28
Sep
2016
Gran Hermano 17 (GH 17): Expulsión Candelas, Bárbara o Meritxell; Bárbara revoluciona la casa; y los Torpedos hacen bromas sobre los refugiados Imprimir
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El programa tira la toalla cerrando definitivamente el Contraclub

Aunque hace casi una semana que no hablo de Gran Hermano, lo cierto es que tampoco hay mucho que comentar: peleas impostadas, el pentágono sentimental más falso de la historia del formato, dos cambios de bando, y una concursante aspirando a robarle a Nagore su récord. Y en medio de todo esto, los concursantes siguen metiendo la pata hasta el fondo.

Y es que parece que lo ocurrido con Cris y Álvaro no les ha hecho reflexionar sobre las consecuencias de cada uno de sus actos dentro de la casa de cristal. Esta vez fueron Miguel, Pol y Rodrigo los que provocaron una intensa indignación en redes sociales cuando, el pasado sábado, bromeaban sobre la situación de los refugiados de una forma, cuando menos, impresentable. El asunto (que suerte está teniendo la cadena y la productora de que el programa sea un absoluto fracaso de audiencia y repercusión) no pasaba de ahí, pero no eran pocos los que pedían la cabeza del principal instigador, Miguel.

Al margen de polémicas, esta semana ha sido la semana de Bárbara. Si recordáis, habíamos dejado a la youtuber declarando la guerra al grupo mayoritario tras salir nominada con sus compañeras de grupo Meritxell y Candelas. Las tres, junto a Adara, comenzaban un boicot a la convivencia consistente en comerse toda la comida de la casa (con el paso de los días esto fue evolucionando a hacerlo, y culpar a los demás de haberlo hecho), boicotear la prueba (no fue necesario, ya que los concursantes hicieron trampas, perdiéndola de forma automática), y protagonizar todo tipo de peleas impostadas (tan impostadas son que a alguna protagonista se le escapaba la risa).

Pero la guerra duró poco, ya que el viernes por la noche, Candelas primero, y Meritxell después, decidían traicionar al grupo y acercarse a los demás. Lógicamente Bárbara y Adara no se quedaron de brazos cruzados intensificando una guerra en la que enseguida se ganaron un aliado, Alain (cuidado con este chico, porque el edit que le están dando en las galas se parece demasiado al que convirtió en ganador a Ángel tras la salida de Indhira en GH 11).

Así las cosas, la semana ha sido complicada dentro de la casa, pues a la guerra abierta con Bárbara se suma otra trama que cada vez tiene más importancia: el pentágono sentimental. Si recordáis, lo habíamos dejado con Adara sintiendo celos de Miguel en la noche del jueves, hasta el punto de ponerse a llorar y ver como su “novio” se refugiaba en los brazos de otro.

Al día siguiente, la cosa continuaba, con un intento de acercamiento entre Adara y Pol que se veía frustrado por la confesión de un Miguel que afirmaba sentirse atraído por el luchador. De tal forma, durante la semana han sido constantes los ataques de celos de Adara, seguidos por un aumento en el acercamiento entre Pol y Miguel que terminaba anoche de forma sorprendente, y de nuevo, por la irrupción de las carpeteras.

Exactamente igual que ocurrió hace dos semanas, los megáfonos volvieron a la casa a las tres de la madrugada con un mensaje claro y contundente: “Rodri y Adara, ganadores. Cuidado con Pol”. Pero, al igual que ocurriese hace quince días, de nuevo los concursantes entendieron una cosa totalmente distinta: “Miguel y Adara, ganadores. Cuidado con Pol”.

Ni que decir tiene que el nuevo mensaje cayó como una bomba sobre el triángulo dejando a Pol completamente solo y a los otros dos envueltos en un mar de lágrimas. Eso sí, justo antes de que los megáfonos reventasen la carpeta, Adara había aumentado sus celos ante la relación de Miguel y Pol (por cierto, esta historia me recuerda demasiado a otra que ocurrió en esas mismas paredes hace ya unos cuantos años, en un reallity llamado La Casa de Tu Vida 3. No hace falta que os diga como terminó el programa) confesándose con Bárbara sin saber que Clara y Pol estaban escuchando. Además Miguel buscó su parte de foco montando otro circo con el peluquín. Esta vez se lo quitó delante de Bea, que, por supuesto, ya lo sabía desde la gala.

Y así llegamos a esta noche. El programa, que parece haber tirado definitivamente la toalla tras no remontar las audiencias ni con el retorno de La Maite, centrará toda la gala en la expulsión, una expulsión que, todo apunta, va a estar mucho más reñida de lo que parece viendo los porcentajes. Y es que las carpeteras han decidido que no van a tolerar la traición de Candelas, buscando su expulsión para salvar a Bárbara. Así, se avecina el primer gran duelo de la edición, con vídeos de ambas y sorpassos constantes que terminarán con la salida de una.

A continuación, Antonio Orozco dejará las pelotas del juego de El Club, en el que, salvo sorpresa, entrará Rodrigo (el control del grupo mayoritario es tal que, si se va Bárbara, también controlarán las nominaciones) para acompañar a Pol y Fernando. Una nueva ronda de nominaciones controladas por el Club nos dejará los candidatos a la expulsión, que serán Candelas, Meritxell (ya lo decía Bárbara: “van a quedar de traidoras, y encima nominadas”) o Bárbara más Adara y, posiblemente, Alain, con lo que la situación seguirá siendo exactamente la misma.

Y es que el control férreo del grupo mayoritario sobre el minoritario es lo peor que le puede ocurrir a este programa (si esceptuamos un presentador que no sabe donde está y una mecánica caótica que cambia cada semana), ya que lo hace previsible y provoca que el público desconecte. Y eso que esta noche aún no comienza la guerra, ya que Antena 3 no desvelará sus cartas hasta la próxima semana. Así hoy Gran Hermano se las volverá a ver con Águila Roja y Chicote.

Pero parece que las audiencias han pasado a un segundo plano en las preferencias de la productora. Tras el fracaso del Contraclub, el programa decidía cerrarlo, anunciando además que, en principio, no habría repesca. Si a esto le sumamos la expulsión disciplinaria de Álvaro, las salidas de Laura y Cris y el abandono de Pablo, además de la expulsión de hoy, nos deja con sólo doce concursantes dentro de la casa (obviamente, la productora está vaciando la casa para que una final adelantada, con semifinal a ocho, no “cante” tanto como una final a 15).

Y es que ni con el despertar de la casa (las broncas de Bárbara serán impostadas, pero dan mucho juego) han conseguido que la audiencia vuelva. A nadie le importa lo que ocurre en Guadalix, y el programa simplemente tirará hasta que el cuerpo aguante. Eso sí, que tengan cuidado porque si septiembre ha sido un mes relativamente tranquilo, octubre no va a ser así, y a la cadena no le temblará el pulso si tiene que soltar lastre a principio de mes...