El sureste es el principal productor de Madrid

El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola, acompañado de la alcaldesa de Aranjuez, María José Martínez, participó en una recogida mecanizada de aceituna en la Finca La Chimenea, en un acto compartido con agricultores y empresarios del sector y que sirvió para inaugurar la campaña de recogida de aceituna en la región.

El consejero destacó el apoyo del Gobierno regional al sector olivarero madrileño, especialmente a través de la investigación como piedra angular para mejorar su rendimiento y competitividad. De hecho, en el Centro de Olivicultura que el Ejecutivo regional tiene en la Finca La Chimenea se están desarrollando cinco líneas de investigación que abarcan desde la identificación de variedades y ejemplares de olivo especialmente interesantes para el campo hasta el estudio de sistemas de cultivo intensivo para reducir costes con el aumento de la mecanización, pasando por estrategias de riego más eficientes.

Los estudios del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) también se están centrando en aquellos factores que pueden contribuir a la elaboración de aceite de oliva virgen extra de la máxima calidad, en coordinación con las demandas y necesidades planteadas por las propias industrias, como el momento óptimo de recolección, la reducción del amargor en los aceites de la variedad Cornicabra, sistemas de control de calidad, etcétera.

“Por supuesto, los resultados de todo este trabajo los estamos haciendo llegar a los profesionales del sector a través de cursos y publicaciones, porque nuestro principal objetivo es ayudarles a garantizar la excelencia del producto final y la rentabilidad de sus explotaciones”, señaló el consejero. El objetivo final para el Ejecutivo es que el sector olivarero madrileño pueda competir en calidad con el producto elaborado en otras regiones. El cultivo del olivar en la Comunidad de Madrid no sólo resulta beneficioso por el excelente resultado final que llega a la mesa del consumidor, sino que además supone un beneficio medioambiental en sí mismo.

Así, las casi 25.000 hectáreas de olivar protegen el suelo contra la erosión, contribuyen al mantenimiento del paisaje y participan en el desarrollo rural de la región, generando finalmente ese producto gourmet de máxima calidad. El 97% de esta extensión se cultiva en las comarcas de Las Vegas (Sureste), Campiña (Este) y Sur Occidental. Durante la pasada campaña se recogieron en la región un total de 26.000 toneladas de aceituna, con una producción de aceite de alrededor de 6 millones de litros y de una calidad excelente. Para este año, aunque se prevé que sea menor por la sequía y por la “vecería” propia del olivo (un año da mucho fruto y poco al otro), también se espera una alta calidad de cosecha.

Los aceites de Madrid se caracterizan tanto por su calidad como por su escasa acidez, su color amarillo intenso y brillante con ribetes verdosos y su fragante aroma. Cabe destacar además el carácter multivarietal del aceite de Madrid, configurado por las variedades Cornicabra, Castellana, Manzanilla Cacereña, Picual, Gordal y Arbequina. Se trata de un producto muy sano y natural, de larga conservación y que mantiene completas sus características sensoriales, dietéticas y nutricionales.