La concatenación de horas avoca a la Comunidad a un embrollo jurídico

Después de la enorme tormenta de la mañana, por la tarde llegó la calma a la política madrileña, pues tan sólo se produjo una última sorpresa que vuelve a cambiar la posición de las fichas sobre el tablero: PP, Cs y VOX decidían, en Junta de Portavoces, anular el Pleno que se iba a celebrar este jueves en la Asamblea de Madrid, al entender que en ese momento (las once de la mañana), ya sí estará en vigor el Decreto de Disolución del parlamento.

Y precisamente es ese decreto, que se hacía público en la tarde del miércoles y se publicaba en el BOCM a las doce de la noche, el que abría un nuevo frente jurídico de imprevisibles consecuencias. Así, según el PP, el Consejo de Gobierno habría debatido el adelanto electoral en su sesión de este miércoles, que terminaba a las doce menos cuarto de la mañana. A las 12:25, justo cuando Aguado estaba anunciando la convocatoria, Ayuso firmaba el decreto, estableciendo, textualmente, que no entrará en vigor hasta su publicación en el BOCM.

Según los populares, a la una menos diez se enviaba al Boletín Oficial de la Comunidad el texto con el decreto de disolución, y, diez minutos más tarde, se registraba la primera de las mociones de censura, la propuesta por Más Madrid. A la una y siete minutos era la segunda, la propuesta por el PSOE, la que entraba en registro. A las dos y media de la tarde, justo después de que Ayuso anunciase la convocatoria electoral, la Mesa de la Asamblea se reunía de urgencia, y lo hacía para admitir a trámite las dos mociones de censura con los votos a favor de PSOE y Cs, y en contra de VOX y PP. A las tres de la tarde Ayuyo firmaba el decreto por el que los consejeros de Cs dejaban de formar parte del Gobierno, esta vez sí, con efecto inmediato; y a las cuatro de la tarde llegaba a la Asamblea el decreto de disolución de la cámara.

Con esta cronología es evidente que hay una infinidad de puntos oscuros que deberán dilucidar los tribunales. Así, deberán decidir si los efectos de la disolución comienzan con la deliberación del Consejo de Gobierno, o hay que esperar a la firma del Decreto; si basta con la firma del Decreto, o tiene que publicarse en el BOCM; si es suficiente con la entrada en registro de las mociones de censura o tiene que calificarlas la Mesa, lo que inicia el trámite parlamentario; y, lo que puede ser la clave que decida si hay o no elecciones, si la moción se presenta contra una persona o contra la institución, ya que, al haber dimitido Ayuso como Presidenta, las mociones decaerían de forma automática si van dirigidas contra ella.

Pero las últimas sorpresas llegaban por la noche, al publicarse el BOCM con los acuerdos del Consejo de Gobierno. Y llegaban por partida doble, pues Ayuso, en contra de lo anunciado por su vicepresidente y lo insinuado por ella misma en su comparecencia, no incluía el decreto de dimisión entre los publicados en el Boletín Oficial de la Comunidad. Pero además, el Orden del Día de la Junta de Gobierno no hace ninguna alusión a la deliberación previa a la disolución del Parlamento, lo que supondría la nulidad de facto de todo el proceso.

Así, todo apunta a que, si no hay cambios de criterio por parte de los políticos, la Comunidad va a vivir unas semanas kafkianas, con un Gobierno en funciones poniendo en marcha unas elecciones, mientras que una Asamblea semidisuelta tramita dos mociones de censura. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha reorganizado el Consejo de Gobierno tras firmar el decreto de disolución de la Asamblea de Madrid y de convocatoria de elecciones y cesar, también por decreto, al vicepresidente, consejero de Deportes y Transparencia y portavoz del Gobierno, Ignacio Aguado, y otros cinco consejeros.