer la norma en las políticas activas de empleo.

El sindicato en su compromiso permanente por la defensa de los derechos de las personas lgbti y su afán por construir centros de trabajo libres de LGBTIfobia, conmemora este año el Orgullo bajo el lema #EsElMomentoTrans Igualdad Salarial #CCOOVisibiliza y durante esta semana realizará diferentes actos que culminarán con su asistencia a la manifestación de Madrid, el 7 de julio, en la que participará y se visibilizará con un tráiler.