17
Sep
2020
Vicálvaro estrena este domingo su Festival de Órgano Imprimir
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Foto cedida por Ayuntamiento de MadridSe celebrará durante el otoño en Santa María La Antigua

El Festival de Órgano de Vicálvaro celebra una nueva edición de otoño en la iglesia parroquial Santa María la Antigua, donde la música barroca volverá a cobrar protagonismo los días 20 y 27 de septiembre y 3 y 11 de octubre con conciertos de entrada gratuita a las 18:00 horas. El cartel, cien por cien nacional, lo conforman Jesús Ruiz, Ana Aguado, Raúl del Toro y Esther Ciudad, cuatro intérpretes con una carrera consolidada de conciertos dentro del panorama organístico actual, que también comparten la vocación docente y de divulgación de la música para órgano.

A lo largo de los cuatro recitales programados sonarán grandes maestros de la escuela de órgano alemana como Buxtehude, Pachelbel o el imprescindible Johann Sebastian Bach y otros renombrados maestros del Barroco como el español Juan Cabanilles o el francés Nicolas de Grigny. Además, este año el festival cuenta con un estreno absoluto de la obra del compositor contemporáneo Enrique Igoa, Invocationes tempore belli, que interpretará Raúl del Toro.

La Junta Municipal de Vicálvaro, en su apuesta por la difusión de la música de órgano en un enclave de gran valor histórico-artístico, tomó las riendas de la organización del festival el año pasado en alianza con la parroquia Santa María la Antigua y con la dirección artística del organista Jesús Ruiz. También organizó el Ciclo Internacional de Navidad, con una calurosa acogida del público, y tenía previsto celebrar un ciclo de primavera que no pudo ver la luz a causa de la crisis de la COVID-19.

El Festival de Órgano de Vicálvaro 2020 se va a celebrar con aforo limitado, control de acceso a la entrada y salida de la iglesia y cuidando al máximo las medidas de prevención sanitaria que marcan las autoridades competentes.

Como novedad, los conciertos se proyectarán en pantalla dentro de la iglesia para enriquecer la experiencia cultural, de forma que el público pueda ver la interpretación al órgano a la vez que escucha la música con la buena acústica de la iglesia. El órgano de tubos de Vicálvaro, un instrumento de tecla del siglo XX, tiene una estética neobarroca de factura alemana y una bella armonización. Cuenta con tres teclados de mano y pedal de transmisión mecánica, unas medidas de 6,5 metros de alto por 4,5 metros de ancho y 1.386 tubos. Santa María la Antigua data de finales del siglo XVI y es un icono patrimonial del distrito con una emblemática torre espigada de cinco cuerpos que se alza en el casco antiguo, en la calle Virgen de la Antigua.

El organista titular de la Basílica de Jesús de Medinaceli de Madrid, Jesús Ruiz, abrirá el Festival de Órgano de Vicálvaro 2020 el próximo domingo, 20 de septiembre, a las 18:00 h en la iglesia parroquial de Santa María la Antigua en sustitución de Andrés Cea. El organista, que también es director artístico del Festival de Órgano y el Ciclo Internacional de Navidad de Vicálvaro, presentará un repertorio de música barroca con obras de Bach y Buxtehude y cerrará su interpretación con una Improvisación al órgano.

El 27 de septiembre es el turno de la organista Ana Aguado, también profesora de órgano del Conservatorio Profesional de Música de León y directora de la Escuela Provincial de Órgano de Palencia, donde enseña interpretación comprometida con el desarrollo organístico de su región. En su recital sonarán Buxtehude, Pachelbel, J.S. Bach y Bruhns. Cerrará con la Fantasía para un órgano mecánico en Fa menor de Mozart.

El concierto de Raúl del Toro, el 3 de octubre, incluye el estreno absoluto de la obra del compositor madrileño Enrique Igoa, Invocationes tempore belli. Antes, interpretará a Buxthehude, J.S. Bach y acercará a otros compositores como Johann Ludwig Krebs y Gottfried August Homilius, discípulos de Bach y del francés Nicolas de Grigny. Además de concertista y musicólogo, Raúl del Toro imparte la cátedra de órgano del Conservatorio Superior de Música de Navarra, es organista de la iglesia de El Salvador de Pamplona y dirige la Schola Gregoriana Gaudeamus.

