Erika Villaécija se llevó un diploma en aguas abiertas

Continúan cayendo las medallas en el medallero español: ayer, una plata y un bronce que elevan el total a once medallas. Las dos últimas, como ya es habitual llevan nombre de mujer: Maider Unda, en lucha grecorromana, y el equipo de waterpolo femenino.

Maider llegaba, como casi siempre, sin tener excesivas referencias sobre cómo podía encarar la prueba de lucha. Y es que esta modalidad deportiva, con poca vida al margen de los Juegos, hace que sus ganadores no se enfrenten a menudo entre ellos. Así, Maider llegaba como quinta del mundo, puesto que consiguió en Pekín, y con la intención desde el primer momento de no quedarse ahí. Ganó sus dos primeros combates con suficiencia y se metió en semifinales, pero allí no le fue tan fácil.

La subcampeona de Pekín se cruzó en su camino obligándola a luchar por el bronce. Y eso hizo. Se enfrentó, con mucha inteligencia, a una luchadora bielorrusa, a la que consiguió sacar del círculo de combate a cinco segundos del final, consiguiendo el punto que necesitaba para ganar.

Así, Maider, alavesa y cabrera, conseguía la primera medalla para la historia de la lucha española, un bronce que augura mucho futuro a un deporte que es, junto al boxeo, el único que permanece de los Juegos Olímpicos de la antigüedad.

Y si Maider se traía un bronce, las chicas del waterpolo se colgaban la plata olímpica tras perder con Estados Unidos la final por el oro. Las chicas comenzaron con mucha fuerza, pero un error de confianza permitió a las americanas marcar cuatro goles en cinco minutos, ventaja casi imposible de remontar, y que acabó costándoles la victoria, en un partido que no estuvo a la altura del resto del campeonato.

No obstante, la plata conseguida es un grandísimo resultado para un equipo que debutaba en los Juegos y por el que nadie daba un duro. Las Guerreras demostraron que no tenían nada que envidiar a los chicos y desde el primer momento fueron ganando partidos, a pesar de los arbitrajes con los que tuvieron que lidiar. La de ayer es la tercera medalla del waterpolo español, tras el oro de Atlanta y la plata de Barcelona.

Y junto a las dos medallas, Erika Villaécija consiguió sobrevivir al combate subacuático que es la prueba de natación en aguas abiertas, una larga y durísima carrera de diez kilómetros en la que la española consiguió llegar octava consiguiendo diploma olímpico, el número 19 de la expedición española.

En la pista, Ruth Beitia daba una alegría a los aficionados, tras conseguir meterse en la final de mañana con autoridad. Y es que, en ausencia de las grandes favoritas, la de este sábado puede ser la tarde de una de las históricas del atletismo español. Además, Beitia tiene su última oportunidad de coronarse, pues ya ha anunciado que se retirará tras la prueba.

Además la pista de atletismo dejaba otros dos momentos para la historia: en la final de 80 quedaba pulverizado el record establecido por Sebastian Coe, que se encontraba viendo la prueba a pie de pista, y Usain Bolt continúa acrecentando su leyenda con la victoria en los 200 metros lisos. Además, la carrera dejó otro momento, y es que Jamaica consiguió copar el medallero, al menos hasta que el COI dictamine que pasa con Yohan Blake. Bolt se convierte así en el único atleta en conseguir doblete en las carreras de velocidad, colgándose cuatro oros en 100 y 200 metros.

Volviendo a España, el día también dejó el comienzo de la gimnasia rítmica, en que Carolina Rodríguez terminó en el puesto 15 tras su ejercicio de aro, y en el 14 tras el de pelota. Hoy continuará con las tres rotaciones restantes. Y si en individual no va mal, en conjuntos va genial: las chicas conseguían terminar en quinta posición la primera rotación.

El otro deporte de equipo femenino que suele dar alegrías es la sincronizada, que no comenzaba excesivamente bien: una puntuación muy baja para el conjunto español dificulta y mucho la plata, y hace peligrar incluso el bronce.

En hípica, el jinete español que estaba en la final lo hizo mucho mejor de lo esperado, y terminó la prueba en décima posición, mientras que las chicas del Balonmano no consiguieron derrotar a Montenegro y tendrán que luchar por el bronce olímpico.

En cuanto a las estrellas de los juegos, la jornada dejó tres nombres propios: Michael Phelps, Jiao Liuyang y Oscar Pistorius. El mayor medallista de todos los tiempos confesaba ayer haber recibido una oferta que no puede rechazar; participar en Dancing with the Stars, la versión americana de Mas Que Baile. Phelps reconocía que ya tiene la oferta sobre la mesa, pero podría no ser el único que cambia la piscina por la pista de baile: su rival, a la vez que compañero, Ryan Lochte, también podría estar en la lista de la ABC.

