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12
May
2020
Madrid ya ha realizado casi medio millón de test PCR PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por CAMEs la Comunidad que más ha hecho en números totales, y la quinta por habitante

España ha realizado más de 2,2 millones de pruebas PCR desde que comenzó la epidemia por COVID-19. Concretamente, las Comunidades Autónomas han notificado al Ministerio de Sanidad que, hasta el 21 de mayo, han llevado a cabo un total de 2.221.497 pruebas diagnósticas PCR.En los últimos siete días, entre el 15 y el 21 de mayo, las Comunidades Autónomas han aumentado su capacidad para efectuar este tipo de pruebas diagnósticas en un 16%. Además, la tasa de PCR realizadas hasta esa fecha ha crecido hasta situarse en 47,2 por cada 1.000 habitantes.

Junto a las pruebas diagnósticas PCR practicadas, las Comunidades Autónomas también han notificado la realización de un total de 1.335.070 test rápidos de anticuerpos, lo que supone una tasa de 28,3 por cada 1.000 habitantes y un incremento del 19% respecto a la semana anterior. En los casos de Aragón y Baleares, esta estadística incluye test serológicos de Ac.

En total, desde el inicio de la epidemia, se han efectuado hasta el momento 3.556.567 pruebas diagnósticas de COVID-19, de las que 518.727 corresponden a la última semana. En lo que se refiere a la Comunidad de Madrid, el Gobierno reconoce que se han hecho 464.212 pruebas PCR, de las que 60.579 se han realizado en la última semana. Esta cifra convierte a la Comunidad en la que más pruebas ha hecho de toda España en números totales; y la quinta, tras La Rioja, País Vasco, Asturias y Navarra, en número de test por habitante. Las pruebas realizadas, por CCAA, se pueden consultar en este enlace.

Investigadores del Instituto de Investigación del Hospital Clínico San Carlos y de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado un sistema de diagnóstico que permitirá la detección de múltiples marcadores específicos de la enfermedad Covid-19 en un solo biokit, con resultados prometedores. El sistema es  muy flexible. Puede ser configurado para las necesidades diagnósticas que se requieran como la determinación de anticuerpos presentes en suero IgM e IgG, u otros marcadores como la proteína C reactiva, la ferritina y citoquinas.

Hasta el momento, los resultados obtenidos en las muestras analizadas son esperanzadores. Con tan sólo 3 microlitros de suero de un paciente se han obtenido hasta 12 determinaciones en un solo biokit, lo que sugiere que “tendremos la capacidad de poder medir muchos biomarcadores de una sola vez y ofrecer un diagnóstico mucho más completo y de mayor calidad con un coste inferior que las alternativas comerciales existentes en la actualidad”, afirma el investigador del grupo de Óptica, Fotónica y Biofotónica de la Universidad Politécnica de Madrid y del grupo de Órganos y Tejidos en Chips y Detección In-Vitro del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos, Miguel Holgado Bolaños.

El biokit podrá detectar múltiples biomarcadores presentes en una muestra biológica, habitualmente suero del paciente aunque también se harán pruebas en saliva o lágrima, lo que le confiere una gran versatilidad que podría ayudar al personal sanitario a establecer un diagnóstico de alta calidad y eficiencia en un tiempo muy reducido, ya que tras el tiempo de incubación que habitualmente es inferior a 2 horas, el sistema es capaz de leer el resultado de 16 determinaciones en 5 minutos.

Este biokit multiplexado de diagnóstico es más completo que los sistemas conocidos hasta ahora por lo que contribuiría a un mejor diagnóstico de la enfermedad. Mejora a la PCR en cuanto que ésta detecta la presencia del virus en la zona nasofaríngea, de donde se recolecta la muestra, pero con una ventana temporal que puede determinar que una persona infectada no presente antígenos virales en la muestra extraída, ya que a los tres o cuatro días el virus ha podido trasladarse de la mucosa nasofaríngea a los pulmones o a otra parte del organismo.

Por su parte, los test serológicos cuentan con la presencia de uno o dos marcadores, mientras que este biokit puede ser configurado para medir múltiples marcadores en función de las necesidades diagnósticas. Su alta capacidad de medida permite que se utilice de manera habitual para la detección biológica de múltiples moléculas, que en este caso pueden ir desde las más habituales como los anticuerpos presentes en las muestras biológicas de sangre, saliva o lágrima, a otros biomarcadores que permitan elevar la calidad diagnóstica.

