Si el debate/gala de esta noche no remonta, la continuidad del formato está en serio peligro

Parece que las alarmas al fin se han encendido: esta noche Gran Hermano y Zeppelin tienen la última oportunidad de reflotar un formato al borde del colapso. Telecinco ha dado un ultimátum a la productora: si el debate de esta noche no remonta la caída libre en que van las audiencias del programa, el lunes se emitirá Mira Quién Salta, y Gran Hermano podría quedar relegado a un late. La noticia ha puesto las pilas a una productora que se ha acostumbrado a dormirse en los laureles, y que, esta noche sí, tiene que poner toda la carne en el asador, porque si no, la brasa es posible que se apague.

Así esta noche veremos una gala especial (aunque oficialmente se siga llamando debate) presentada por Mercedes Milá en que Eva tendrá que salir de la casa tras descubrirse su falsa identidad. A la salida de la novia de Dani podría seguir la del mismísimo DJ, que ya ha anunciado que no se va a quedar allí si expulsan a su chica, y que obligaría a rehacer las nominaciones, haciendo subir a Argi y Miriam. Por si fuera poco, los concursantes, y especialmente Iván, se enfrentarán a las consecuencias de haber desvelado sus nominaciones, y verán todo lo que ocurrió en el confesionario el pasado lunes, con lo que la traición de Igor a Iván quedará al descubierto tumbando por completo la estrategia del mayor jugador de la casa (Lorena ya no está, y eso se echa de menos).

Y lo más sorprendente de todo es que las dos tramas las ha provocado la misma persona: Noelia entró en el confesionario después de Igor para confirmar que Eva era la novia de Dani, y la misma Princesa fue la que desveló a sus compañeros que Iván había sido inmune (aunque, por aquello de intoxicar, les dijo que el había decidido entre salvarse a sí mismo o a un compañero, algo que, por cierto, no hizo ninguna gracia a Juan Carlos). Noelia se ha convertido, tras la salida de Lorena, en la encargada de mantener encendida su llama, y en este caso, sin duda, la aprendiz ha superado con mucho a su maestra. La jinete asturiana es capaz de vender a todos sus compañeros sin perder en ningún momento ni la sonrisa, ni la cara, y su última víctima, anoche mismo, fue Igor, ya que contó a Iván que el jugador de hockey le había nominado.

Obviamente, al imitador de famosos le faltó tiempo para contárselo a toda la casa, convirtiendo a Igor, perfecto tapado hasta ahora, en la víctima propiciatoria del próximo lunes (o cuando sea la gala, que no está nada claro). Este nuevo estallido de la casa se producía en medio de una improvisada fiesta 80 (creada únicamente para que pasase algo entre Susana- Dani- Eva, o entre Kristian y Sonia, y que consiguió sus objetivos, aunque a medias).

La fiesta 80, premio por haber cuidado del primer bebé probeta de Gran Hermano (las cosas como son: aunque tiendo a meterme con la productora y los guionistas, hay que reconocer que la ambientación de esta prueba se la han currado: naranjito, música, ganchitos, Fanta, y hasta flashes para hacer retroceder en el tiempo a los concursantes, y a los espectadores. Como se nota que Zeppelin es también la productora de Curso del 73), dejó, además de la confesión de Noe, una auténtica guerra larvada de miradas entre Dani y Eva. Dani, al tener a su chica dentro de la casa, no dudó en soltarse el pelo en la fiesta como no había hecho hasta ahora, a lo que Eva respondió haciendo lo mismo, y jugueteando un poquito con los demás chicos. Al ver a su novia, Dani cambió por completo de actitud (para qué seguir disimulando), y se convirtió en el segurata de la fiesta, sujetando la pared, y no quitando ojo a su chica.

En seguida volvemos a la fiesta, pero antes continuemos la investigación de la identidad secreta de Eva donde la habíamos dejado. Igor había entrado al confesionario a confesar sus dudas, ante lo que el Súper le dijo que se callara. En lugar de hacerlo, el de Bilbao empezó a sembrar rumores entre sus compañeros que, al día siguiente, convirtieron la casa en un interrogatorio a la recién llegada, interrogatorio que hacía perder los nervios a Dani, que pedía a sus amigos que dejasen el tema.