Esther Ciudad cierra el Festival de Órgano de Vicálvaro el 11 de octubre con un recital centrado casi totalmente en Johann Sebastian Bach y un preludio de Buxtehude. El concierto y el festival se despedirán con la Sinfonía de la Cantata con transcripción para órgano de Marcel Dupré. Esta organista compagina su actividad concertística con la dirección del Ciclo de Adviento de Zaragoza, la gestión cultural en la Fundación Hernando de Aragón, su grupo de música antigua El triunfo de Ariadna y la docencia en el Conservatorio Profesional de Música de Teruel.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a la delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy, ha presentado la mayor exposición monográfica de Botero en Europa que abrirá sus puertas al público mañana hasta el próximo 7 de febrero en CentroCentro. Ambos han estado acompañados por la comisaria de la exposición, Cristina Carrillo de Albornoz, y Lina Botero, hija del artista.

El alcalde de Madrid ha animado a la ciudadanía a que visite esta muestra, “es un momento más que adecuado para que, con todas las precauciones necesarias, recuperemos el Madrid añorado, nos acerquemos hasta CentroCentro y admiremos a uno de los genios de la humanidad. Tras haber pasado lo más duro de la pandemia gran parte de la recuperación anímica de los madrileños pasa por la cultura y qué mejor que hacerlo con esta exposición”.

Además, Almeida ha elogiado la figura del pintor colombiano y su relación con Madrid, donde están expuestas tres de sus esculturas de forma permanente. “Existe el boterismo y Madrid es boterista, Botero es seña de identidad para esta ciudad, a la que está muy unido a Madrid y lo sentimos madrileño”, ha resaltado.

Por su parte, Andrea Levy ha explicado que “con Botero. 60 años de pintura se inicia una nueva etapa en CentroCentro, espacio al que vuelven las grandes exposiciones y que pretende situarse como referente imprescindible dentro del eje Prado-Retiro, a escasos metros de otros centros de arte mundialmente reconocidos”. En este sentido, la nueva andadura del emblemático espacio del Palacio de Cibeles hará que se convierta en un punto de referencia para los madrileños, en el que encontrarán una oferta cultural para todos los públicos.

Botero. 60 años de pintura es la mayor retrospectiva dedicada al artista colombiano en Europa hasta la fecha. Reúne 67 obras de gran formato para recorrer 70 años de producción artística y también presentar al público su obra inédita más reciente de acuarelas sobre lienzo. La muestra está producida por Arthemisia con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid.

La elección de Madrid para esta gran exposición no es casual. Botero vuelve a la ciudad en la que vivió en su juventud y que marcaría su trayectoria después de conocer los originales de las obras maestras del Museo del Prado y de estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid le ha dedicado grandes eventos como la exposición que le brindó el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1987 o la exhibición de esculturas monumentales en el paseo de la Castellana en la primavera de 1994.

Fernando Botero (Medellín, Colombia, 1932) se ha dedicado a pintar desde los 15 años de forma incansable, siempre desde el compromiso con sus estrechas convicciones sobre la estética, la excelencia y la defensa de una coherencia artística. El resultado de estos 70 años de creación es una nutrida producción compuesta por más de 3.000 óleos, alrededor de 200 esculturas y más de 12.000 dibujos a lápiz, carboncillo, pastel y sanguina. Botero es el pintor vivo que más ha expuesto en el mundo. Fue el primer artista en exhibir en los Campos Elíseos de París y el primer creador contemporáneo invitado a mostrar su obra en la plaza della Signoria de Florencia.