Además, necesita un volumen de muestra más pequeño ya que en las pruebas realizadas con el Hospital Clínico San Carlos, con suero real de paciente, tan sólo se han necesitado 3 microlitros de muestra para hacer hasta 12 mediciones en un solo kit. El hecho de no necesitar un volumen elevado de muestra sugiere que esta tecnología se pueda emplear para medir en otras muestras biológicas como en lágrima, donde la muestra recogida suele ser escasa. A estas ventajas se añade que, gracias a la aplicación de las micro-nano tecnologías, el coste de producción podría ser reducido si se produjera a gran escala.

Ante la situación provocada por el virus SARS-COV-2 y la necesidad de contar con técnicas eficientes con capacidad de diagnosticar la enfermedad Covid-19 en personas asintomáticas y predecir la gravedad de aquellas que presentan síntomas, investigadores del Centro de Tecnología Biomédica y del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas de la Universidad Politécnica de Madrid, que forman parte del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos están desarrollado este sistema de detección de la enfermedad, en el que también han colaborado investigadores del Grupo de Señal y Medida de la Universidad Politécnica de Valencia y del Laboratorio de Coronavirus del CNB-CSIC, que han cedido el cDNA del gen S de SARS-CoV-2 utilizado para expresar la proteína recombinante incluida en el sistema de detección.

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ha visitado las instalaciones del Instituto de Investigación Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ) junto a su director científico, Eduardo López-Collazo, y el director gerente del hospital, Rafael Pérez-Santamarina, quienes han puesto en marcha un proyecto centrado en averiguar las causas por las que el sistema inmunológico se agota tan rápidamente frente a la COVID-19, lo que termina causando en muchos casos una sepsis que acaba con la vida de la persona. La vicealcaldesa ha lamentado que “no se apueste por la investigación suficientemente, algo que es importante fomentar desde el Ayuntamiento”. No solo en tiempos de pandemia, ha dicho Villacís, “sino en adelante, fomentando tanto la inversión púbica como la colaboración privada”.

La visita ha contado también con la presencia del consejero delegado en Santander Asset Management España, Miguel Ángel Sánchez; la directora de Relaciones Institucionales y Responsabilidad Social Empresarial de Reale Seguros, Pilar Suárez-Inclán; y la directora de la Fundación Mutua Madrileña, María Teresa Campos. “En un momento en el que muchas empresas están siendo estigmatizadas, la realidad es que se han puesto al servicio de Madrid”, ha señalado Villacís. Por su parte, López-Collazo ha explicado los dos objetivos del proyecto, que pasan por analizar el desarrollo de la COVID-19 “de manera que, de forma anticipada, podamos clasificar a los pacientes y se pueda dar un tratamiento más personalizado”.

El proyecto, además, ha logrado financiación en tiempo récord gracias a la aportación de la gestora de Banco Santander (250.000 euros), Mutua Madrileña (70.312 euros) y Reale Seguros (70.312 euros), cuyas donaciones se han canalizado a través del Foro de Empresas por Madrid, consiguiendo de esta forma la financiación necesaria para el proyecto de IdiPAZ.

Una colaboración público-privada que Villacís ha resaltado especialmente y en la que el Ayuntamiento de Madrid ha servido de puente entre empresas e investigadores, “y va a seguir siendo un facilitador para la investigación y para las propias empresas, agilizando en todo lo posible los trámites, para lo que es necesario que no se pierda en trabas burocráticas”.

En un momento complicado, el Ayuntamiento de Madrid vuelca sus esfuerzos en mejorar la financiación en ciencia e innovación con recursos propios o, como en este caso, canalizando las donaciones que las empresas realizan y cuya aportación al Foro de Empresas por Madrid y a los proyectos con los que cuenta está siendo fundamental desde el comienzo de la pandemia provocada por el coronavirus.

Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) busca una vacuna para COVID-19 mediante el uso de un gen de un antígeno del propio coronavirus SARS-CoV-2 para estimular la inmunidad del receptor. El método consiste en colocar el gen del antígeno en un 'vehículo' sintético de ADN (un plásmido) que pueda ser introducido en el organismo del paciente e inducir la protección frente a la infección. El equipo está sintetizando las moléculas de ADN correspondientes que se introducirán en el vehículo y en dos meses podría empezar a probarse en modelos de ratón.

Este procedimiento ya ha sido probado en una vacuna para la leishmaniasis canina que se encuentra en la fase IV, de petición a la Agencia Europea del Medicamento del permiso de fabricación y comercialización, según explica el director del estudio, el profesor de investigación ad honorem del CSIC Vicente Larraga, del Centro de Investigaciones Biológicas-Margarita Salas.

