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22
Dic
2012
El Gobierno pedirá cuentas a las ONG que reciban fondos de cooperación PDF Imprimir E-mail
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Se recorta el número de países y el tipo de programas a realizar

El Consejo de Ministros ha aprobado el Plan Director de la Cooperación Española 2013-2016 que se contextualiza en la agenda internacional de desarrollo, marcada por la culminación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015 y el inicio de la nueva agenda de desarrollo post 2015. Además, recoge los desafíos de la nueva Alianza Global para un Desarrollo Eficaz de Busán, el programa para el Cambio de la Unión Europea y los acuerdos de desarrollo del G 20.

Este IV Plan Director se caracteriza por ser realista, una determinación por rediseñar la cooperación española, partiendo de una concentración de recursos, y una mayor transparencia y rendición de cuentas. Es, por tanto, un Plan Director innovador, pero que reafirma los objetivos de la Cooperación Española: contribuir al desarrollo humano, la erradicación de la pobreza y el pleno ejercicio de los derechos. La política de Cooperación al Desarrollo viene marcada por la necesidad de concentración: geográfica, sectorial y multilateral. Para ello, se concentran las líneas de acción intersectoriales en ocho grandes orientaciones, que incluyen la gobernabilidad y los procesos democráticos; la reducción de la vulnerabilidad a la pobreza extrema (seguridad alimentaria, protección social y prevención); la promoción de oportunidades económicas; el fomento de los sistemas de cohesión social (educación, salud, alimentación y agua); la promoción de los derechos de las mujeres; la mejora en la provisión de los bienes públicos globales (desarrollo sostenible); la acción humanitaria y la educación para el desarrollo.

El nuevo perfil de la Cooperación Española viene determinado, tanto por este enfoque de resultados, como por la concentración geográfica y multilateral. A partir de los criterios establecidos para la selección de países, la concentración geográfica supone la reducción del número de países de asociación, que se quedan en los siguientes: Bolivia; Colombia; Cuba; Ecuador; El Salvador; Guatemala; Haití; Honduras; Nicaragua; Paraguay; Perú; República Dominicana; Mauritania; Marruecos; Población Saharaui y Territorios Palestinos; Malí; Níger; Senegal; Etiopía; Guinea Ecuatorial; Mozambique y Filipinas. Por otra parte, se definirán estrategias de salida para aquellos países en los que deja de haber cooperación como tal y se apuesta también por las estrategias diferenciadas y por los enfoques regionales.

En el ámbito multilateral se establecen cuatro prioridades: concentración, eficacia, responsabilidad mutua y participación. Se tratará de aumentar la coordinación, la complementariedad y la participación activa y eficaz en las agendas de desarrollo de los principales organismos y foros: Naciones Unidas, Unión Europea, G-20 y Comité para la Ayuda al Desarrollo de la OCDE.

Como socios estratégicos de la cooperación dentro del sistema se apuesta por fortalecer las estrategias con las ONG y con el sector privado, en línea también con la agenda internacional de desarrollo. Finalmente, este nuevo perfil de la cooperación hace una apuesta fuerte por la evaluación y gestión del conocimiento, y por la transparencia y la rendición de cuentas. Una de las agendas que guía toda la cooperación española desde hace años es la Eficacia de la ayuda, sobre todo a partir del acuerdo por una Alianza Global para un desarrollo eficaz, fruto de la reunión de Busán en 2011. La mejora en los enfoques, instrumentos y modalidades en línea con los principios de la eficacia de París es una de las prioridades de la cooperación. Para ello se fomentará la ayuda programática, la cooperación Sur-Sur y Triangular, así como se elaborará una estrategia sobre la cooperación reembolsable para que esté bien estructurada dentro de todo el ciclo de planificación. Se fomentará también la coherencia de políticas para el desarrollo.

Toda esta política de cooperación pasa también por un refuerzo de las capacidades del sistema, tanto de la propia administración (central y descentralizada), como del resto de actores: ONGs para el Desarrollo, Universidades, empresas, sindicatos, etcétera. Se potenciará la coordinación y complementariedad de todos los actores para sumar esfuerzos y aprovechar sinergias.

Esta política de cooperación contará con un sistema de seguimiento y evaluación novedoso, consistente en un marco de resultados que fije los objetivos, resultados, indicadores y fuentes de verificación que permita una mayor rendición de cuentas y el establecimiento de responsabilidades en la ayuda oficial al desarrollo y en la política de cooperación. En resumen, se trata de llevar a cabo una ayuda al desarrollo más eficaz, armonizada con el resto de donantes y alineada con los países socios.

 

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