Cristina Carrillo de Albornoz describe en el catálogo de la exposición el episodio que dio inicio al boterismo: en 1956, Fernando Botero se trasladó a México, donde vivió poco más de un año y medio y donde una noche, muy tarde, mientras trabajaba en su estudio, dibujó la forma de una mandolina. En el momento de trazar la cavidad del sonido, la hizo muy pequeña. El contraste entre el contorno generoso y el detalle minúsculo del centro hizo que el dibujo explotara en su deformación y monumentalidad y en ese momento entendió con claridad absoluta que había descubierto algo importante para su trabajo, una respuesta contundente a su búsqueda incansable. Este sería el inicio de un camino que lo llevaría a consolidar su propio estilo, su propio lenguaje, único y reconocible, fruto de la experimentación continua, la reflexión y el cuestionamiento inagotable, reflejo de sus convicciones artísticas y de su capacidad de transformar años de enseñanzas asimiladas en algo nuevo, fresco y propio.

Su forma de crear original y nueva, a través de un lenguaje de volúmenes monumentales y vibrante color, hace que su obra sea inmediatamente reconocida por el público y la crítica. En palabras de Botero, “sin un estilo propio un artista no existe. Todos los buenos pintores han conseguido crear un estilo propio coherente con sus ideas, inmediatamente reconocible… Van Gogh, Botticelli, Ingres, Piero della Francesca, Vermeer, Velázquez, Giacometti o Tàpies… Si de algo estoy feliz es, primero, de haber vivido siempre de la pintura, incluso muy pobremente en mis primeras épocas en Nueva York, cuando vendía dibujos a diez dólares. Y, sobre todo, de haber encontrado un estilo propio. Una visión del mundo que no existía y que soy yo porque yo lo hago. El estilo es la capacidad creadora de hacer algo distinto que está dentro de uno y se plasma con gran emoción en el cuadro. Un ejemplo que ilustra esto es la forma más simple de la naturaleza: una naranja, que sin embargo es muy difícil de pintar. Lo magnífico es que cuando alguien vea una naranja en un cuadro, reconozca automáticamente que es una naranja de Van Gogh, de Picasso, de Cézanne o de Botero”.

Botero. 60 años de pintura se divide en siete secciones, correspondientes a los temas más característicos de su trabajo: Vida latinoamericana, Versiones, Naturaleza muerta, Religión, La Corrida, Circo; así como a su obra más reciente e inédita de Acuarela sobre lienzo. La exposición recibe al público con la sección América Latina, porque su ciudad natal, Medellín (Colombia), es el punto de partida de la producción artística de Fernando Botero.

El encuentro con la pintura mexicana en 1956 fue lo que permitió a Botero volver la mirada hacia sus propias raíces para transformar ese universo inagotable en materia digna de su propia obra y en el tema central de su creación. Rescata entonces, con grandes dosis de humor, los recuerdos de su infancia y juventud. Son los personajes cotidianos de ese mundo los que habitan sus lienzos: músicos, bailarines, monjas, militares, señores de la alta sociedad, hombres de poder y prostitutas. Entre las obras que se pueden admirar en estas salas se encuentran: Mujer sentada (1997), El presidente/La primera dama (1989), El final de la fiesta (2006), Mujer cayendo de un balcón (1994) y la célebre Bailarina en la barra (2001), imagen de la exposición y portada del catálogo.

La muestra continúa con las salas que abordan su interés religioso, una sola excusa para explorar pictóricamente las situaciones, las formas, los colores, el vestuario y el mundo plástico y poético del clero, abordando a sus personajes con humor y sátira como ocurre en sus obras El baño del Vaticano (2006) y Cardenal durmiendo (2004), presentes en la exposición. Ambas, además, se caracterizan por sus composiciones inesperadas y sorprendentes. Esta temática vuelve a estar influida por sus recuerdos de juventud, en concreto por el lugar que ocupaban los miembros eclesiásticos en el ámbito provincial de Medellín de los años 30 y 40. La habilidad de Botero radica en extraer imágenes religiosas y adaptarlas al imaginario boteriano, como es el caso de su famosa Nuestra Señora de Colombia (1992), también presente en la exposición.

