El hermano de Kristian carga contra el programa en Twitter: “el último gran tongazo de Gran Engaño 14”

Queridas carpeteras, la guerra ha terminado. El susargismo ha ganado al Pelochismo, y, a semana y media de la final, ya solo queda saber el ganador de esta edición, un ganador que dependerá de la actitud de Igor durante los próximos días. Me explico: si el vasco cumple lo prometido antes de entrar y hace campaña a favor de Susana, el maletín viajará hasta Murcia; pero si el brillo de los 300.000 euros deslumbra a Igor y opta por romper la alianza susargista, el resultado es incierto (probablemente la guerra abierta entre Susana e Igor beneficiase al tercero en discordia, que podría ser Álvaro, Raki o Desi).

Lo cierto es que es una lástima que cortemos una de las rectas finales más interesantes de los últimos años, en la que faltaría ver el comportamiento de Raki tras la destrucción del Pelochismo, la ruptura del Clan Igorista en dos facciones, y la guerra entre los tres líderes de la casa: Igor, Desi y Susana, pero es lo que hay, solo quedan doce días de concurso y no hay tiempo para más.

En cualquier caso, la venganza de Igor terminaba, y lo hacía de la forma que esperaba el vasco: Kristian salía de la casa de Gran Hermano con un altísimo porcentaje del 63,4% de los votos frente a un 35, 8% de Igor, y después de uno de esos rentables duelos que montan en la Sala de Expulsión. Kristian vio, por primera vez, el doble juego de Sonia tras su entrevista con Igor, y su cara lo decía todo. Por suerte para él la presentadora no hizo demasiada sangre, y acabó con la intriga. Kristian salia de la casa y se encaminaba al plató donde le esperaba su familia y amigos.

Allí se enfrentaba (es un decir) a una entrevista con Mercedes Milá en la que no salieron ninguno de los temas polémicos que han rodeado al concursante(lo cierto es que no hizo falta, porque un perfecto contraplano despejó todas las dudas que pudieran existir), pero en la que sí se habló, y mucho de su relación con Sonia. La entrevista, que dio poco de sí, comenzaba con una frase lapidaria del concursante: “Prefiero mi pelo a ganar el premio”, frase que resume perfectamente su paso por el concurso.

Mercedes le recriminaba lo ocurrido el jueves de la semana pasada, cuando engañó al programa para ver a Sonia, aunque no tenía la menor intención de cortarse el pelo. La presentadora llegó a confesarle que la idea de la contraprestación fue suya, y que su negativa a la “prueba de amor verdadero” supuso el final del interés de muchas caspeteras (lo que puede traducirse como “han votado menos esta semana para salvarte porque las defraudaste demostrando que tu pelo es más importante que Sonia”).

Kristian se despedía de la casa con buenas palabras, aunque ya se encargó la presentadora de dinamitar la relación entre Desi e Igor (en el próximo post lo cuento) antes de confirmar los últimos nominados de la edición.

Eso sí, no todos se tomaban igual de bien la salida del concursante: su hermano incendiaba Twitter con un comentario que dio mucho que hablar: “ el último gran tongazo de Gran Engaño 14”, y es que la presentadora lo resumía perfectamente justo al final de la entrevista: “tenéis que aprender a tomaros ésto con humor”, o, como decía Argi, “esto sólo es un juego”. Igor era el más claro hace unos días cuando afirmaba: “pueden hacer con nosotros lo que quieran, lo que convenga al programa, con nosotros, nuestros familiares y amigos. Nosotros se lo permitimos y firmamos por ello”.

Algunos familiares no entienden que ésto no es más que un programa de televisión en el que los concursantes son piezas de un engranaje mucho mayor, y en el que al programa, aunque no se lo parezca, le da igual quien gane (siempre y cuando sea el que mayor rentabilidad aporte al concurso). Por eso no es tan extraño que los grandes protegidos hayan sido expulsados con tan solo variar el sentido de los videos, variación producida justo cuando dejaron de dar juego. El nuevo guión de esta edición es la venganza de Igor (como vengador enmascarado de Argi), y las carpetas, por primera vez desde hace muchos años, han pasado a la historia.

La poca chicha de la entrevista con Kristian se dejó notar en las redes sociales. Si el programa se había mantenido cerca del 80% de share social durante el duelo entre Igor y Kristian, la cosa comenzó a declinar hasta terminar en cifras bastante inferiores. Eso sí, a su favor juega que Chicote no despierta el mismo interés en las repeticiones que en los capítulos de estreno.