Este desarrollo de vacuna protectora presenta una ventaja adicional: el proceso de escalado industrial del candidato a vacuna ya se ha realizado previamente, lo que adelantaría notablemente la fase industrial de fabricación, las pruebas en humanos y su producción posterior, si los resultados de las pruebas fueran positivos. Con este, ya son tres los proyectos del CSIC que buscan una vacuna para el coronavirus, junto a los que dirigen Luis Enjuanes e Isabel Sola, y Mariano Esteban y Juan García Arriaza, ambos del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC).

"Se trata de una vacuna novedosa de ADN recombinante que introduce, en el animal a vacunar, en lugar del parásito atenuado o un fragmento del mismo o una proteína purificada, el gen de un antígeno del parásito que induzca protección frente a la infección del mismo", detalla Larraga.

El investigador explica que esta vacuna utiliza como vehículo de vacunación un plásmido sintético de ADN (pPAL) que ha sido desarrollado en su laboratorio y que permite la integración del gen del antígeno escogido del parásito en el material genético de las células del mamífero receptor y la producción por las mismas del antígeno, que es entonces reconocido por el sistema Inmune del animal vacunado e induce protección cuando se produce la infección natural.

Este procedimiento puede ser utilizado también en el caso del virus SARS-CoV-2, ya que se ha desarrollado como vehículo para mamíferos, incluido el hombre. En este caso, se ha elegido como posible antígeno protector de vacunación la proteína S (spike) de la superficie del virus y sus subunidades S1 y S2, que son utilizadas por el mismo para anclarse en la membrana de la célula objetivo y penetrar en ella.

"Se trata, pues, de una vacuna sintética con un vehículo de ADN en el que se introducirán los genes correspondientes a la proteína S del virus completa y a las subunidades 1 y 2 de la misma. En estos momentos se están sintetizando las moléculas de ADN correspondientes que se introducirán en el vehículo previamente desarrollado. Este proceso debería desarrollarse a lo largo de los meses de mayo y junio. A continuación, se probaría su seguridad y eficacia frente a la infección por el virus en el modelo de ratón, bien en animales transfectados con el receptor humano de ACE2 o similares. Si los resultados fueran positivos, se comenzarían las fases I y II de prueba en humanos", detalla Larraga.

Investigadores del Hospital Clínico San Carlos han puesto en marcha el Registro Internacional de Evaluación Clínica Covid-19 Hope Covid-19, uno de los mayores hasta la fecha sobre el coronavirus a nivel internacional y en el que participan más de 7.100 pacientes procedentes de más de 40 hospitales de 8 países como España, Italia, Alemania, China, Estados Unidos, Canadá o Chile, con el objetivo de caracterizar adecuadamente la Covid-19 para conocer mejor la enfermedad y facilitar la toma de decisiones en su diagnóstico y tratamiento.

El registro Hope Covid-19 “recoge información de todos aquellos pacientes dados de alta, vivos o fallecidos, de un centro sanitario tras un ingreso hospitalario por una infección comprobada o de alta probabilidad por coronavirus 2019”, explica el cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos, Iván Núñez Gil e impulsor de esta iniciativa, puesta en marcha “por la buena voluntad de muchas personas con interés en trabajar por conocer mejor esta enfermedad", que ha contado con el apoyo de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular.

Según los resultados preliminares del estudio, “existen factores predictores de mal pronóstico en Covid-19 como la edad, la presencia de insuficiencia renal, la hipertensión arterial, la presencia de alguna inmunodeficiencia de base, la elevación de la proteína C reactiva o la presencia de desaturación de oxígeno al ingreso”, añade el responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico San Carlos, Vicente Estrada Pérez. Estas variables –continúa Estrada- poseen un elevado valor pronóstico y su presencia se asocia a una mala evolución clínica tras la infección”.

“La variabilidad en la práctica clínica y en la estructura de los diferentes sistemas sanitarios influyen mucho en los resultados por lo que tenemos que utilizar métodos que controlen esta variabilidad y estratificar resultados”, afirma Cristina Fernández Pérez, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico San Carlos e investigadora de la Fundación “Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria”, que presta su apoyo al análisis estadístico del estudio. “Se ha podido establecer una puntuación de riesgo de mortalidad hospitalaria para los casos confirmados y en este momento se trabaja en factores de riesgo relevantes en esta enfermedad”, añade.

La situación provocada por el coronavirus ha generado la disposición de gran parte de los recursos hospitalarios a hacerle frente, de ahí el carácter multidisciplinar de este proyecto de investigación clínica, en cuyo diseño y puesta en marcha han participado muchos especialistas como médicos internistas, infectólogos, intensivistas, cardiólogos, anestesistas o médicos de familia aportando, cada uno de ellos, su conocimiento y experiencia sobre la enfermedad.

