La gala no pasa del 17%, aunque hace bajar a Águila Roja, mientras continúan las subastas de votos

“Que la realidad no te estropee un buen titular”.. Esta frase atribuida a William Randolph Hearst parece haberse convertido en máxima para los responsables del Debate de Gran Hermano. Si el guión exigía presentar a Kristian como el viudo de España, hagámoslo, independientemente de lo que realmente ocurra dentro de la casa. Y es que, si por algo se ha caracterizado el último día dentro de la casa de Guadalix es porque Kristian no se ha acordado en ningún momento del día de “su” Sonia, excepto cuando, oh casualidad, estaba en directo. Es evidente que, tal y como se preveía, acaba de comenzar la campaña para hacer ganador a Kristian (o más bien para justificarlo de cara a la audiencia), una campaña mucho más descarada que en ediciones anteriores, porque solo faltan quince días para que Gran Hermano eche el cierre (no sabemos si definitivo).

El debate nos presentó a un Kristian y una Raki muy afectados por la salida de Sonia, imagen que contrastaba muchísimo con lo visto en La Casa en Directo de la noche anterior, y en la fiesta que estaban viviendo de fondo los concursantes. Y es que, digan lo que digan los vídeos del Debate, ni Kristian ni Raki están afectados por la salida de Sonia, y no es de extrañar, ambos consideran que se han deshecho de uno de los dos únicos rivales que tienen en su camino al maletín (tanto uno como otra están convencidos de que el ganador será uno de los concursantes originales). Y no van desencaminados si la descarada campaña pro Kristian del debate es solo un avance de lo que nos espera: absolutamente todos los colaboradores defendían al Pelocho viudo, “porque así recupera el perfil de ganador” (lo dicho, no se puede ser mas descarado).

Al margen de Kristian, el debate se centró en las aventuras y desventuras de la familia Walls (ya que parece que el edredoning prohibido de Sonia y Kris la noche antes de la expulsión sigue siendo tema tabú, al igual que el polémico comentario que hizo Gonzalo en la madrugada de anoche: “Da igual si yo no gano los 300.000 euros, ya me gastaré los de Susana”, un comentario tan absolutamente asqueroso que merece expulsión por parte de la audiencia). En primer lugar, Cesar Walls y su enfrentamiento con Belén Rodríguez, que se quedó en bastante menos de lo esperado (el canario siguió con la misma estrategia del día anterior: negar la mayor y afirmar que el tuit no salió del teclado del padre de Sonia); y en segundo lugar, la segunda parte de la entrevista con Sonia, en la que salieron muchos temas polémicos: la entrevista de Ramón Walls, las salidas de la concursante al exterior, el tratamiento del Bartolino y la picadura de arañas (nos quejamos de que el programa tiende a censurar muchas cosas que ocurren dentro de la casa, pero está muy claro que este año no lo han conseguido. La existencia de Twitter y la fuerza de las redes han provocado que esta 14ª edición vaya a ser, probablemente, la más transparente de las catorce ediciones, muy a pesar de la productora).

Eso sí, por supuesto hay ciertos temas que no se tocaron, como las constantes broncas con Kristian, sus celos enfermizos, y las continuas menciones a Lara, la hermana del Pelocho, y dueña de uno de los polos que regalaron a los concursantes. Tampoco se habló del robo de comida, aunque sí salió el zumo. Sonia intentó escaquearse como pudo, escudándose en que acababa de salir de la casa y no había tenido tiempo para asimilarlo. Precisamente esta fue la estrategia usada cuando el debate derivó hacia la foto de la hiena (asunto que tiene pinta de convertirse en el leit motiv del final de la edición).

Pero no solo de debate vive el universo Gran Hermano, y hay una expulsión a la vuelta de la esquina. Mañana mismo Igor o los Gemelos abandonarán la casa de Guadalix, en una nominación que quieren vender como muy igualada (uno de los dos candidatos tenía anoche un 56,8% de los votos probablemente Igor, mientras que el otro contabilizaba un 40,8% (los Montoya). A enorme distancia se encuentra Nacho, con un 2.1%, y Álvaro, con un 0,3%).