La tercera sección de Botero. 60 años de pintura recoge las obras que el artista ha realizado en homenaje a los grandes maestros de la historia del arte universal como Diego Velázquez, Piero della Francesca, Jan van Eyck y Pieter Paul Rubens, entre otros, cuya obra le cautivó a raíz de su primer viaje a Europa en 1952.

Para Botero, la contribución más grande que pueda hacer un artista al mundo del arte es su estilo, que es su “forma única y personal de expresarse”. En Versiones se puede ver como el maestro se apropia de temas que han sido recreados por otros y los transforma con su estilo en una obra de arte propia y singular. Tal es el caso de La Fornarina según Rafael (2008), Los Arnolfini según Van Eyck (2006) y el díptico Según Piero della Francesca (1998), todos presentes en la exposición.

A continuación se encuentra el espacio dedicado a la Naturaleza muerta, uno de los temas constantes de la obra de Botero gracias al que nace su estilo. A este respecto, estas son las palabras de Botero: “A través del volumen se produce una exaltación de la vida. Con la deformación se genera un desequilibrio en el arte que hay que restablecer y sólo mediante un estilo coherente se recupera la naturalidad de la deformación”. Claros exponentes de esta serie son Naranjas (2008), Pera (1976) y Flores (2006), entre otras, que forman parte de la muestra.

Esta temática surge de nuevo de sus recuerdos de la niñez y juventud. En concreto, cuando de niño su tío le inscribió en la escuela taurina del banderillero Aranguito. A los 15 años su entusiasmo por ese mundo era tal que le llevó a pintar una serie de acuarelas de la que vendió la primera obra de su vida. Descubrió en este tema una infinidad de posibilidades plásticas que le permitieron jugar de manera sorpresiva con la composición, el color, la luz y las formas. Además, La Corrida inspira una de las épocas más prolíficas en la vida del artista siendo el tema central de varias de sus más importantes exposiciones. En esta exposición se podrán admirar El arrastre (1987), La muerte de Ramón Torres (1986), Caballo de Picador (2002) y Rafaelín y su mujer (2012), entre otras.

Fernando Botero descubre las oportunidades estéticas de esta temática en un viaje que realiza en 2006 a Zihuatanejo, México, en el que visitó un circo humilde. Este episodio le marcará no sólo por sus personajes, que mostraban una tristeza contenida, sino fundamentalmente por su inmensa poesía y la plasticidad de sus formas y colores. Este encuentro abrió las puertas de su imaginación a un contenido de enormes posibilidades, ennoblecido por el trabajo de varios de los grandes maestros de la pintura como Picasso, Matisse, Renoir, Degas, Toulouse-Lautrec, Léger, Seurat y Chagall, entre otros.

A pesar de mostrarse en plena acción, los actores de las escenas del circo reflejan en su obra la serenidad y la estática propias de los personajes boterianos y transmiten una sensación paradójica que oscila entre el dinamismo y la quietud; tal es el caso de sus obras Payaso de blanco (2008), Contorsionista (2008), Músicos (2008) y Circo (2007), presentes en la exposición.

A sus 88 años, Fernando Botero no ha dejado ni un día de pintar. Así se recoge en la última sección de la exposición que reúne su reciente producción compuesta por una serie bellísima de obras que inició en septiembre de 2019 y que contienen la fuerza de sus dibujos y la transparencia y delicadeza de sus acuarelas. Una vuelta a los orígenes como dibujante en la que experimenta con la acuarela, no sobre papel, sino sobre lienzo de gran formato.

Sus temas son los mismos que conforman el imaginario boteriano, pero el desenlace sorprende por la decisión del dibujo y la sensualidad de las formas. El resultado refleja el compromiso incansable del artista por experimentar, cuestionar y reinventar sus propias barreras. Carnaval, Picnic, Una pareja de músicos y Familia, son solo algunas de las piezas que conforman esta sección.

La exposición cuenta con un catálogo editado por Ediciones P&M que incluye textos de Mario Vargas Llosa, Cristina Carrillo de Albornoz y Lina Botero.

