A Alcorcón y Valdecarros podría sumarse algún otro proyecto guardado en secreto

Dentro de un mes la mayor incógnita de Sheldon Adelson podría quedar desvelada, y es que, el 7 de junio se celebra la Junta General de Accionistas de Las Vegas Sand, la entidad interesada en construir un Eurovegas en España, y en esa junta, muy probablemente, se informe de cuál será el emplazamiento definitivo del proyecto.

Un emplazamiento que, poco a poco, va teniendo menos pretendientes. Si en un principio se presentaron hasta ocho proyectos en la Comunidad de Madrid, tan solo dos estarían en condiciones reales de cumplir con los objetivos de la empresa que, según la Comunidad, traerá más de 200.000 puestos de trabajo a la región: Alcorcón y Valdecarros, o al menos, eso es lo oficial, pues algún otro proyecto guardado en secreto podría buscar dar la sorpresa y llevarse el emplazamiento del macrocomplejo de ocio.

Y es que el proyecto favorito de Adelson, Valdecarros, tiene un fuerte hándicap: la cercanía de Valdemingómez y la imposibilidad de la Comunidad de Madrid para cerrarlo en el plazo estipulado para poner en marcha Eurovegas, ya que el cierre del vertedero requiere el visto bueno de la Comisión Europea, un informe que podría demorarse hasta diez años.

El otro proyecto, el favorito de la Comunidad de Madrid, es Alcorcón, que, a pesar de ofrecer Metro, está demasiado lejos del Aeropuerto para las pretensiones de Adelson, al situarse al Sur de la Comunidad. Así las cosas, un tercer proyecto que aunase las dos condiciones: buenas comunicaciones con el Metro, presente o futuro, y cercanía con el Aeropuerto, tendría todas las papeletas para llevarse el macroproyecto,

El magnate, no obstante, será el que decida en los próximos días, ya que está previsto que visite las ubicaciones en un viaje a España que se producirá durante este mes de mayo. Y mientras, Cataluña ha bajado muchos puntos en la carrera por quedarse Eurovegas; la fuerte oposición de los vecinos, sumado a la imposibilidad de construir edificios altos en el recinto propuesto por la Generalitat, podría ser el elemento definitivo para dejar sin opciones la aventura catalana.