Jesús Hernández Gallardo

En un mundo donde predomina la filosofía naturalista y vegana, donde la luna y el sol, el mar y el cielo tienen algo que decir; todo se mira por el espectro coloreado de la política, y encontramos el lugar de Ciudadanos, a la altura del naranja, donde la lejía electoral parece que va difuminando esa franja, ese lugar donde se asienta esa formación política. Se trata de un cambio de matiz, otro más de los que acostumbra Rivera, ahora toca arrimarse al rosa PSOE, cuando hace poco tiempo su inquietud cromática era aproximarse al azul clásico, al casi azul marino del PP. Esos camaleónicos cambios en su variable discurso les están llevando por los arrabales del arco-iris electoral.

Se dice en los mentideros políticos que sufre del mal de sondeos, esos preavisos que van ofreciendo los periódicos, de manera aproximada, para darle un sentido y una reflexión al pensamiento del electorado. Parece que no gusta esa actitud neurótica del líder Rivera, esas poses que dedica en el Congreso a sus rivales políticos, perdonando vidas a los diputados que rivalizan con sus alocadas teorías de ida y vuelta. La solemnidad ritual que practica y la dureza de rictus que aporta en sus respuestas, tratando de demostrar que solo él es el dueño y poseedor de la verdad más absoluta.

Las matemáticas, los coeficientes y los porcentajes nos inundan estos días, parece que al acercarnos al 10 de noviembre se nos van despejando algunas dudas, parece que tan solo son tendencias que nos ilustran, de alguna manera, cómo nos va a quedar el dibujo de colorines del Congreso de los Diputados. El color naranja se va apagando, se le va decolorando la clorofila, como siga así se quedará amarillenta, como una patata, sin dignidad para asomar por el arco-iris del hemiciclo legislativo.

Por otra parte el PP parece que va recuperando matices azulados, los que Rajoy dejó olvidados por algún escaño, cuando se enfrentó a la moción de censura ganadora que presentó Pedro Sánchez, en esa emboscada marcada por los tonos grises y negros de las nubes independentistas. Es posible que muchos de esos pigmentos provengan de Ciudadanos, entendiendo de esta manera el trasiego de acá para allá. Serán los escaños que se van a ver casi siempre en el campo de batalla de la eterna pelea de partidos, buscando que las musas de las matemáticas les sean favorables. Las abejas obreras del PP se están moviendo, van de foro en foro, de flor en flor, buscando el néctar más nítido y puro, para conseguir con ello el colorido más llamativo y vistoso de todo el arco electoral en la España del momento.

La polinización de las abejas guerreras del PP están cumpliendo el trabajo de fondo, haciendo que sus bases floreadas mantengan la tensión necesaria y Pablo Casado aporte un legado ecológico de muchos quilates naturalistas a este salvaje mundo multicolor.

Y viéndolo todo bajo el sol, que cataliza la ilusión cromática de estos tiempos en que vivimos, cada uno aportará esa papeleta impregnada por insignificantes tintes que contribuirán a conformar el irisado reflejo de colorines que marcará el inicio de la esperanza, la nueva legislatura.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz