17
Abr
2018
Los alumnos del Miguel Hernández de Arganda visitaron la Torre del Telégrafo Imprimir
Zona Este - Arganda del Rey
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Foto cedida por Ayuntamiento de ArgandaRealizaron una visita teatralizada

Alumnos y alumnas de 5º y 6º de Primaria del CEIP Miguel Hernández han participado en una visita teatralizada a la Torre de Telegrafía Óptica de Arganda del Rey, donde han estado acompañados por la concejala de Educación y Cultura, Montserrat Fernández. Estas visitas, organizadas por el Ayuntamiento de Arganda del Rey, a través de su Concejalía de Educación y Cultura, continuarán a lo largo de la semana y en ellas participará alumnado de diferentes centros educativos de la localidad.

Los objetivos incluyen aprender a valorar y respetar el patrimonio cultural, conocer la historia de la localidad, descubrir cómo era la vida de los torreros y aprender a través del juego del telégrafo. La actividad propone un viaje al siglo XIX de la mano de un torrero que explica a los estudiantes el mundo de la telegrafía óptica, el primer sistema de comunicaciones en la península antes del telégrafo óptico, acercándoles de manera didáctica y divertida a la vida de los torreros a través de sus experiencias. A continuación, acabada la visita al interior de la torre, los alumnos y alumnas pueden poner en práctica lo aprendido con el juego del telégrafo situado junto a la torre, convirtiéndose en auténticos torreros y mandando sus propios mensajes cifrados.

La Torre de Telegrafía Óptica de Arganda es la nº 4 de las 30 que formaban la línea telegráfica Madrid-Valencia (1849-1857) y es la primera que ha sido íntegramente restaurada, tanto el edificio como el sistema de transmisiones que se acciona desde el interior. Las torres de señales hacían las funciones de estaciones repetidoras de mensajes codificados y formaban parte de una red de transmisión de señales a distancia. El objetivo era unir Madrid con el resto de capitales de provincia, aunque sólo se llegaron a instalar tres. Era un sistema exclusivo del gobierno y los mensajes cifrados se transmitían desde la cabecera. Los signos recibidos eran sucesivamente repetidos por los torreros, que no sabían el significado del mensaje. El sistema de telegrafía óptica tuvo una corta duración por la aparición del telégrafo eléctrico. Las últimas transmisiones de la torre de Arganda fueron en la primavera de 1856.