El registro ha despertado el interés de la comunidad científica internacional puesto que “a las cinco semanas de iniciar el reclutamiento de pacientes se alcanzaron prácticamente los 7.100, lo que nos permitirá obtener una información muy valiosa para luchar contra esta enfermedad”, añade Núñez. “En una situación de pandemia es muy importante compartir información con el fin de generar conocimiento de una enfermedad nueva. Cualquier estrategia basada en este principio podrá aportar respuestas en el control de los futuros problemas que puedan aparecer”, afirma Cristina Fernández. En el caso de Hope Covid-19, la alta participación que ha tenido el proyecto, basada en la participación voluntaria de los pacientes.

El registro Hope Covid-19 recoge datos clínicos fundamentales de la enfermedad y de su evolución nosocomial en “vida real”. Para ello, se caracterizan parámetros asociados con mortalidad por la enfermedad y otros aspectos, como la presentación clínica, analítica o evolución hospitalaria. Este macro registro internacional arrojará luz acerca de la enfermedad Covid-19 y de sus resultados se espera la obtención de respuestas a las preguntas e incógnitas que aún subyacen en el entorno de esta enfermedad. Cualquier centro hospitalario de cualquier país del mundo puede participar a través de la página web del estudio:  https://hopeprojectmd.com/en/project/hospitals estando prevista la finalización del reclutamiento de pacientes el día 31 de mayo.

El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha mantenido una videoconferencia con los responsables de varios proyectos que trabajan en el desarrollo de posibles vacunas frente al SARS-CoV-2, que reciben financiación del Fondo COVID-19, con el objetivo de conocer los avances en sus investigaciones.

En España hay en estos momentos diez proyectos de vacunas en fase preclínica, con orientaciones diferentes. De ellos, hay tres liderados por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) -el Centro Nacional de Biotecnología ha recibido una partida de 4,45 millones de euros para proyectos de vacunas, anticuerpos y antivirales- y otros siete de distintos centros de investigación que han sido seleccionados por el Fondo COVID-19 para recibir financiación. En total, se les ha concedido 2,3 millones de euros de esta convocatoria, que gestiona el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) .

Además, el propio ISCIII tiene en marcha otro proyecto sobre vacunas, en el Centro Nacional de Microbiología, liderado por el investigador Vicente Mas, que va a dar apoyo al resto de investigaciones, proporcionando datos de la respuesta inmune y mejorando la composición de los posibles candidatos a vacuna. Acompañado por la directora del ISCIII, Raquel Yotti, y del subdirector de Evaluación y Fomento de la Investigación del ISCIII, Cristóbal Belda, el ministro de Ciencia e Innovación ha recibido información sobre los avances de éste y de otros tres proyectos que forman parte del Fondo COVID-19.

En concreto, el investigador Felipe García, de IDIBAPS-Hospital Clínico de Barcelona, lidera un proyecto que se propone desarrollar una vacuna mRNA que induzca inmunidad de larga duración frente al COVID-19. Para ello, se utilizará un RNA pequeño, que contendrá las secuencias que codifican regiones pequeñas de proteínas del virus (epitopos) para inducir la producción de anticuerpos frente al SARS-CoV-2 y que será coformulado con nanopartículas. Para la selección de dichas secuencias, se usarán modelos matemáticos en colaboración con la Universidad de Barcelona.

Las vacunas mRNA representan una alternativa muy novedosa frente a las vacunas convencionales, rápidas de desarrollar, fáciles y baratas de producir, seguras y fáciles de administrar.

También está trabajando en una vacuna de mRNA el proyecto CoviNanoVax que coordinan Salvador Borrós y Cristina Folnaguera, en la Universidad Ramón Llull. Su diseño, basado en una vacuna de mRNA unida a nanopartículas poliméricas dirigidas a las células dendríticas, trata de desarrollar una respuesta inmune específica para inmunizar a personas sanas pero susceptibles, para protegerlas frente a futuras infecciones con SARS-CoV-2.

En la videoconferencia también ha participado el investigador Rafael Blasco, del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). En el Centro de Investigación Animal del INIA, coordina un proyecto basado en un vector vacuna (MVA) con plásmidos adaptados. Se trata de una propuesta de vacunas duales que ya está bastante avanzada gracias a investigaciones previas, y que debe desarrollarse adaptando plásmidos a los genes seleccionados del SARS-CoV-2.

