Según el Sindicato Libre de Transporte, hay 35.000 vehículos y más de 50.000 trabajadores afectados

El Sindicato Libre de Transporte, apoya las protestas masivas que se están llevando a cabo por las empresas y trabajadores de “transportes de viajeros por carretera de los servicios discrecionales y turísticos, regulares especiales, regulares temporales y regulares de uso especial”, por ello hemos estado presente en la manifestación que se ha realizado en Madrid, en autobús, y que ha finalizado frente al Ministerio de Transporte.

Son miles de empresas, dueñas de unos 35000 vehículos y que dan empleo a más de 50000 trabajadores del sector en todo el país y todas las Administraciones Públicas, Estatales y de Comunidad Autónoma, están ignorando esta realidad. Durante todo el periodo de desescalada, desde SLT, hemos propuestos a todos los agentes políticos competentes –Ministros, Consejeros, Consorcios de Transportes, etc-, incluidos a todos los Grupos Parlamentarios de ámbito estatal, que son integrantes de la COMISIÓN PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE ESPAÑA TRAS LA CRISIS DEL COVID-19, que se ayude a estas Empresas, que no se las deje morir por inanición, ya que están sin actividad alguna y con todos los trabajadores en el paro; propuesta que se ha pasado a los grupos de trabajo de esta Comisión.

Propusimos, una salida digna para estas empresas, que reforzaran todo el transporte público, incrementando la oferta de los servicios de forma importante, usando para ello todos esos autobuses parados. Estas medidas propuestas tenían una triple finalidad: La primera, garantizar la separación personal en el transporte que requerían las autoridades sanitarias, transportando solo al 50% de la ocupación de los transportes públicos; la segunda, dinamizar el país, el transporte lo mueve todo; la tercera, minimizar el uso del vehículo particular como medio de transporte para evitar contaminación y atascos.

Pero no, como todos sabemos, desde el lunes de esta semana, día 8 de junio, podemos ocupar el 100% de las plazas sentadas y 2 personas por metro cuadrado, eso sí con mascarilla; al parecer es más barato que fletar más autobuses para apoyar a los transportes públicos en general.

Desde luego esta medida, de aforo máximo, es de menor coste en el transporte, pero, nos olvidamos de la salud, si el uso masivo del transporte público por los usuarios produce un rebrote del COVID-19 pagaremos las consecuencias, y los poderes públicos competentes, que han obviado invertir más en transporte, mejorando frecuencias de paso y garantizando la calidad del servicio prestado, serán los únicos responsables de ello. Esperemos no gastar más en sanidad por esta razón.

Lo que no cabe duda es que las empresas de transporte discrecionales y turísticos, la mayoría pequeñas empresas familiares, están condenadas a desaparecer si no se les ayuda a soportar este tránsito hasta una normalidad completa.

Desde aquí hacemos un llamamiento al Gobierno para que se encuadre a este tipo de empresas, muy ligadas a distintos sectores, siendo un pilar de la economía, a proteger prioritariamente de diversas maneras, alargando los efectos de los ERTE de fuerza mayor hasta que se vaya retomando a la normalidad en el Sector; y que se las dote de todo tipo de ayudas para que puedan atender sus costes mínimos aún parados y así, no desaparezcan. Es la única posibilidad de salvar a miles de familias, empresarios y trabajadores, contar en el futuro con que presten la gran variedad de servicios que nos ofrecen habitualmente.