15
Oct
2020
Uno de cada quinientos niños nace con parálisis cerebral Imprimir
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El pasado 6 de octubre se celebraba el Día Mundial

El pasado 6 de octubre se conmemoraba el Día Mundial de la Parálisis Cerebral, un trastorno neurológico que afecta a la función motora, control muscular, coordinación y movimiento.  Se estima que entre un 2 y un 2,5 por cada mil nacidos en España tiene parálisis cerebral, es decir, una de cada 500 personas. Además, es la causa más frecuente de discapacidad motora en la primera infancia.

Desde el Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM) insisten en que la logopedia es clave para conseguir mayor bienestar y calidad de vida en las personas con parálisis cerebral en todas las etapas de la vida. Así lo explica Estela Fernández, logopeda especializada neuropsicología y miembro del CPLCM: “El logopeda tiene un papel fundamental en el tratamiento de niños y adultos con parálisis cerebral, tanto en ámbito clínico como en el contexto natural o educativo. La parálisis cerebral afecta a la función motora y sensorial de la musculatura. Puede ser de toda la musculatura o de una parte. Pero cuando las áreas afectadas son la facial, deglutoria y respiratoria, la intervención del logopeda será imprescindible”.

En personas con parálisis cerebral son precisamente en estas en las que el logopeda trabaja, sin olvidar los aspectos asociados al retraso o alteraciones de lenguaje, aprendizaje o comunicación.

Desde que son bebés y hasta los cinco o seis años, es muy importante la terapia orofacial y miofuncional, ya que esta musculatura está relacionada con la correcta alimentación y el habla, dos funciones vitales fundamentales. También desde bebés se trabaja el lenguaje. “Aunque pueda parecer prematuro trabajar desde atención temprana el lenguaje, lo cierto es que es importante para sentar la base a los prerrequisitos de lenguaje. Es necesario potenciar habilidades como imitación, intención comunicativa y atención para que cuando vaya creciendo y madurando su lenguaje se desarrolle”, sostiene Estela Fernández.

También a estas edades se trabaja la comunicación para tener un control del desarrollo normalizado e incluso instaurar sistemas de comunicación alternativo o aumentativo, si fuese necesario.

Al finalizar la atención temprana, el trabajo con el logopeda continúa siendo muy necesario. “En la etapa educativa, la logopedia tiene como objetivo potenciar el lenguaje, aprendizaje lectoescritor, inclusión educativa del sistema de comunicación alternativo o aumentativo si lo hubiese, etc.”, asegura esta especialista.

Asimismo, se refuerza, junto al área de psicología, el trabajo de habilidades sociales, empatía, resolución de conflictos, búsqueda de alternativas y temas de interés.

En la vida adulta, el trabajo del logopeda no es menos importante, ya que es posible que el paciente requiera de intervención en deglución porque padezca disfagia o problemas para tragar.

La alteración muscular de estos pacientes es una alteración general, es decir, afecta a la musculatura de todo el cuerpo, lo cual incluye cara, laringe, musculatura respiratoria, etc. Será en estas áreas en las que intervendrá el logopeda, además de en el lenguaje y la comunicación.

“Existen logopedas especializadas en neurología y con formación específica, que pueden trabajar para que el paciente pueda tener mayor control de la musculatura y consiga mayor calidad de vida, que es de lo que se trata”, reconoce Estela Fernández.