Los investigadores han explicado el estado de sus investigaciones y los progreso que han hecho en las últimas semanas al ministro Pedro Duque, que ha reiterado el apoyo del Gobierno a sus investigaciones y les ha instado a que sigan colaborando entre ellos.

La Comunidad de Madrid, a través del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, participa en el proyecto de investigación internacional Solidarity II Serology International Network, coordinado por la Organización Mundial de la Salud -OMS- y dirigido a validar la fiabilidad de un nuevo test de detección de anticuerpos específicos para COVID-19. Se trata del único centro español que participa en el estudio, que analiza también la duración de la inmunidad en el organismo de los pacientes que han pasado por la enfermedad.

El Hospital 12 de Octubre forma parte de un selecto grupo formado por 100 centros y laboratorios mundiales especializados que han sido seleccionados por la OMS para testar la prueba, al ser capaces de fabricar la proteína específica del SARS-CoV-2 (proteína S Spike-espícula), que es la responsable de la entrada del virus en la célula y el componente del virus frente al que actúan la mayoría de los anticuerpos protectores del organismo.

La técnica que se está probando ha sido desarrollada por dos de los centros más reconocidos en investigación sobre coronavirus, el Hospital Mont Sinai de Nueva York y la Universidad Erasmus de Rotterdam. Emplea un novedoso procedimiento caracterizado por su gran sensibilidad y especificidad, ya que mide la inmunidad específica frente SARS-CoV-2-, responsable de la pandemia COVID-19, en comparación con otras técnicas que pueden tener falsos positivos, debido a la respuesta a los diferentes coronavirus estacionales humanos. Será utilizada solo por los laboratorios de la red, ya que de momento no se comercializa.

En el 12 de Octubre el trabajo está siendo liderado por el grupo de investigación de Virus Emergentes del Instituto de Investigación del Hospital i+12, en colaboración con los servicios de Microbiología y Medicina Interna. Hasta ahora se ha analizado la respuesta inmune de 250 profesionales voluntarios divididos en dos grupos, uno formado por los que han tenido infección confirmada mediante prueba PCR, y otro, por los que, sin diagnóstico de infección, han estado expuestos al virus en función del trabajo desarrollado durante la pandemia

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), perteneciente al Ministerio de Ciencia e Innovación, han redactado un informe que recopila el estado actual de conocimiento sobre cómo es la transmisión del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, en espacios destinados al baño y otras actividades acuáticas. El informe ha sido elaborado a petición de la Secretaría de Estado de Turismo en el marco de los protocolos de actuación que está elaborando el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo para la reanudación de la actividad del sector turístico.

Como introducción, los autores subrayan que entre las posibles vías de contagio en los ambientes a los que se refiere el informe (piscinas, playas, ríos, etc.), la principal vía de transmisión del SARS-CoV-2 es a través de secreciones respiratorias que se generan con la tos y los estornudos y el contacto de persona a persona, por lo que deben mantenerse las recomendaciones generales relativas a cualquier otro lugar.

Además, las aglomeraciones que pueden darse en las piscinas y playas, así como los objetos de uso común, pueden continuar sirviendo de mecanismo de contagio. Otras posibles vías de contagio revisadas son las derivadas de la presencia del virus en aguas residuales que puedan llegar a masas de agua de baño y la supervivencia del virus proveniente de los bañistas en aguas, arenas y superficies limítrofes.

El informe ha sido redactado por siete investigadores de centros del CSIC: Ana Allende, del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), Alicia de Andrés, del Instituto de Ciencias Materiales de Madrid (ICMM-CSIC), Antonio Figueras, del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC), Gloria Sánchez, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), Joan Grimalt y Teresa Moreno, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), y Carlos Prieto, Vicepresidencia Adjunta de áreas Científico-Técnicas del CSIC.

Los investigadores se han basado en la literatura científica disponible hasta la fecha para dar una serie de indicaciones y recomendaciones para los espacios destinados a actividades acuáticas recreativas.

El informe señala que en actividades recreativas, la infección por SARS-CoV-2 por contacto con el agua de condiciones estándar para el baño es muy poco probable. Sin embargo, estas actividades generalmente implican una pérdida de las medidas recomendadas de distanciamiento social.

En piscinas y spa, el uso de agentes desinfectantes está ampliamente implantado con el fin de evitar la contaminación microbiana de las aguas por la afluencia de usuarios, y esta medida debería ser suficiente para la inactivación del virus.