La Comunidad de Madrid presenta la exposición Donde doblan los mapas, que recoge los cinco proyectos más personales del fotógrafo Juan Valbuena, en la Sala Canal de Isabel II. Unos trabajos que combinan imagen contemporánea, archivos fotográficos, álbumes familiares y testimonios escritos en torno a la idea de viaje, territorio, fronteras, geografías y las memorias que atesora el ser humano. Podrá visitarse hasta el 15 de noviembre, con entrada gratuita.

La muestra, comisariada por Sandra Maunac, presenta una selección de fotografías de Juan Valbuena, en las que el autor consigue visibilizar tramas que han sido silenciadas con el tiempo, erigiéndose como un contador de historias ocultas.

Donde doblan los mapas se ha estructurado en cinco series fotográficas interrelacionadas. La serie que da la bienvenida es precisamente una de las últimas realizadas, Dalind (2013- ). Se enmarca en el Campo de Gibraltar, un espacio en el que se entremezclan gentes, historias, monedas, continentes y mares. Dalind es un término que cayó en desuso y que definía lugares lejanos más allá de la linde. Valbuena recupera este vocablo para retratar las zonas fronterizas entre Algeciras, Tarifa y Gibraltar, un triángulo que se enfrenta a la presión migratoria, la desigualdad económica y fiscal y la relación con Reino Unido.

La serie cierra con la imagen de un ancla, la misma que sirve de portada para el siguiente trabajo, Noray (1999-2012). En la jerga marinera, este término hace alusión a un tipo de amarre que permite fijar la embarcación en tierra. Noray surge de un viaje en barco entre Cádiz y Tánger, en el que Valbuena detectó que, entre ambas ciudades, había más similitudes que diferencias, y se sumergió en la exploración y el retrato de más ciudades-puerto en torno al Mediterráneo, como Marsella, Túnez, Nápoles o Atenas.

Uno de los trabajos más íntimos y personales del fotógrafo que están presentes en la exposición es Un lugar de la Mancha (2006-2020), en el que (re)construye la memoria de su familia, originaria de Fuente de Pedro Naharro (Cuenca), intentando entender los motivos por los que dejaron aquel lugar que habían habitado durante siglos. Una serie que combina imágenes recientes con el propio archivo familiar.

Por su parte, Salitre (2009-14) es un proyecto de fotografía compartida sobre la inmigración contado por sus protagonistas, 12 senegaleses residentes en un piso-patera en la calle Salitre de Madrid. En sus primeras incursiones, Valbuena descubre la importancia que para estos hombres tiene la imagen y la necesidad de contar historias que hay detrás de su día a día. El resultado se materializó en la producción de una caja con 13 libros: 12 hechos por cada uno de los protagonistas y un decimotercero realizado por Valbuena.

El quinto y último proyecto se titula Ojos que no ven, corazón que no siente (2008-18). En él investiga la relación entre España y Guinea Ecuatorial, la única colonia española en el África subsahariana, dando voz y poniendo rostros a aquellas personas que vieron marcadas sus vidas por los vínculos entre ambos países. Aquí, Valbuena intenta reconstruir la memoria visual desde 1778 hasta  2018, fecha en que se celebran los 50 años de independencia del país.

La exposición cierra con Gabinete de Curiosidades, una instalación que muestra gran parte de los objetos inspiradores y la documentación generada durante la labor de investigación en cada proyecto.

La Comunidad de Madrid ha editado un catálogo de la exposición, que incluye textos del fotógrafo y de la comisaria, así como del periodista Alfonso Armada y del especialista François Cheval. Más información sobre la exposíción Donde doblan los mapas en www.comunidad.madrid/actividades/2020/exposicion-juan-valbuena-donde-doblan-mapas

Juan Valbuena (Madrid 1973) es fotógrafo y director editorial de PHREE, un proyecto que creó para visualizar aquellas historias que no tienen cabida en el mercado. Docente en el EFTI (Centro internacional de Fotografía y Cine), también es uno de los miembros fundadores de la agencia NOPHOTO.

