20
Oct
2016
Gran Hermano 17 (GH 17): Expulsión Fernando, Bárbara o Noelia; Miguel se declara a Pol; y Fer y Clara declaran la guerra a Bárbara y Adara Imprimir
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El programa no llega a los dos millones de espectadores en la semana de más contenido de la edición

Era evidente que la revolución provocada por el “concursante 17” el pasado jueves iba a tener consecuencias, y han sido de todo tipo, dejando la semana con más contenido de toda la edición, con una guerra abierta entre Fernando y Clara contra Bárbara y Adara, Miguel declarándose a Pol en el apartamento y Adara volviéndose loca al enterarse, Bea perdiendo todas las posibilidades de victoria ganadas durante la semana anterior, y Sálvame comenzando a hacer un breve seguimiento del programa. Pero eso sí, y es lo más importante, a pesar del despliegue dentro y fuera de la casa, el programa sigue herido de muerte, y sólo sobrevive gracias a que Antena 3 no ha decidido luchar por ninguna de las tres noches en que se emite el programa.

Y es que la gala del jueves (la siguiente tras la repesca de Bea), perdió punto y medio con respecto a la semana anterior; el Debate (que competía directamente con El Reencuentro de los triunfitos), consiguió uno de los peores datos de toda su historia (en concreto, el 12,8% conseguido le sitúa como el segundo peor Debate, sólo superado por el 12,7% que consiguió uno de los de GH 15); y el Última Hora del martes, a pesar de subir hasta el 16%, se quedaba con poco más de 1.600.000 espectadores, muy lejos de lo esperado del otrora “buque insignia” de la cadena.

Y es que no hay forma: el público pasa olímpicamente de lo que ocurra en esa casa. No hay empatía con ninguno de los concursantes, las broncas se ven extraordinariamente sobreactuadas, el presentador causa rechazo en buena parte del público potencial, y el programa no hace más que intentar vender carpetas imposibles. Así no hay manera de salvar una edición condenada desde la primera noche.

Pero al margen de las audiencias, dentro de la casa se ha vivido una semana muy intensa provocada por la aparición de ese misterioso “concursante 17” (todos intuyen quien es, excepto Fernando, que dice que debe ser “buen chaval”). Si recordáis dónde lo habíamos dejado, la audiencia (o quien quiera que votase) decidía dar un golpe de estado al poder omnímodo del grupo mayoritario, expulsándoles del Club y entregándoselo a Bárbara, Adara y Bea. Obviamente, las reacciones no tardaron en llegar, con una Clara furibunda al saber que iba a perder a Fernando, y a un Fernando con mucho miedo de lo que pueda ocurrir una vez fuera. Clara fue, esa misma noche, a pedir explicaciones a una Bea que no tardó ni media hora en traicionar el pacto de silencio firmado con sus compañeras de Club. La naranjita la lió, y de que manera, comenzando un peligrosísimo juego a dos bandas que puede saltar por los aires en cualquier momento (no todo el mundo puede ser Pulpillo).

Bea intentaba convencer a Clara de que habían sido las otras las que tomaron las decisiones para tratar de esquivar las iras de la Miss, pero esas mismas decisiones del Club no hicieron más que avivar la llama, y es que, si Fernando se tomó fatal su nominación, le sentó aún peor que le desterrasen de la cocina, nuevo “castillo” de un Alain convertido en un auténtico MasterChef (por cierto, la semana que viene se estrenará una versión con famosos del programa de cocina que, seguro, dará mucho más que hablar que esta casa de cristal).

Fernando y Clara se negaron a hacer sus nuevas tareas, amenazaron con boicotear la prueba semanal (ya se encargaría Bea de boicotearla a conciencia), y anunciaron que tirarían los tintes en el momento en que entrasen en la casa. Y es que la actitud de “reventados” de los grandes perdedores de la noche fue la protagonista de la jornada del viernes.

Ya por la noche, y con la tensión creciendo por momentos, la cosa saltaba por los aires, con Bárbara y Adara recriminando a Fer y Clara lo ocurrido durante la jornada. La bronca comenzaba justo antes de la fiesta de cumpleaños de Fernando, y en lugar de bajar de intensidad, duró todo el fin de semana con momentos espectaculares como el programa de radio de Fer y Clara en el que se colaron Bárbara y Adara para evitar que las pusiesen verdes.

La tensión llegó al límite en la jornada del domingo, con Clara saltando a por Bárbara, y el super pidiéndole que “corriese el aire” antes de llamar a la chica al confesionario. En esa tarde la propia Clara y Bárbara intentaron abandonar la casa, justo antes de que el foco se lo llevase otra trama.

Y es que la otra decisión polémica del “concursante 17”, la de mandar a Pol y Miguel al apartamento, tenía consecuencias al comienzo de la semana. Después de haber pasado una intensa “luna de miel” con striptease incluido, Miguel aprovechaba la estancia para desvelar sus sentimientos a Pol, y lo hacía minutos antes de que ambos volvieran a la casa.

La cara de Pol, casi desencajada, no pasó desapercibida para Adara, que inició una labor de hostigamiento que daba sus frutos 24 horas después. Pol se confesaba y Adara no dudaba en ir a pedir explicaciones a Miguel, dejando uno de los vídeos que serán recordados de esta edición (o lo serían, si hubiese retroalimentación de otros programas y entrevistas a los expulsados), y provocando un nuevo intento de abandono, esta vez por parte de Miguel.

Con la tensión cortándose con cuchillo (y con Fer y Clara en el apartamento), el martes terminaba la prueba semanal, y con ella se desvelaba la decisión del programa para evitar el boicot: cambiar el juego para que sólo dependiese del Club superar la prueba, que, además, era extremadamente fácil. Pero ni por esas: Bea fue incapaz de cantar la canción que llevaba repitiendo desde hace cinco días, haciendo casi imposible superar la prueba. Obviamente, el olvido de la chica no pasó desapercibido, y el resto de la casa se lo recriminó el miércoles, haciendo que Bea volviese a refugiarse en Bárbara y Adara.

Y con este panorama, esta noche cambiará la composición del Club, con Bárbara fuera y con, posiblemente, Miguel, dentro, devolviendo el control de las nominaciones al grupo mayoritario. Además Miguel podría tener la posibilidad de salvarse a sí mismo, ya que su nombre será uno de los más repetidos de la noche junto al de Bárbara y Adara, y subiendo a la terna a una Rebeca a la que, ahora sí, parece haberle llegado su hora.

Y es que la expulsión de esta noche no parece que vaya a tener demasiada emoción: Fernando saldrá de la casa dejando a Clara destrozada y clamando venganza, mientras él se enfrenta a (esperemos que esta vez sí) una larga entrevista sobre su paso por la casa.