Los aerosoles generados en un balneario o en una instalación de aguas medicinales tendrán las mismas características de desinfección que las aguas de baño de estas instalaciones. En aquellos casos en los que el ambiente de las instalaciones se mantiene a temperaturas elevadas, como en el caso de las saunas y los baños de vapor, se espera que, debido a la alta temperatura (>60ºC), la supervivencia del virus se reduzca.

Por su parte, en lo relativo al agua el mar, el informe sostiene que, aunque actualmente no existen datos de la persistencia del SARS-CoV-2, el efecto de dilución y la presencia de sal son factores que probablemente contribuyan a una disminución de la carga viral y a su inactivación por analogía a lo que sucede con virus similares.

Sin embargo, la supervivencia del SARS-CoV-2 en agua de ríos, lagos, pozas de agua dulce y no tratada es superior en comparación con las piscinas y el agua salada y, por tanto, deben extremarse las medidas de precaución para evitar aglomeraciones, siendo éstos los medios acuáticos más desaconsejables en relación con otras alternativas.

Otros de los factores que pueden preocupar es la prevalencia del virus en la arena presente en playas o riberas. Aunque no existen estudios experimentales al respecto, la acción conjunta de la sal del agua de mar, la radiación ultravioleta solar y la alta temperatura que puede alcanzar la arena son favorables para la inactivación de los agentes patógenos. El informe también hace hincapié en que cualquier forma de desinfección de la arena de la playa debe ser respetuosa con el medio ambiente y no es recomendable su desinfección con los procedimientos habituales para espacios públicos urbanos.

El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha defendido en el Senado el papel crucial de la ciencia y la innovación para superar esta crisis sanitaria y la importancia de aumentar la inversión en estas áreas para "modernizar el país y asegurar el bienestar, la educación, la sanidad y pensiones del mañana". En su intervención, el ministro ha hecho hincapié en la importancia de alcanzar un pacto al que se sumen todos los grupos parlamentarios: "Necesitamos un acuerdo social y político para incrementar de forma sostenida y sin vaivenes la inversión en ciencia e innovación", ha dicho.

El ministro ha comparecido en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades de la Cámara Alta para informar sobre la situación y medidas adoptadas desde el Ministerio ante la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 y exponer las líneas generales del Departamento en esta legislatura.

Tras recordar que el papel de la I+D+I está siendo clave para la toma de decisiones y la búsqueda de soluciones a esta emergencia sanitaria, el ministro ha explicado que es necesario reducir la brecha de inversión en I+D entre España y la media de la UE, que se ha agravado en la última década. En este sentido, ha subrayado que hay que aumentar la inversión pública en ciencia y sentar las bases para estimular la inversión privada en I+D+I. Éste, ha explicado, era ya un objetivo del Gobierno cuando arrancó la Legislatura y lo seguirá siendo.

El ministro ha explicado que, en estas semanas, el Ministerio ha centrado su política científica en buscar soluciones que reduzcan el impacto de la pandemia, impulsando la investigación biológica y sanitaria en tratamientos, vacunas, métodos de diagnóstico y demás aportaciones al manejo de la enfermedad y apoyando investigaciones en otras áreas de conocimiento que pueden aportar soluciones, como estudios de movilidad, estudios de materiales y filtros o el uso de la supercomputación y la biología estructural.

Para fomentar la investigación, el Ministerio y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) diseñaron el Fondo COVID, un programa de urgencia de subvenciones de concesión directa con 24 millones de euros, una de las convocatorias que más recursos ha movilizado en la Unión Europea para proyectos de investigación sanitaria. Según ha precisado el ministro, se han aprobado 85 proyectos con una aportación pública total de cerca de 19 millones, que han sido seleccionados por una Comisión Técnica de Evaluación de entre más de 1.300 proyectos. Está previsto que en los próximos días se concedan los últimos proyectos.

Este Fondo COVID, ha recordado el ministro, apoya proyectos que busquen soluciones a corto plazo en los distintos frentes del combate científico: encontrar tratamientos de la enfermedad, desde antivirales a vacunas; mejorar el diagnóstico y el manejo clínico de pacientes infectados por SARS-CoV-2, y facilitar el diseño, desarrollo e implantación de medidas de salud pública para responder eficazmente a la epidemia actual y a posibles epidemias futuras.

El ministro ha añadido que se ha aprobado una financiación directa de 4,45 millones de euros para el Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un centro reconocido a nivel mundial y que ya disponía de una amplia experiencia en la investigación de los coronavirus, con relevantes casos de éxito en el desarrollo de vacunas frente al zika, el chikungunya o el ébola.

