25
Oct
2011
Históricos Telescopio: Patrimonio Siglo XXI, el cuento de nunca acabar Imprimir
Lente de Aumento - A Fondo
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(Artículo publicado en diciembre de 2010)  Dentro de dos semanas se juzgan unos hechos que sucedieron hace diez años

Desde hace ya unos cuantos años, mencionar en Torrejón el Patrimonio Siglo XXI es como mentar a la bicha. Algunos se hacen cruces, y otros comienzan un intenso debate, y es que, entre unas cosas y otras, el caso de presunta prevaricación que sentará en el banquillo a parte de la corporación municipal, tiene ya nueve años.

Según los informes de la Fiscalía, el caso comenzaba el 14 de Septiembre de 2001, día en que el concejal de Urbanismo, Francisco Martín Rojas suscribía un convenio con la empresa Patrimonio Siglo XXI, en virtud del cual dicha sociedad “materializaría a su costa las obras de urbanización de terrenos propiedad del Ayuntamiento” en la Mancha Amarilla, por un monto de 539.291.000 pesetas (3. 241. 204 euros).

Dos meses después, el 23 de noviembre, el secretario del ayuntamiento emitía un informe en el que advierte de la "ilegalidad" de ese convenio por no "ajustarse al procedimiento de concurso" y por "el fondo del negocio pactado", además de “mencionar la circunstancia de que nunca se podría configurar jurídicamente el convenio como una permuta, al no darse la necesaria reciprocidad de dar y recibir”.

También el interventor advirtió de que «no cumplía el acuerdo municipal en cuestión de normativa vigente en materia de Contratos de Administraciones Públicas» y apuntó que  votaron a favor del convenio «con previo conocimiento de la ilegalidad patente del mismo».

Tres días después el pleno municipal da luz verde al convenio en una sesión en la que, según el escrito de acusación: “se puso de relieve la ilegalidad tanto de forma como de fondo del convenio suscrito advirtiendo que la Concejalía de Urbanismo de la localidad no cumplió con los artículos 164, 172, 175 y 177 del Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, y en el fondo, se infringía la ley del Suelo de la Comunidad de Madrid porque el convenio no tenía cabida en los artículos 245 y 246 de la Ley del Suelo". A pesar de todo ello, el convenio salió adelante gracias a los votos de PSOE y PADE, y elevado a escritura pública el 20 de enero de 2002.

Y ahí hubiera quedado la cosa si un ex concejal del PSOE de Torrejón, Fernando del Río, no hubiera denunciado los hechos ante la fiscalía, eso sí, en 2007. Del Río aseguraba hace unos meses que la razón de haber tardado seis años en denunciar fue que prefirió denunciar primero dentro del PSM: “Yo denuncié estos casos internamente en el partido, me tiré dos años de denuncias internas en Torrejón, en Madrid, en todos los ámbitos, y no me hicieron ni puñetero caso", aseguraba el ex concejal. "Me dijeron que como lo denunciara me echarían del partido. Y nos fuimos 50 compañeros porque dijimos que no íbamos a consentir este tipo de atrocidades",

Tras la denuncia comenzó un periplo judicial que culminará el 17 de diciembre con el cierre de la vista oral, tras lo cual el caso quedará visto para sentencia en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

El fiscal señala en su escrito que los hechos ‘constituyen 14 delitos de prevaricación del artículo 404 del código Penal en relación con el artículo 78 de la Ley de Bases de Régimen Local’ y que ‘cada acusado es responsable de un delito de prevaricación de los preceptos reseñados’. Además, señala que ‘a cada acusado procede se le imponga la pena de 8 años de inhabilitación especial para empleo o cargo público’.

Pero podría ser que el caso no terminara aquí: el PSOE de Torrejón aseguraba hace unos días que en el juicio “se aportará un informe jurídico, de un catedrático de derecho, que prueba que el Convenio jurídico estaba ajustado a la legalidad”. En el caso de que la sentencia fuese condenatoria se abriría un proceso de inestabilidad en el ayuntamiento de Torrejón, pues nueve de los catorce imputados son hoy concejales en el Consistorio.

 

Reportaje A Todo Color: Patrimonio Siglo XXI: Esta casa es una ruina