24
Jun
2019
Buscan crear vinos resistentes al cambio climático Imprimir
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Foto cedida por CAMPresentado el proyecto MINORVIN en el que participan centros de investigación de toda España

La Comunidad de Madrid fomenta los trabajos de investigación para paliar los efectos del cambio climático en el cultivo de la vid, a través del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).

El consejero en funciones de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Carlos Izquierdo, ha participado en unas jornadas organizadas por el IMIDRA en el Centro de Innovación Gastronómica de la Comunidad de Madrid sobre la influencia del cambio climático en el cultivo de la vid y sobre las estrategias para mitigar sus efectos. En ellas, se ha presentado el proyecto MINORVIN, orientado a la valoración de variedades minoritarias de vid y de su potencial para la diversificación vitivinícola y de resiliencia al cambio climático. Este proyecto cuenta con la participación de 16 centros de investigación procedentes de distintas comunidades autónomas y con 51 variedades de vid de todas las regiones españolas.

Una de las grandes preocupaciones en el ámbito vitivinícola mundial es la disminución del número de variedades de vid cultivadas y la desaparición de otras muy antiguas, causada por factores como el bajo número de variedades admitidas en las Denominaciones de Origen o las ayudas a la reconversión de los viñedos, que potencia la eliminación de aquellos más viejos y con más diversidad genética.

Asimismo, algunos efectos del cambio climático en este sector provocan que los vinos sean de mayor graduación alcohólica y de menor acidez, debido a las altas temperaturas y al estrés híbrido en las vides. Todo esto conlleva una erosión genética del cultivo y, como consecuencia, un grave peligro de extinción en las variedades autóctonas.

Izquierdo ha señalado que “el objetivo de estas investigaciones, lideradas por la Comunidad de Madrid, es estudiar las variedades autóctonas, que deben entenderse como un patrimonio clave y un recurso potencial de cara a alcanzar la mejora y el enriquecimiento permanente de nuestra cultura vitivinícola y, por tanto, de nuestra economía, así como la lucha contra los efectos del cambio climático sobre el cultivo de la vid”.

En este sentido, el consejero en funciones ha destacado que, con este esfuerzo conjunto, “pretendemos valorar nuevas variedades prácticamente extinguidas, de cara a buscar adaptaciones al cambio climático”.

“Para ello, la actividad investigadora desempeñada por la Comunidad de Madrid, a través de entidades como el IMIDRA, constituyen un elemento clave y esencial, donde el Gobierno regional seguirá trabajando para mantener viva una tradición de muchísimos años”, ha añadido Izquierdo.

Cuatro subzonas en vinos de Madrid

La Denominación de Origen (D. O.) ‘Vinos de Madrid’ es una de las 91 denominaciones de origen reconocidas en España. Cuenta con más de 9.000 hectáreas de cultivo repartidas por 70 municipios divididos en cuatro subzonas: Arganda del Rey, Navalcarnero, San Martín de Valdeiglesias y El Molar, esta última aprobada recientemente por la Unión Europea.

Las diferencias de clima y suelo se traducen en notables diferencias en la uva y en el carácter de los vinos producidos, por lo que cada subzona goza de unas características particulares. La nueva subzona de El Molar es la única que se encuentra en el norte de la región.

Madrid es la única capital de un país que da nombre a una denominación de origen de vino. El año pasado, la D.O. ‘Vinos de Madrid’ batió sus propios récords, con 2,3 millones de euros facturados en exportaciones y cuatro millones de botellas comercializadas. Asimismo, la vendimia de 2018 se saldó con 16,1 millones de kilogramos de uva cosechada, un 62 % más que la del año anterior.