Jacobo y Montalvo resucitan la trama de la galleta en la gala más aburrida del Campamento

Evidentemente la amenaza de boicot ha provocado que Campamento de Verano moderase considerablemente sus tramas, pero la productora tiene que encontrar un término medio entre lo de Noemí y lo que ocurrió anoche. Y es que la Noche de los Exploradores fue sencillamente infumable: tramas sin la menor sustancia, la entrada de una Toya bastante más que pasada de moda, y el retorno de la aburrida historia de la galleta llenaron tres horas de programa absolutamente insoportable.

Decía que gran parte de la culpa la tiene la amenaza de boicot, que parece haberse atemperado al pasar el lunes sin que ninguna empresa anunciase seguir el mismo camino que Burguer King, y es que, si el Deluxe del viernes fue la segunda parte de la gala del jueves, el programa de anoche fue la segunda parte del Deluxe. Una Gaby dándole mil y una vueltas a una historia que quemó sus cartuchos durante el enfrentamiento del viernes durante más de media hora (creo que esta historia requiere un capítulo de mayor nivel, como que Gaby se quede embarazada de Esteban, si quieren resucitarla), el viaje de Noe a Tarifa, con el consiguiente aquelarre en su ausencia, y un episodio (otro más) de violencia por parte de Esteban, completaron una noche que no pasará precisamente a los anales de la historia de la televisión (tal vez sí por las audiencias, pero eso lo veremos mañana).

Simplemente, para hacernos una idea del nivel del programa, contar que casi todo se centró en un Montalvo convertido en líder del concurso. Precisamente Montalvo tuvo un pequeño enfrentamiento con Mónica Pont, y otro con Jacobo por culpa de un asunto que pensábamos olvidado, acabado y finalizado hace mucho tiempo: la galleta de Noemí. Aunque sé que no os importa lo más mínimo, os resumo la trama: Noe entregó galletas a sus compañeros durante su castigo a pan y agua, lo que le valió un más que polémico castigo que todos conocéis. Hasta ahora conocíamos a la infractora, pero no a los colaboradores necesarios, que ayer, en plena gala, y al mas puro estilo Olvido Hormigos con el tabaco, se descubrieron unos a otros.

La noche sólo subió algo el nivel con la entrada de Toya Cassinello, conocida madre de “Quién Quiere Casarse con mi hijo”, y a la que dejaron un simpático ratoncito en la cabaña (ni que decir tiene que su reacción no tuvo nada que ver con la de Víctor Sandoval, desterrado ya de forma oficial del Campamento).

Con Toya como Exploradora VIP, el programa habló sobre el asunto más polémico de la noche (y que, en circunstancias normales debería tener castigo, pero después de vivir amenazas en directo, duchas de chocolate no consentidas, botellas de agua que se caen solas, gritos en el oído, y empujones, se quedarán en nada): Esteban, tras su polémico episodio con la portería del fútbol-vaquilla, la emprendió, hasta romperla, con la portería de un futbolín humano (lo de este chico tiene pinta de ser una obsesión contra los porteros). Lo peor de la situación no es que se quedara sin castigo una actitud abiertamente violenta, y que en otros programas hubiera supuesto la expulsión disciplinaria del personaje, sino que la única persona que se atrevió a recriminar su actitud al individuo fue Karmele Marchante. Ni los compañeros, ni el programa, ni el sargento, que sólo lo expulsó del juego, tuvieron el valor para reprimir una conducta violenta emitida justo una semana después de que el programa estuviera en el punto de mira de todas las críticas.

El programa, en lugar de castigar como se merece un comportamiento inaceptable en televisión, le convirtió en mayordomo de Toya, y eso a pesar de que el único colaborador con criterio de los que ocupaban el plató les advirtiese con claridad de lo que puede suceder. Así, Israel García- Juez, tertuliano político reconvertido en experto en reallities, y parece que único que sabe cómo funcionan determinadas cosas en televisión, era el único que relacionaba, como posiblemente hoy vaya a suceder en distintos ámbitos, el comportamiento violento de Esteban con la amenaza de boicot que pende sobre el programa. El concurso, una vez más, al descubierto, simplemente optó por no dejar que nadie rebatiese al colaborador para dejar morir un comentario con el que, he de decirlo, estoy cien por cien de acuerdo.

Y es que la productora, al igual que otras, no puede olvidar que, ante todo, está haciendo un reallity, es decir, un programa dirigido al gran público que se convierte en modelo de comportamiento sobre todo para los más pequeños, y un formato que no puede ni promocionar, ni permitir actitudes violentas o denigrantes, independientemente de que sean reales o fingidas, porque para ese gran público no acostumbrado a los códigos de Sálvame todo será total y absolutamente real, con las consecuencias que eso tiene.

En el terreno puramente del juego, la noche terminaba con la salvación de Pedre, dejando como nominados definitivos a Montalvo y Mónica Pont, y a la actriz con un pie y medio fuera del programa. Eso sí, justo antes se producía una bronca entre Montalvo, Karmele y, como no, Mónica Pont, bronca que tenía su correlato en plató cuando Mila Ximénez denunciaba la actitud de Karmele de defensa de Jacobo Ostos, incumpliendo el pacto al que había llegado con Mila.

Esta noche, de nuevo, programa de prime en el que tengo una enorme curiosidad por saber qué va a pasar, ya que el único argumento y razón de ser del programa de los martes, la entrada del Bono VIP, lo quemaron ayer para rellenar una gala totalmente vacía de contenidos. Mucho me temo que volveremos a ver los mismos vídeos de anoche, las primeras horas de Toya, y los vídeos que veremos el próximo jueves.

Y es que, ya lo he dicho en alguna ocasión: el programa tiene un muy serio problema de casting. Desde la salida de Lucía Etxebarría el programa se ha convertido en el coto privado de un grupo de muebles aburridos, dispuestos a acabar con quién sea que se atreva a hacerles sombra. Lo hicieron con Etxebarría, lo repitieron con Víctor Sandoval, y lo harán con todo aquel que ose dar tramas en este programa. Sólo hay una solución para esto: expulsión triple y entrada de nuevos exploradores, en grupo, para evitar las polémicas escenas de acoso que ya hemos visto durante bastante tiempo. Si el programa no hace eso no habrá segunda edición, ya que, aunque los anunciantes no se atrevan a dar el segundo paso, lo harán los espectadores. De momento Telecinco sabe que tiene muy difícil ganar un mes que tenía, literalmente, en el bolsillo, y el principal culpable es el contenido que mas horas ha rellenado durante los últimos días.