Denuncian que las cuarentenas están afectando a las plantillas de la EMT

CCOO y UGT exigen al Gobierno que preside Isabel Díaz Ayuso que reaccione y refuerce de manera drástica el transporte público en la Comunidad de Madrid ante el escenario de grave crisis sanitaria provocado por la pandemia.

El transporte público madrileño no está dimensionado para hacer frente a una crisis como la que vive nuestra comunidad, ni desde el punto de vista de los recursos ni por su diseño. Los gestores políticos y las empresas han asumido y normalizado durante años la sobreocupación en determinados trayectos y horas, han llevado a cabo políticas de privatización en asuntos como el mantenimiento de material rodante y de reducción de las inversiones en infraestructuras. Las averías, frecuentes en la red de Metro o en las Cercanías ferroviarias, son consecuencia del abandono económico y la ineficiencia del modelo semiprivado de mantenimiento, que ha tenido como consecuencia la inutilización de muchas unidades.

Las ofertas públicas de empleo han sido cicateras durante muchos años, y no se han renovado las plantillas adecuadamente. Ni siquiera los últimos acuerdos con las organizaciones sindicales para la reposición de vacantes consiguen equilibrar el desfase creciente entre necesidades y oferta ni lograr alcanzar los niveles anteriores a la aplicación de los recortes presupuestarios de las políticas liberales de los gobiernos de la Comunidad de Madrid.

La crisis sanitaria tiene efecto también en las plantillas del transporte público de Madrid. Las bajas y cuarentenas han impedido que en los últimos días se hayan cubierto algunos de los turnos en la EMT de Madrid, y obligan a realizar horas extraordinarias a la plantilla de Metro, que cuenta con muchas unidades inutilizadas por la contaminación de amianto, para mantener a duras penas unas frecuencias a todas luces insuficientes para impedir la masificación de la hora punta. Las inversiones comprometidas desde hace años para la renovación de las infraestructuras de la red de Cercanías Ferroviarias no llegaron nunca, y ya se opera cerca del límite máximo de frecuencias que una red, en buena parte obsoleta, puede sostener.

Se precisa, de forma inmediata, un plan de contingencia real para un sistema que deberá adaptarse, por un periodo indeterminado pero previsiblemente alto, a un modelo de baja ocupación y de mayor seguridad. CCOO y UGT proponen para ello movilizar el conjunto de los recursos disponibles para aliviar inmediatamente la sobreocupación de la hora punta y la presión sobre el conjunto del sistema.

La movilización del conjunto del sistema de transporte concesionario y privado del ámbito discrecional de transporte de viajeros por carretera, con muchos de sus recursos parados y sus plantillas en situación de ERTE, pueden ser una solución de urgencia y coyuntural como alternativa a varios trayectos urbanos o interurbanos en franjas horarias determinadas, con las debidas medidas de adaptación para la seguridad, como las mamparas y medidas de higienización y desinfección, y adaptando la circulación viaria parta estos fines.

Tal medida permitiría, por su propio carácter coyuntural, una planificación a medio plazo de un plan de refuerzo de las plantillas públicas, así como la renovación, compra y puesta en marcha de nuevo material rodante, que permita a las empresas públicas del transporte revertir un déficit estructural, también desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental que, hasta la aparición de la pandemia, los madrileños y madrileñas de las clases más populares han vivido con resignación y que ya se torna en indignación popular.