15
Ago
2012
Bello, el funambulista Imprimir
Lente de Aumento - Análisis
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El alcalde de Alcalá sigue caminando por un delgado cable que lo separa del abismo

Javier Bello solo lleva un mes como alcalde de Alcalá y a algunos ya les parece demasiado. Y es que, en lugar de lo que todos pensaban, que creían que el cargo era demasiado para él, lo cierto es que está demostrando tener un proyecto claro, coherente, y, lo más importante, alejado de su predecesor.

Bello llegó como el funambulista novato que se sube por primera vez al cable de acero, pero, al igual que los profesionales, poco a poco ha ido dando pasos firmes y cada vez más seguros: eliminación de cargos de confianza, firma de la paz sindical dejando sin efecto el polémico decretazo de su predecesor, y recuperación de unas fiestas de calidad y gratuitas, además de más baratas, en una sorprendente cuadratura del círculo económico que, por cierto, alguien debería explicar.

Pero precisamente por esas decisiones valientes y alejadas de la doctrina bartoliana, muchos comienzan a tenerle miedo, e intentan por todos los medios hacerle caer del alambre, o, incluso, cortarlo.

El alcalde llegó con una espada de Damocles sobre su cabeza, en forma de adenda a los 25 puntos de UPyD, un auténtico contrato, firmado horas antes de la investidura, y que le obligan a convocar un Pleno Extraordinario antes del final de agosto para debatir asuntos como la reducción del sueldo de los concejales, la reducción de la partida destinada a propaganda, y la eliminación de los dos consejeros delegados, propuesta esta última que parece ser el centro de la polémica, al menos de cara a la galería.

Bello se negó a eliminar sus dos consejeros en la crisis de gobierno, sabiendo que en unos meses tendrá que someterse a un congreso local de resultado incierto. Y es que, a pesar de la desaparición de Bartolo, los propulsores de la candidatura alternativa continúan con su precampaña, obligando al alcalde a hacer gestos a la corriente bartoliana del partido, aunque eso suponga la pérdida de los descontentos. El alcalde no tiene más remedio que apagar los fuegos ya encendidos antes de encender otros, y por eso, pidió una prórroga a sus compañeros de aventura magenta.

Pero la prórroga, que UPyD nunca aceptó de forma oficial, solo incumbe a ese punto en concreto, y no, como pretende gente dentro del propio gobierno, a todo el contenido del Pleno Extraordinario. Máxime cuando, según se comenta en los mentideros políticos, serían los propios magenta los más interesados en que no saliese adelante alguna de sus medidas, por lo que estarían tensando la cuerda a la espera de que sean los otros los que la rompan.

No obstante, Bello tiene una salida en medio del caos en que se encuentra su gobierno: convocar el Pleno y aprobar todos los puntos previstos, a excepción del relativo a los Consejeros Delegados, que quedaría sobre la mesa para, mediante documento firmado, volver a tratarse en Pleno después del Congreso Local. Así el alcalde recuperaría la iniciativa política obligando a sus compañeros de viaje a retratarse en algunos aspectos. Si los magenta votaran en contra de alguna de sus propias medidas, tendrían muy difícil explicárselo a su electorado, y si votasen a favor, tendrían que dar muchas explicaciones a mucha gente.

La demostración de buena voluntad, además, desbloquearía la aprobación de los Presupuestos, algo que no es negociable, y que, de no hacerse podría suponer la intervención por parte del Ministerio. Alcalá, al igual que todos los demás municipios que aprobaron el Plan de Pago a proveedores, tiene la obligación de elaborar unos Presupuestos para 2012 que incluyan el Plan de Ajuste, y un seguimiento presupuestario que demuestre que no se está incurriendo en déficit, so pena de perder el control sobre los Presupuestos y la autonomía económica municipal.