Susana comienza a acercarse al nuevo Clan Igor mientras los Gemelos se hacen Pelochistas

Por fin parece que la casa de Gran Hermano comienza a moverse. La proximidad del final, confirmado por Raki (ahora lo cuento), y la cercanía del maletín están provocando que las piezas del ajedrez hayan decidido empezar a moverse por el tablero. Tanto es así que la situación que hay ahora mismo en la casa no tiene nada que ver con la que había hace tan solo tres días.

Recapitulando: el jueves nos encontrábamos con tres grupos, uno mayoritario, los Pelochistas, compuesto por seis miembros, Kristian, Sonia, Juan Carlos, Raki, Saray, Nacho; otro en formación, el nuevo Clan Igor, con Desi, Álvaro y Nacho; y los Susanistas, con Susana y los Gemelos. Los tres grupos movieron sus fichas sobre el tablero y decidieron que saliese a la palestra un miembro de cada uno de los tres grupos (la audiencia se encargó de sacar a la lideresa de los Pelochistas, trastocando toda la estrategia del grupo).

Pero como decía, el “nos vemos muy muy pronto” de Mercedes Milá y la información transmitida por Raki han acelerado un cambio de estrategias que decidirán, con la ayuda del público, que grupo lleva a más concursantes hasta la final. Y es que la estructura tripartita se tambaleó hasta resquebrajarse por completo en el día de ayer. Primero Nacho (Saray fue expulsada el mismo jueves), y después Susana han pasado a engordar las filas Igoristas, mientras que los Pelochistas han ganado como aliados a los Gemelos. Así, ahora la casa está compuesta por dos grupos con cinco votos cada uno, un equilibrio de fuerzas que el público se encargará de romper mañana mismo, en la votación más igualada de lo que llevamos de juego (enseguida os cuento como están los porcentajes oficiales).

Vamos por partes. Habíamos dejado la casa en una noche de fiesta dedicada a los trabajadores de la productora, que eligieron cada uno de ellos una canción que puso la banda sonora a una noche muy especial para todos, concursantes y equipo, después de más de cien días de convivencia. Así, la pista de baile se llenó con los sonidos de Camela, Melendi, Estopa, Extremoduro, Alaska, David Civera, Bisbal, y un largo etcétera de canciones recién salidas del hilo musical de cierta cadena de radio. Los concursantes lo dieron todo, mas o menos, en el escenario, justo antes de marcharse a dormir, unos, y a jugar al billar, otros.

Entre los que se fueron a la cama, aunque no a dormir, estaban Raki, Kristian y Sonia, que hablaron con mucha profusión sobre la salida de la catalana (recordemos que Raki tuvo un mareo el día anterior, y salió de la casar para visitar al médico). La concursante no se cortó un pelo a la hora de contar todo lo que había descubierto en su salida al exterior a los dos Pelochos: que el final del concurso es dentro de tres semanas, que a partir de ahora habrá doble gala semanal, que las audiencias no están siendo muy boyantes, y que Sonia ha sido nominada por una nueva aplicación para el móvil (por la tarde ya le había contado que estaba nominada por el público).

Sin embargo, Sonia y Kristian, conscientes de que la información es poder, ocultaron a sus compañeros gran parte de lo transmitido por Raki, sobre todo lo referente a la nominación, aunque sí hicieron público lo de que al programa le quedan tres semanas de vida, una noticia que revolucionó por completo la casa, y provocó los movimientos de los que hablaba antes.

Eso sí, la información tuvo efectos colaterales en las dos carpetas de la casa. Gonzalo, al ver la puerta de la Posada a tres semanas, comenzó a romper su relación con Susana, intentando que fuera ella la que diera el primer paso. Al comprobar que la de Murcia no estaba por la labor, intensificó su estrategia alejándose de ella y acercándose a los Pelochos, lo que hizo que Susana terminara la noche acercándose al Clan Igor, y dejándose descubrir el juego de Sonia por parte de Álvaro, Desi y Nacho.

Los Pelochos, por su parte, pasaron por dos fases muy diferentes durante la jornada: tremendamente irascibles delante del resto de sus compañeros, y pidiendo la salvación de la canaria desde las ondas radiofónicas. Eso sí, también dejaron una buena ración de Expedientes X: Kristian, ese entrenador de fútbol de Boadilla que hace tatoos (luego hablo de ello) y dibuja cómics, tiene, según contaba varios books como modelo. Unas horas después (y supongo que tras pasar por el confesionario), matizaba: posó para unos alumnos de fotografía y el profesor, como regalo, le hizo un book.

