Pedre, Mónica Pont y Montalvo, nominados

La verdad es que este Campamento veraniego tiene un serio problema: las únicas tramas que funcionan son las que se le van de las manos a la producción, y son cortadas de raíz de una forma absurda. Sucedió con el mechero, con Lucía Etxebarría, con la ducha de Noemí (proscrita por completo en Telecinco), y anoche mismo, con Víctor Sandoval. Y es que, de nuevo, el directo nos permitió conocer la intrahistoria de la salida de Víctor tan solo 24 horas después de entrar: criticar gravemente a los directores del programa, según contaba Mónica Pont y le recriminaba Víctor algunos minutos después, es la verdadera razón por lo que fue expulsado del juego.

Sin embargo el programa se decidió a vender una historia totalmente distinta (y creíble), para explicar la salida de Sandoval: una guerra abierta con Gaby, Mónica Pont y Karmele, en la que se le acusó de “ligero de cascos”, por llamarlo de alguna manera, y se le lanzó un vaso de agua, provocó su abandono la noche siguiente a su llegada, y tras revolucionar por completo el programa.

Ahora, una vez más, el Campamento vuelve a ser una, aburrida, balsa de aceite, tras la salida de Víctor, y todo porque la productora no sabe entender el funcionamiento de un reallity (es normal, es el primero que hacen). De una tacada sacaron del juego el único revulsivo que ha interesado a la audiencia desde la salida de Lucía, y se cargaron la historia de amor de Yeyko y Sandoval (una historia, por cierto, que intuyo que tendrá más capítulos después de la salida de ambos).

También salía Doña Croqueta del campamento, y lo hacía tras una sorprendente remontada en la votación oficial. Según explicaba el programa, al principio de la noche Jeyko estaba fuera, pero la multiplicación de votos durante la gala (se recibieron unos cincuenta mil durante la semana, y más de treinta mil durante la gala) provocó el vuelco que dejaba dentro al bailarín y fuera a la aspirante a MasterChef.

La noche comenzaba, por supuesto, con Víctor como protagonista absoluto: el primer “columping” de la historia del reallity en España; un momento Epi y Blas en la ventana de la cabaña; la preciosa noche de amor entre Jeyko y Víctor (con cámara oculta incluida); la pelea de gatas con Gaby; y una espectacular bronca entre Mónica y Víctor para salir por todo lo alto del recinto.

Como esto va a ser de lo que más se va a hablar hoy, dejadme que me explaye un poco: Todo comenzaba, (insisto, según el guión que nos quiere vender el programa, porque ya se encargaron los concursantes de mostrarnos la realidad), con una conversación entre Víctor y Mónica en la que éste habría hablado de algún episodio de su pasado. Por esto la Pont abría dejado caer una botella de agua sobre Víctor obligando al programa a separarlos, físicamente, para que las aguas no se desbordasen.

Pero por aquello de que el espectáculo es lo primero, el programa no tuvo el menor rebozo en volver a reunirlos para que se despidieran, y lo hicieron de la peor forma posible: Pont saltaba ante nuevas alusiones de Sandoval y lo hacía lanzándose a por el ex de Nacho Polo, llegando a agredirle físicamente.

Tras el indhirazo de Pont, sin embargo, el programa prefirió sacar al agredido pero no a la agresora, volviendo a poner al límite un programa que vuelve a estar en la cuerda floja después de lo ocurrido el lunes. Y es que la amenaza de boicot, a pesar de que en Telecinco opere la ley del silencio sobre el asunto, continúa sobre la mesa, y después del episodio de anoche, bochornoso e impresentable en un programa de televisión, probablemente vaya a mas. Sobre el boicot, hay que decir que durante el día de ayer la petición de Hazte Oír para que las empresas retirasen su publicidad del programa superaron los 20.000 apoyos. El presentador, probablemente para evitar un nuevo caso La Noria, pedía perdón a Noemí y a “todos aquellos que pudieran sentirse ofendidos”, para zanjar de nuevo una polémica (¿cuánto tardará en reabrirla?).