Jiao Liuyang también se hizo conocida en la piscina: es la nadadora de quince años que desfondó a las grandes favoritas en la final de los 200 mariposa en la que Mireia Belmonte consiguió la plata. Sin embargo, para los chinos será conocida muy pronto por otras razones, la nadadora ha sido elegida miembro de la Asamblea Nacional Popular del país, el Congreso de los Diputados chino. No obstante, no lo ha hecho en calidad de deportista, sino de militar, ya que la nadadora de quince años es miembro del Ejército de Liberación Popular.

El tercer nombre propio del día es el de Óscar Pistorius, protagonista de una de las acciones más polémicas de los Juegos: Pistorius participaba en una de las semifinales de la prueba 4x400, como uno de los relevistas sudafricanos, pero la mala suerte, y una extraña caída del equipo keniata, acaban con el relevo en el suelo, y el equipo fuera de la final. Sabiendo que el plato fuerte de esa final era precisamente la participación de Pistorius, la organización tomó una decisión tan sorprendente como polémica: descalificó a los dos relevos que habían entrado antes que Sudáfrica para que Pistorius estuviese en la final. La justificación es una aplicación muy rigurosa del reglamento que rige los relevos, pero el resultados es el esperado: la sensación de los juegos estará en la última tarde del atletismo.

Y es que Pistorius es un auténtico filón: las entradas paralímpicas ya han superado el record establecido en China hace cuatro años: si en Pekín se vendieron 1.800.000 entradas, ya hay más de dos millones de entradas vendidas para ver al paralímpico que es capaz de plantar cara a los mejores del mundo.

Pero antes de que comiencen los Paralímpicos deben terminar los Juegos, y lo harán con una ceremonia de clausura en la que cada vez aparecen más nombres propios: a Take That, Spice Girls y George Michael podrían sumarse Muse, The Who, Madness, Pink Floyd y hasta los Rolling Stones.

Y los franceses parecen querer relevar a los españoles como centro mundial de la envidia: después de lo sucedido en el partido de Baloncesto, y de lo que no deberían estar orgullosos, ahora los dardos se dirigen contra los ciclistas ingleses, a los que acusan de usar bicicletas ilegales. Era el propio Primer Ministro inglés el que salía en defensa de su equipo, y lo hacía echando leña al fuego: “Creo que les resulta difícil aceptar Union Jacks (banderas británicas) en los Campos Elíseos”, afirmaba David Cameron en una entrevista.

La nota menos agradable de la jornada volvía a ser el dopaje: el COI desvelaba un caso de Atenas 2004. El ganador de la CRI de ciclismo, Tyler Hamilton, dio positivo en el control. Lo curioso es que el Comité lo descubre un año después de que el propio ciclista lo reconociese en una entrevista de televisión. Hamilton reconocía en la CBS que había tomado productos dopantes en varias ocasiones a lo largo de su carrera.

Y es que la sorprendente decisión del COI respalda unas más que polémicas declaraciones hechas al The Times por Víctor Conte, condenado por vender esteroides hace unos años. Según el dueño de los laboratorios BALCO, “el 60% de los atletas usan dopaje”. Además afirma que los controles de Londres son irrisorios, y simple propaganda. No obstante, y como lo primero es el espectáculo, el COI ya ha anunciado que no hará ningún tipo de declaración sobre esta acusación, que puede, de ser cierta, terminar con el enorme entramado económico- deportivo en que se ha convertido el olimpismo.

Y para terminar, la crónica de sucesos: la casa de Nueva Zelanda en Londres tuvo que ser desalojada tras explotar dos cilindros de gas en la cocina que provocaron un incendio. En total unas 300 personas, hinchas y atletas del país tuvieron que ser desalojados y el recinto clausurado hasta nueva orden.

Y en el medallero, nuevo giro del destino: Estados Unidos recuperaba el liderato tras conseguir dos medallas de oro más que los chinos. Así, los estadounidenses llevan 90 medallas frente a 80 de China. España se sitúa en el puesto 22 con once medallas, dos oros, siete platas y dos bronces. Y en el medallero ya son 80 los países que no se van de vacío.

Para hoy, hasta tres opciones de medalla en los Juegos: Nicolás García, enTaekwondo; Saul Craviotto, Alfonso Benavides y Teresa Portela, en piragüismo; y el equipo de sincronizada. Además podría asegurarse otra medalla, si se gana la semifinal de baloncesto a Rusia, y afianzar otra, en Match Race, si se ganan las dos primeras regatas de la semifinal.

Además, Francisco José Hervás, en aguas abiertas; el equipo de 470, en la medal race; el equipo de waterpolo, que busca el quinto puesto; e Igor Bychkov, en la final de pértiga, buscan dar la sorpresa. La participación española se completa con la gimnasia rítmica, tanto individual, como en conjunto.