Pero no quedó aquí la cosa: Kristian pasaba por el confesionario para solicitar, en nombre de Sonia, que levantasen el castigo de la ropa, algo que consiguió en poco tiempo (recordemos que, al descubrir el código secreto de la ropa de Sonia, el programa optó por impedir que entrase más ropa del exterior).

Y terminado el repaso a la situación de la casa, vamos a lo que verdaderamente importa: el exterior de la casa, donde la guerra entre los Walls y el mundo sigue in crescendo, la iniciativa de Lorena de sortear una manicura si se iba Igor gana adeptos, y descubrimos, por fin, dónde está el equipo responsable de Gran Hermano durante doce largos años.

En Twitter habíamos dejado a Ramón Walls colgando una polémica foto de una hiena y ganándose una denuncia por parte de Belen Rodríguez. La respuesta del patriarca fue, cuanto menos, contundente: “BelenRo nos denuncia. Anda que se te va a quedar cara de zorra cuando veas a Sonia entrar a la casa salvada. Sinverguenza”, decía un tuit que se atribuía al canario. Belén, por supuesto, incluyó el nuevo tuit a la demanda, si bien Ramón Walls aseguraba, también a través de su cuenta, que él no lo había escrito, y que se trataba de un montaje. En cualquier caso, la tarde terminaba con la desaparición de la cuenta de Ramón Walls, no se sabe si anulada por Twitter, o borrada por el propio patriarca.

También Twitter se convertía en el lugar donde promocionar un nuevo sorteo para incentivar votaciones a favor de Igor. Los Walls sorteaban un tatoo de Kristian (huelga decir que el Pelocho no tiene ni idea de esto), mientras las wallistas denunciaban que no les contabilizaban los votos enviados (lo más probable es que las “lluvias de votos” bloqueen la centralita, que, al no ser llevada por una empresa externa, no está preparada para ciertos aluviones. También lo habitual en estos casos es que, unos minutos después, y cuando la centralita deja de estar bloqueada, se envía el mensaje de confirmación).

Sin embargo, y para incentivar esas lluvias de votos, la productora hizo, ayer por la noche, algo que no había hecho nunca antes en la historia del formato: publicar los porcentajes oficiales de la expulsión en el perfil oficial del programa. Las razones, que no hay debate entre las dos galas, por lo que de otra forma no llegaría la información. En cualquier caso, los datos sin muy reveladores de lo que está ocurriendo en las bases de datos de Telecinco: el expulsado a día de ayer (todo apunta a que es Sonia), llevaba un 56,06% de los votos, mientras que su principal rival (Igor), contabilizaba un 42,76%. A enorme distancia, otro concursante (los gemelos), tenían un 0,82; mientras que Nacho sólo consiguió el 0,36% de los votos.

Y hoy termino con una revelación que se produjo durante la boda de Chiqui en Las Bodas de Sálvame (revelación porque nadie lo había contado, aunque todo el mundo lo supiese). Mercedes Milá felicitaba a Mafer por su labor al frente del programa revelación de la temporada, Masterchef, en el que ha recalado gran parte del equipo limpiado por la productora de Gran Hermano en aras de la rentabilidad. Rafa Plaza y la propia Mafer dirigen un equipo formado por muchos de los que pusieron en marcha durante doce años el formato más longevo de la telerrealidad en España, y que salieron por la puerta de atrás de la casa en la que habían vivido durante doce largos años. Ahora, por aquello de la justicia divina (o porque siguen siendo los mejores en lo suyo), triunfan en otra casa, a la que han llegado con la intención de quedarse, y demostrando al mundo que hay vida después de Gran Hermano.

Sorprende, sin embargo, que la revelación se produjese en un programa de la misma cadena, aunque de distinta productora, y por boca de la mismísima presentadora del formato, Mercedes Milá, que reconoció el triunfo del formato de cocina sobre el Debate. Esta declaración de intenciones demuestra que es muy probable que haya intercambio de cromos en una hipotética 15ª edición del formato (hipotética, por no decir imposible, pero de esperanza también se vive).