Así las cosas, Argi y su prima decidían calentar la expulsión sumándose a la subasta para conseguir votos que salven a su amigo Igor. En concreto las vascas anunciaron que ofrecerían una cena para cuatro personas (ellas dos, el ganador y un acompañante) a aquel que más capturas de pantalla con votos para los Gemelos enviase. Ni que decir tiene que esto ha despertado, una vez más, a las Argiristas, que, tras la victoria del lunes, ahora tienen como meta alejar a los Gemelos de Susana, lo que puede acercarla al maletín.

Sin embargo, este fragor tuitero no tiene un reflejo claro en las audiencias: Gran Hermano repetía el dato del jueves pasado, quedándose a 50.000 espectadores de los dos millones y medio. Por si fuera poco tener una de las peores audiencias de la edición con la salida más potente, la Casa en Directo tampoco destacó; un 16% supone una caída muy importante desde la post gala del terror. El culpable de estos datos no es, como cabría esperar, Águila Roja, que también bajó tres puntos en una semana, sino el espectacular estreno de Fast & Furious en Cuatro, que convenció a más de un 13% de la audiencia, quedándose a cien mil espectadores del programa de telerrealidad. Ni que decir tiene que los datos son muy pobres, y ponen en serio riesgo el liderazgo de Telecinco en mayo, ya que, tras la actuación de Alonso en Montecarlo, Antena 3 se sitúa a dos décimas en el mes, dos décimas que puede recortar con Gran Hotel, y, sobre todo, con el estreno de El Número 1 el próximo viernes.

Y mientras todo esto (y muchas mas cosas) ocurre fuera, dentro la vida sigue igual. Muy brevemente, os resumo las dos últimas jornadas. Álvaro comenzaba el lunes preguntando a Sonia si aceptaría hacer un Interviú, a lo que la canaria no puso ningún reparo, si bien afirmó que tendría que negociar la temática. Según explicaba la canaria, no quería salir vestida de doctora. A pesar del empeño de la presentadora en asegurarnos que ni se imaginaban que habría Gala el lunes, lo cierto es que, por supuesto, era totalmente falso.

Tras la información de Raki, todos sabían que había gala, aunque lo disimulasen de distintas formas: Igor explicaba que la voz del Super era la de Floren, por lo que habría gala; mientras que Kristian detectaba mucho movimiento en la cruz de cámaras. En cualquier caso, y como el disimulo no tiene por qué estar rendido con el estilo, los concursantes pasaron la tarde preparándose y vistiéndose para la Gala. Especialmente destacado el caso de Kristian que, tras pasarse cardándose toda la tarde el pelo para mantener su look en directo, se hizo una coleta justo cinco minutos antes de entrar en directo en la gala. Eso sí, tras la “sorpresa” de Mercedes, no tuvo ningún problema en recuperar su peinado, mientras su amada Sonia hacía la maleta (cuestión de prioridades).

La noche post expulsión sirvió a Nacho y Desi para arreglar diferencias de forma definitiva (acababan de nominarse mutuamente), y consolidar la alianza que puede llevarles a ambos a la final. Al día siguiente, Kristian y Raki sí se acordaban de la expulsión de la canaria, aunque no fuera hasta la hora de la comida, y, curiosamente, mientras hablaban de participar en Supervivientes (no se que proceso mental les lleva a unir ambos asuntos). Eso sí, Kristian comenzó a sentirse muy afectado por la salida de Sonia justo a partir de las diez de la noche (casualmente la hora del debate), aunque se le pasó a eso de las dos.

La noche terminaba con fiesta dedicada a la moda, y una nueva confesión de Kristian, cuanto menos inquietante: el Pelocho confesaba que había hecho de doble de Sergio Ramos para un programa de otra cadena de televisión (la vida de este portero de fútbol es de lo más completa).