Y para continuar, conflicto cultural: la madre de Mónica Pont se negaba a hablar castellano con su hija en el programa, al mas puro estilo ERC. Por suerte, al final la cordura acabó entrando en el plató y la conversación se produjo en castellano, tras un intento del presentador de traducirla. Por cierto, sobre el contenido, la señora echaba más leña al fuego de lo que acababa de ocurrir: “yo no le hubiera tirado una botella, le hubiera partido la cara”. Así las cosas algo me dice que el futuro de este programa empieza a tornarse muy negro. Veremos que pasa.

Al margen de escándalos, Carmen, la novia de Esteban, entraba en el Campamento para reencontrarse con su chico, y, sobre todo, con Gaby. La relación entre las dos mujeres no pudo empezar peor: Carmen negó el saludo a Gaby, y Esteban redefinió la situación generando bastante más confusión. Según el de Gandía Shore, Carmen y él dejaron la relación en suspenso cuando el chico entró en el juego, y ha sido la popularidad del concursante la que ha “reactivado” la relación (¿cuanto tardará Carmen en hacerse un Deluxe y, sobre todo, un Interviu?. Hagan sus apuestas).

Tras llamar “Choni” a Carmen (advierto que yo ni soy la tal Carmen, ni nada parecido), Gaby abandonaba el campamento tras despedirse de Esteban, e interrumpiendo su “bis a bis” con Carmen (no os preocupéis, que seguro vuelven a verse mucho antes de lo que creéis...). Carmen se quedaba toda la noche, y prometía volver a hacer arder la cabaña del amor (como el programa edite un DVD con esa cámara, se forran...).

Volviendo a Noemi, tras pedirla perdón, el programa comenzó a girar, sospechosamente, a su alrededor: la canaria ganaba un viaje a Tarifa para hacer bodyboard con Montalvo (no seáis mal pensados, que lo echó a suertes. Ella hubiera preferido a Pedre). Por cierto, Tarifa se encuentra justo en el Campo de Gibraltar, así que, o bien Noe acaba haciendo surf sobre los bloques de cemento, o bien media en el conflicto diplomático desatado entre España y Gran Bretaña, al más puro estilo Malena Gracia en Perejil (al menos no se lleva a Víctor Sandoval). Por si fuera poco, la canaria también se convertía en candidata a la inmunidad, tras un sospechoso juego en el que no se le comprobó la venda y fue misteriosamente directa a por uno de los cerditos. Eso sí, al final la inmunidad se la llevaba Jeyko, tras su affaire con Sandoval.

Y de una candidata a la victoria, a otro que se va hundiendo cada día que pasa. Olvido aprovechaba una ducha (vade retro) para desenmascarar por completo al gallego, que perdió el papel que se había creado gritando a una ex concejala que parecía estar en un Pleno mas que en un reallity (válgame la redundancia). Eso sí, la secuencia sirvió para descubrir quien era el que manejaba los hilos de la estrategia de David, y ese no es otro que Modesto. El padre de Desi confesaba que era él el que evitaba que Pedre sacase su verdadero carácter.

Ya que no hubo tiempo para que Doña Croqueta llegase a plató, el programa se decidió a alargar las nominaciones, y el juego de inmunidad, y lo hizo cambiando otra vez las reglas. Si hace unas semanas hubo cuatro nominados, al producirse un empate, esta vez se decidió que el Tribunal de la Convivencia salvase a uno de ellos. Así los nominados de esta semana son Mónica, Pedre y Montalvo, y la Pont tiene pie y medio fuera del Campamento. La agresión de anoche, sumados a la guerra abierta con la presentadora, y algunos momentos de sobreactuación descarada son más que suficientes para que Mónica Pont vuelva a Sálvame.