Otra de las acciones que ha movilizado esfuerzos económicos y materiales, ha continuado el ministro, es la Plataforma Temática Interdisciplinar que ha puesto en marcha el CSIC y que ha coordinado a más de 150 grupos de investigación de diferentes especialidades para buscar soluciones a la crisis sanitaria. Por el momento, el CSIC ya ha prefinanciado 25 proyectos con una aportación nueva de recursos de 2,9 millones de euros, gracias en parte a donaciones de empresas.

En concreto, el ministro ha explicado que el CSIC ha recibido donaciones por 8,6 millones de euros de 22 empresas y 470 donativos de personas físicas que suman 73.000 euros, un esfuerzo que ha querido agradecer: "Es un nivel de donaciones altruistas nunca vista antes por la ciencia española, otra señal clara del apoyo social de la investigación en nuestro país", ha afirmado.

Por su parte, las Instalaciones Científico-Técnicas Singulares (ICTS), en especial los nodos de supercomputación y de bioseguridad, también están trabajando para buscar soluciones. En concreto, el Centro Nacional de Supercomputación - Barcelona Supercomputing Center, ha desplegado una actividad muy intensa en la lucha contra COVID-19 con todos sus investigadores teletrabajando y con los supercomputadores funcionando a su máxima capacidad. Sus actividades se centran en tres frentes: la investigación sobre el virus y sus posibles tratamientos gracias a la capacidad de cálculo de los procesadores del MareNostrum; el uso de la inteligencia artificial, big data y procesamiento del lenguaje natural para analizar la propagación y el impacto de la epidemia, y la puesta a disposición del superordenador MareNostrum 4 a investigadores internos y externos para proyectos relacionados con el COVID-19.

Tras presentar los detalles de la actividad más destacada de la investigación española frente a esta pandemia, el ministro ha agradecido el trabajo y el compromiso de los miles de investigadores y técnicos que han estado trabajando durante estos casi dos meses, muchos de los cuales han cambiado sus líneas de investigación para centrarse en la lucha contra COVID-19. Y, además, les ha dado las gracias por su esfuerzo para comunicar su trabajo y resolver dudas y aclarar conceptos. "Hoy más que nunca necesitamos que los investigadores participen en el debate público y contribuyan a una sociedad más informada", ha señalado.

Por lo que se refiere a la necesidad de aumentar la capacidad de diagnóstico del COVID-19, el ministro ha explicado que se ha trabajado para ayudar a las comunidades autónomas a reforzar su capacidad de realizar pruebas PCR, las más fiables para el diagnóstico de la enfermedad.

Por un lado, el ISCIII ha coordinado la puesta en funcionamiento y dotación de reactivos a 21 sistemas robotizados de análisis clínico que ya están en hospitales de 12 comunidades autónomas (CCAA). Por otro, el Ministerio ha puesto en marcha un procedimiento para poner a disposición de los hospitales los laboratorios de centros de investigación y universidades que cumplan con los requisitos para hacer pruebas PCR. Hasta ahora, el Sistema de Salud solo ha precisado de la colaboración de unos 20 centros científicos, pero hay más de 50 disponibles en caso de necesidad. El ministro ha explicado que es previsible que los nuevos protocolos de la fase de desescalada requieran un incremento de cantidad de pruebas diagnósticas diarias y la Sanidad de cada CCAA necesite del apoyo de más centros científicos.

También ha explicado que se ha trabajado para fomentar las capacidades de las empresas biotecnológicas españolas o asentadas en España en la producción de los elementos relacionados con las distintas pruebas disponibles en el mercado. El ISCIII les ha ayudado prestando sus capacidades técnicas para validar sus técnicas comerciales: ya se han validado seis de cuatro empresas españolas y se sigue estudiando la de otros nueve kits en desarrollo.

Por otro lado, el Ministerio está en contacto con empresas españolas que fabrican o pueden fabricar test diagnósticos de PCR y serológicos con el objetivo de hacer seguimiento de sus actividades y necesidades. Algunas de ellas ya han cerrado acuerdos para suministrar grandes partidas de kits al sistema sanitario español.

Por lo que se refiere a los investigadores y las investigaciones que no se centran en la lucha contra el COVID-19, el ministro ha explicado que su Departamento ha trabajado para sigan desarrollando sus proyectos. Los investigadores, ha dicho el ministro, han continuado trabajando sobre la base de las recomendaciones de las autoridades sanitarias, preferentemente teletrabajando, pero también de forma presencial cuando así era necesario sin comprometer su seguridad. En todo caso, han sido las direcciones de los centros de investigación las que han acordado con los trabajadores la aplicación concreta de las medidas de seguridad, higiene y distanciamiento en los centros de trabajo, y concretamente en los laboratorios.

