29
Jul
2011
La disolución de las Cámaras supondrá la prórroga de los Presupuestos Imprimir
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Este año no habrá debate sobre presupuestosZapatero evita una negociación que ya se daba por perdida

El Gobierno aprobará un real-decreto para prorrogar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2011, que incluirá la actualización de algunas partidas para adecuarlas al techo de gasto de 2012 aprobado ya por el Parlamento, según dijeron a Europa Press fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda.

El límite de gasto no financiero del Estado para el año próximo se sitúa en 117.353 millones de euros, lo que representa una caída del 3,8% en comparación con el año anterior en términos homogéneos. No obstante, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, sugirió tras su aprobación que la cifra podría ser "ligeramente inferior".

Varios dirigentes del PSOE apuntan unánimemente que el motivo clave para no agotar la legislatura ha sido no embarcar al Gobierno en la elaboración de unos Presupuesto que deberán ser muy restrictivos y desgastarán aún más al PSOE, para que después, según apuntan las encuestas, sea el PP quien los gestione.

"A partir de ahora el debate se va a centrar en las propuestas de unos y otros, se acabó la broma de la demagogia del PP y de Mariano Rajoy de echar la culpa de todo a Zapatero" aseguran desde el PSOE.

Y además, con las elecciones anunciadas, Zapatero pasará definitivamente a un segundo plano y todo el foco estará puesto en Rubalcaba, una estrategia que conviene al PSOE porque el candidato está mucho mejor valorado que la marca, y que el presidente del Gobierno. Según el último CIS, un 31 por ciento de los electores confía mucho o bastante en Rubalcaba, un 19,8 por ciento en Rajoy y un 17,2 por ciento en Zapatero. No se sienten sorprendidos por la fecha que coincide con el aniversario de la muerte de Franco aunque ellos habían barajado el 27.

Los socialistas están animados con el último CIS y creen que desde la debacle del 22-M sus resultados sólo pueden mejorar. Es más, confían en que los electores de izquierda que se quedaron en casa o que decidieron castigar al PSOE pueden pensar ahora que 'se pasaron de frenada' y no quieran dar al PP todo el poder institucional llevándole también a la Moncloa.