Lejos de hacerlo, Noe siguió su investigación, y entró al confesionario para, al más puro estilo Lis, desvelar el secreto de AnaEva. Ante el peso de los hechos (y la necesidad de reflotar la audiencia), el programa no tuvo más remedio que decidir expulsar a Eva. Sin embargo, dentro de la casa no lo sabían, y, mientras seguían aumentando las sospechas, Dani intentaba cortar los rumores durmiendo en la cama de Susana, ante lo que Eva decidió marcharse a la otra habitación.

Sin embargo esto no paró la investigación, e Igor volvió a demostrar que, tras Lorena, es el mejor jugador de la edición: “He llegado a pensar que cuando salisteis Leti, Edo y tu, elegisteis a Eva como concursante, y os dijeron que tendríais que mantener en secreto su identidad, y que por eso os llaman tanto al Confe”, soltó el de Bilbao a una Miriam más blanca que cuando salió del Costa Concordia.

Pero aún hay más: Eva no es la única que metió ayer la pata hasta el fondo. El propio Súper se refirió a Dani como Carlos, el nombre del supuesto novio de Ana, detalle que no pasó desapercibido para el resto de la casa. Ante la evidencia, la pareja prefirió pasar de todo, y disfrutar de un ratito de intimidad relativa, y Dani le dio a su chica un masaje relajante.

Pero Guadalix no solo vive de Dani y su novia. Iván, el elemento distorsionador del juego, volvió a hacer de las suyas: el imitador venido a menos que acusó de agresión a Lorena por darle un manotazo tras intentar él meterle un calcetín en la boca, pilló la mano de Susana con la puerta del baño, algo por lo que la chica tuvo que ir al médico y tiene el brazo en cabestrillo.

Iván, tan soliviantado tras el episodio de Lorena, no dudó en restarle hierro a su “agresión” a Susana. El accidente de la murciana también tuvo otro efecto colateral: los compañeros desataron todo tipo de rumores al comprobar cómo Dani seguía más pendiente de la nueva que de su apoyo en el concurso hasta ese momento.

La prueba semanal les permitió vivir uno de los momentos de mayor incertidumbre para la vida social de los españoles que vivían en los 80 (el de mayor fue sin duda el 23-F, pero no sé si el programa se acordará de la efeméride), un momento que mantuvo en vilo a los espectadores, y que hasta se convirtió en noticia del Telediario allá por 1983. A los concursantes se les reunió en el salón para decirles que les iban a comunicar una noticia de alcance del mundo exterior. Los rumores, lógicamente, se dispararon, ganando, por goleada, la abdicación del rey o un cambio de régimen político, aunque no faltó quien pidió (la nueva) sanidad y educación públicas, o el final del paro (la mayoría de las chicas). La noticia bomba conmocionó al país en su momento, pero hoy ha perdido actualidad: Chanquete ha muerto, les gritó Iván al más puro estilo Javi.

No sé si por la broma, o la cosa venía de antes, pero el humorista fue el protagonista de los comentarios de sus compañeros durante toda la tarde. La descarada predilección que ha mostrado el programa dándole la inmunidad y dedicándole una prueba semanal ha puesto a todos los demás de uñas (un saludo, Lorena), y su comportamiento durante la prueba no hace más que empeorarlo. El cantante está mostrando un lado déspota, autoritario y agresivo que no está gustando nada a sus compañeros. Leti, Noe, Sonia, Igor y Kristian perfilaron una posible nominación masiva al aspirante a artista, nominación que no hizo nada por evitar cuando, esa misma noche, decidió apartarse del grupo para bailar en solitario las canciones de la fiesta. “En España no hay cultura musical. A la gente no le gusta la música de los 80”, soltaba el humorista venido a menos, si bien su argumentación perdía peso al escoger los ejemplos. En lugar de hablar de Pink Floyd o Queen, él tiraba más por Fotonovela y Don Diablo (Iván es un claro ejemplo de que la cultura no está reñida con el buen gusto).

Además, el Travolta de extrarradio se enfadaba y desvelaba un nuevo capítulo de su vida pasada (como casi todo lo que cuenta, no tenemos ni idea de si es real u otra trola): según explicaba pasó un tiempo en Londres, donde había discotecas ochenteras. Por cierto, estas afirmaciones (a cámara, sus compañeros ya pasan de él) las hacía mientras estaba sonando una canción que esperemos no sea premonitoria de lo que puede pasar esta noche: The final Countdown.