También ha avanzado que en estas nuevas fases de desescalada se van a dar instrucciones para que la investigación pública retome toda la actividad presencial que sea posible, siempre teniendo en cuenta las directrices de seguridad e higiene del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Política Territorial y Función Pública y con el acuerdo de los representantes de los trabajadores.

Para reducir los perjuicios que pueda suponer esta crisis en la investigación, se ha permitido la prórroga de los contratos laborales temporales del personal investigador que vayan a finalizar este año, tanto en las convocatorias gestionadas por organismos del Ministerio de Ciencia e Innovación como por otras entidades y otros agentes del sistema. De esta forma, la duración de los contratos prorrogados en aplicación de esta disposición adicional podrá exceder los límites máximos previstos para los mismos en la Ley de la Ciencia de 2011. Esta prórroga, de hasta tres meses adicionales sumados al periodo de alarma, ha beneficiado ya a 1.236 investigadores predoctorales, postdoctorales y de personal técnico cofinanciados por la Agencia Estatal de Investigación, así como de 495 científicos con contratos laborales sujetos a las convocatorias del personal investigador del ISCIII. Va a suponer una inversión extra de más de 16 M de € en la prórroga de estos contratos.

En cuanto a los proyectos de investigación financiados por la Agencia Estatal de Investigación que finalizan este año, se han prorrogado de forma automática por el tiempo del estado de alarma y sus prórrogas; y en casos justificados, por hasta tres meses adicionales.

Por otra parte, el ministro ha presentado las acciones del Ministerio para dar apoyo a la innovación empresarial en la búsqueda de soluciones a la pandemia, centralizadas en el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI). Entre otras cosas, se ha modificado el Fondo del Programa Cervera para destinar 500 millones de euros en créditos a proyectos de I+D+I de pymes y empresas de mediana capitalización, añadiendo un fondo de exención de garantías que asciende a 147 millones de euros.

También se ha aprobado un procedimiento rápido de ayudas para proyectos de I+D en COVID-19, que ya ha seleccionado ocho proyectos con una aportación de financiación pública de 3,4 millones de euros y se va a lanzar una convocatoria extraordinaria de 12 millones de euros para empresas que presenten soluciones innovadoras en COVID-19, que se publicará próximamente.

En su intervención, el ministro ha destacado la importancia de la cooperación internacional y la coordinación autonómica en la lucha frente a la pandemia. El Ministerio, ha dicho, ha propiciado un diálogo y una cooperación real entre el Gobierno y las comunidades autónomas, que se ha puesto de manifiesto en las tres reuniones telemáticas que ha mantenido el ministro con los consejeros autonómicos. Uno de los compromisos que se han alcanzado es el de coordinar la financiación de proyectos de investigación, con el objetivo de que haya una política "coherente y única para todo el país".

El ministro ha destacado "la buena sintonía y la colaboración leal" de todos los consejeros con competencias en esta materia y ha explicado que esto demuestra que "hay posibilidades reales de acuerdos y consensos" en ciencia e innovación.

Por otra parte, ha detallado el papel del Ministerio en relación con la nueva fase de transición a la normalidad, en la que son necesarios datos fiables para mejorar la toma de decisiones. A esto ayudará el estudio epidemiológico de seroprevalencia diseñado y liderado por el ISCIII para conocer el grado de infección de COVID-19 en España, que comenzó el pasado 27 de abril. El ministro ha explicado que el estudio, que pretende contar con hasta 90.000 personas, proporcionará estimaciones de prevalencia de infección presente o pasada con suficiente precisión como para tener datos a nivel provincial y permitirá disponer de información continua sobre la evolución de la epidemia aún en curso.

También en esta fase es crucial la labor del Grupo de Trabajo Multidisciplinar, puesto en marcha con tres objetivos: asesoramiento científico a los planes de desescalada de todos los sectores que van a poner en marcha los Ministerios; diseño de mediciones y métricas para conocer en el menor tiempo posible el efecto de las decisiones de desescalada, y recopilación continua del estado de las investigaciones más relevantes en la lucha contra la pandemia.

Como primer mandato, este grupo compuesto por 16 científicos está trabajando en un análisis sobre estrategias posibles para la desescalada y, en colaboración con otros expertos, está preparando informes ad hoc sobre medidas necesarias para esta fase. En paralelo y bajo la coordinación del Ministerio, el CSIC está diseñando otros estudios, algunos de los cuales ya ha finalizado como son un estudio de filtros y otro sobre la seguridad de playas, piscinas y balnearios.

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