Sus padres se ven obligados a prescindir de carne, pescado y frutas de sus dietas

Hoy se celebra el Día Mundial contra la Pobreza, y las ONGs han aprovechado para hacer balance de la situación: Eurostat afirma que España es el séptimo país de la Unión Europea en el que más fácil es caer en la pobreza, y diversas entidades manejan cifras de entorno al 25% de menores que sufren malnutrición a causa de la situación de crisis.

Eurostat hacía público hace unos meses un informe en el que aseguraba que casi el veinte por ciento de la población española corría riesgo de caer en la pobreza, esto, es, uno de cada cinco españoles puede terminar por debajo del umbral de la pobreza. Así, nuestro país se situaba en el séptimo país de Europa más castigado.

Ayer mismo eran las entidades sociales como Cruz Roja o Cáritas, las que alertaban de una muy preocupante situación: según sus cálculos, cerca del 25% de los menores de 16 años sufren malnutrición a causa de la crisis. Es decir, uno de cada cuatro niños sufre directamente los efectos de la situación económica.

Fedaia, federación que aúna a 78 asociaciones dedicadas a atender a niños y jóvenes avisa de que estos datos corresponden al año pasado, y que “la situación será seguro mucho peor cuando se actualicen los datos”.

Pero el análisis de Fedaia va mucho más allá: “El perfil de la pobreza infantil en España corresponde a niños que no disponen de ropa adecuada, no comen correctamente, no gozan de espacio para hacer los deberes ni jugar en sus casas, ya que sus padres se ven obligados a compartir piso, y no acuden a actividades extra escolares ni de ocio por la falta de recursos de sus padres”, afirma la vicepresidenta de la federación, Conxi Martínez.

Cáritas también hacía balance, y sus resultados no eran mejores: 2010, último año del que se tienen datos, batió todos los records históricos de los 60 años de vida de la asociación: más de 6,5 millones de intervenciones, dos millones de ellos para solicitudes de atención básica de emergencia: comida, ropa, pañales y pago de suministros básicos como luz o agua, lo que supone un incremento de un 15% con respecto al año anterior. Además, la Asociación afirma que, de ellos, solo un 30% pidieron ayuda a Cáritas por primera vez, mientras que el otro 70% son reincidentes, si bien su situación cada vez es peor, y “puede hacerse crónica”, como afirmaban desde Cáritas.