Ha realizado proyectos para entidades públicas y privadas como AECID, Amnistía Internacional, Casa Árabe, El País Semanal, Fnac, La Caixa, Fundación Telefónica o el Instituto Cervantes, entre otros.

El Área Delegada de Turismo del Ayuntamiento puso en marcha el pasado mes de junio la campaña ‘Vuelve a Madrid’ con el objetivo de iniciar la reactivación del turismo madrileño. Esta iniciativa especial que, a través del programa de fidelización turística de la ciudad de Madrid, busca promover la visita a la capital y el consumo de sus productos y servicios turísticos ha tenido una muy buena acogida entre los ciudadanos.

Gracias a ella, se han registrado en la plataforma del programa de fidelización de destino de la ciudad de Madrid un total de 5.585 nuevos usuarios durante los meses de junio, julio y agosto. Además, la página web de la campaña  https://www.vuelveamadrid.com/iniciativa, que reúne más de 639 experiencias para disfrutar de la ciudad ofrecidas por 627 empresas e instituciones madrileñas de diferentes sectores que conforman la cadena de valor turístico de la capital, ha recibido más de 180.000 visitas. Las propuestas gastronómicas han sido las más consultadas, seguidas de las de ocio y entretenimiento y de las de arte y cultura.

Esta campaña se ha difundido a nivel local para dar a conocer a los ciudadanos los productos y experiencias de las que habitualmente disfrutan los viajeros que llegan a la capital y ha permitido, por primera vez, el registro de usuarios residentes en Madrid en el programa de fidelización turística de la capital.

Para atraer a los viajeros del resto de España, la campaña también se ha difundido a nivel nacional, recordando los principales atractivos y propuestas turísticas, culturales y de ocio que les brinda la ciudad. Para ello, se lanzó un video que anima a volver a visitar la capital y puede verse en el canal oficial de Turismo de Madrid en YouTube (Visit Madrid), así como en el canal de Vimeo de Madrid Destino.

La iniciativa ‘Vuelve a Madrid’ ofrece centenares de planes para disfrutar de experiencias únicas en la ciudad. Todas estas propuestas se organizan en torno a seis categorías: Gastronomía; Ocio y Entretenimiento; Compras; Arte y Cultura; Alojamiento y Viajes; y Espectáculos. Además y gracias a acuerdos con otras plataformas, la web integra la oferta de iniciativas como ‘Volveremos si tu vuelves’, de la Dirección General de Comercio y Hostelería del Ayuntamiento, ‘Salvemos nuestros restaurantes’, de El Tenedor, y ‘Ahora más que nunca’, de Mahou.

Obtener alguno de los descuentos, invitaciones, promociones y otras de las ventajas del programa en restaurantes, tiendas, espectáculos musicales o museos y centros culturales de la capital es muy fácil. Solo hay que acceder a la web https://www.vuelveamadrid.com/iniciativa y seleccionar la opción cultural y/o de ocio que más interese. Una vez elegida, el usuario puede registraste en el programa de fidelización turística de la capital ‘Vuelve a Madrid’ o continuar su reserva directamente desde la web del establecimiento.

La Comunidad de Madrid apoya todas las iniciativas que incentivan la creatividad, el emprendimiento y la puesta en valor del talento de los jóvenes de la región. Así lo ha señalado el consejero de Economía, empleo y Competitividad, Manuel Giménez, durante la inauguración de Sondersland, un festival virtual dedicado al talento y la juventud que hasta el próximo domingo conectará a miles de jóvenes para compartir actividades y experiencias con una treintena de ponentes y artistas internacionales.

Giménez ha participado en una charla con Pablo González, promotor de esta iniciativa que cuenta con el patrocinio de la Comunidad, en la que ha reafirmado la apuesta del Gobierno regional con la formación y la generación de empleo de calidad para conseguir que los jóvenes de la región puedan desarrollar todo su potencial. Así, entre otras medidas el consejero ha citado los programas de incentivos a la contratación y que ofrecen ayudas de hasta 8.500 euros para empresas y autónomos que realicen contrataciones indefinidas a menores de 30 años.